(Por Leonardo Botta) – Marcelo Lewandowski nació, creció, formó familia y vive en Rosario. Allí atesora también sus recuerdos de infancia, de jugar “a la pelota” en grupo en las veredas, o solo en el patio de su casa, de clubes de barrio, de su formación inicial en música, que todavía le permite ejecutar el acordeón. Luego vendría la escuela técnica y el periodismo, que también remite a su primera infancia: “Escuchaba todas las radios que se escuchaba, no había programa deportivo que me perdiera. Y aprendí a leer por los epígrafes de las fotos del diario”, recuerda.
Marcelo Lewandowski: “La gente tiene que saber que otra vida es posible”
Luego sería el momento del periodismo deportivo como profesión. “En total fueron 33 años, empecé un 3 de agosto del ’86 y me retiré el 9 de diciembre de 2019, un día antes de asumir como senador nacional. De manera casi ininterrumpida, salvo por tres meses que me habían echado de una radio”.
La cuestión política, que ahora lo lleva a ser precandidato a gobernador dentro del Partido Justicialista, apareció durante la secundaria, de la mano de su primer libro de historia política argentina: “El ’45”, de Félix Luna. “Y en la escuela discutía con la profe de historia, que era una nacionalista católica a ultranza. Y ahí empecé también a militar, como candidato al Centro de Estudiantes. Y después en la facultad, en un espacio de FMI con amigos, durante tres o cuatro años los sábados a la tarde, que se llamaba ‘La otra historia’, donde también hacíamos un poco de militancia. Después el compromiso pasó por otro lado, a través del Círculo de Periodistas Deportivos”.
Las invitaciones a participar en política partidaria empezaron en 2013, pero en ese momento “yo estaba en pleno auge del Fútbol para Todos, comentando. Me llevaron a comentar el Mundial y mi cabeza estaba centrada en todo eso. Pero en el 2018 me lo volvieron a proponer, y yo sabía que había una cuenta pendiente que tenía que desarrollar. Algo que también era una pasión, que estaba ahí y que era una apuesta fuerte, pero bueno”.
Lewandowski asume que su conocimiento y contacto con la gente contribuyó al desarrollo de su carrera política, a la vez que “la campaña que estamos haciendo ahora se fue nutriendo de lo que en todo este tiempo fuimos caminando, viendo las cosas, recibiendo ideas, conociendo. Escuchando las demandas, tomando nota, tratar de discernir cómo se pueden resolver los problemas, consultando a especialistas. Para todo eso creo que uno tiene que ser el conductor de un equipo: alguien que logre amalgamar las ideas, y apoyarse en quienes conocen en profundidad cada tema”.
Y sobre todo, dice, lograr que las cosas que pueden resolverse lo hagan, sin interferencias. “A mí me molesta mucho cuando hay cosas que no se resuelven, trámites o gestiones, por más que uno llame e insista una y otra vez. Pero que si tenés un padrino o alguien que tiene poder, lo puede resolver en unos minutos. Eso no puede ser así”.
Y eso aplicado tanto a las cuestiones de la vida cotidiana, que hacen a las necesidades y demandas de los ciudadanos, como a problemáticas más complejas: la gran deuda social, la seguridad, la justicia. “Es una problemática que debemos resolver entre todos, que están instaladas desde hace muchos años, y que no son cuestiones que vamos a resolver desde un gobierno o solo a través de un ministro. Esto es lo central, porque tiene que ver con las expectativas de vida de la población, con otras posibilidades de su vida. Tienen que saber que eso es posible”.