El Proyecto Viking movilizó a la comunidad del Industrial
Cada día se habla más del Proyecto Viking en la ciudad, en la Comunidad “El Industrial” de la red social Facebook, por ejemplo, y la sola mención de la Chevrolet Viking genera expectativas en directivos, docentes y alumnos, y sobre todo entre los ex alumnos del Colegio Industrial, que durante más de 30 años, desde principios de los ’70, transitaron en el mítico colectivo rumbo a los destinos más diversos, tanto sea en viajes de estudio, como de egresados.
Un año atrás, apenas asumió como director de la Escuela de Educación Técnico Profesional N° 483 “El Industrial”, Alejandro Baroni consideraba que “la institución es lo que es por su historia”, y con esa premisa se impuso rescatar símbolos emblemáticos del colegio, como la Viking. “Es una reparación histórica que nos debemos”, admitió el directivo, porque una vez concluida la vida útil del colectivo, cuando su antigüedad le impedía continuar como transporte escolar, no se le encontró otro cometido, ni siquiera un lugar donde descansar. En el viejo Taller ya no había espacio y con cierto desdén se la trasladó a un predio sobre la ruta 33, donde quedó expuesta a la intemperie, hasta que su deterioro se agravó en ocasión de un incendio de pastos. Así como la educación técnica fue devastada en la década del ’90, también la famosa Viking del Industrial sufrió el desprecio después de su jubilación.
Hablar del Proyecto Viking reavivó los recuerdos y en el Industrial recibieron una catarata de ideas, desde las más extravagantes, como exhibir el colectivo sobre el techo del colegio, hasta las más tentadoras, como usar la carcasa para montar en su interior un museo fotográfico interactivo. “Hoy el edificio está en proceso de construcción y refacciones y eso ayudará a encontrar un espacio específico para la Viking, un lugar donde todos los que la conocieron puedan revivir esos viejos tiempos, y donde las nuevas generaciones puedan descubrir porqué hay personas que se emocionan cuando se la nombra”, reflexionó Baroni. “La Viking es sinónimo de excursiones inolvidables a Somisa (San Nicolás), el Observatorio Astronómico (Alta Gracia, Córdoba), Zanella (Buenos Aires), Renault (Córdoba), Vasalli y Nestlé (Firmat), Perkins (Córdoba), el Laboratorio de Ensayo de Materiales de la Escuela Técnica N° 1 (Junín, Buenos Aires), la Central Nuclear (Embalse de Río Tercero, Córdoba), entre otros tantos lugares”, evocó sin olvidar los torneos deportivos intercolegiales.
Por su parte, la preceptora y baluarte del Proyecto Viking, Raquel Barrionuevo, aseguró que “no nos impusimos plazos” y contó que “ya estamos recibiendo fotografías, documentos y anécdotas acerca de la Viking, y les pedimos a todos que lo sigan haciendo: llevan el material, lo escaneamos y lo devolvemos”. Y luego amplió: “Estamos organizando el traslado del colectivo a un depósito cerrado y evaluando si apuntaremos a conservar la estructura lo más entera posible o si se va a desmembrar para destacar sus partes en distintos sectores de la escuela. Todas las propuestas se van a tener en cuenta”, garantizó. Más adelante señaló que “todos aquellos que conocieron la Viking, la adoran, y sólo los que no saben nada de ella la consideran una chatarra. Y eso es lógico porque no se puede querer lo que no se conoce. Con este proyecto buscamos que todos sepan de sus hazañas y sobre esos cimientos iniciar el rescate”.
De la Armada a la ENET N° 1
El Chevrolet Viking, modelo ’60, estuvo afectado en sus primeros años a las actividades de la Armada Argentina. Hasta que en los albores de los ’70, quedó fuera de servicio y estacionada en el puerto de Buenos Aires, con varios faltantes, junto a otros vehículos similares, a la espera de pronto remate.
Sin embargo, el director de la entonces ENET N° 1, Héctor Pelosso, halló en su cuñado, el capitán de corbeta José Alberto Aguilá, un aliado clave para obtener la cesión de la Viking, que se consumó a través del acta del 22 de noviembre de 1971, suscripta por Pelosso y el jefe de la división Tracción Terrestre, dependiente de la Subdirección de Máquinas de la Dirección de Casco, Electricidad y Máquinas Navales, capitán de corbeta Patricio Boggan.
Los encargados de viajar a Buenos Aires y elegir la unidad fueron tres históricos del Taller del Industrial: José Palumbo, Ricardo Lépori y Rudy Bolognini. Luego de trámites administrativos llevaron la Viking con ayuda de Transportes Conte, que la remolcó con uno sus camiones hasta su depósito porteño.
Tiempo después, otra de vez con auxilio de un vehículo de Conte, el colectivo viajó a Venado Tuerto bajo el control de los preceptores Manuel García y Raúl Barrionuevo. Ya en las entrañas del flamante Industrial de avenida España, la Viking se convirtió en niña mimada de alumnos y docentes del Taller. Bastó un par de años para su transformación. Motor, caja, diferencial, cubiertas, todo se hizo a nuevo. Hasta el color celeste y blanco. Ni siquiera sobrevivieron los abollones de su paso por la Armada. Era el punto de partida de una larga historia de emociones adolescentes a bordo. Hoy hay gente trabajando por un final feliz.
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