Mauro Casagrande y su pasión por convertir desechos en arte
Mauro Casagrande es escultor, además de músico, fotógrafo y otros oficios artísticos en los que se sumerge de manera cotidiana. Si bien el arte es una pasión que trae desde la cuna (es hijo de la pintora Angélica Rochon), supo trazar su propio camino y darle su impronta a cada trabajo. Sin duda, una de sus principales virtudes es poder convertir los desechos en obras, en imágenes, encontrando la belleza y utilidad a cada uno de los materiales que son descartados como chatarra sin valor.
A pesar de su juventud, lleva más de dos décadas incursionando en esta disciplina que le ha permitido exponer en diferentes muestras y espacios culturales, además de participar de obras que hoy forman parte del paisaje de la ciudad de Venado Tuerto. “Yo conocí la escultura en el año 2000, en la ciudad de La Plata, en la Facultad de Bellas Artes. Ahí me encontré con un mundo totalmente diferente, algo distinto a lo que había vivido hasta ese momento. Ahí comenzó todo, hace 21 años”, contó a Sur24.
“Un punto de partida puede ser el segundo año de la carrera, cuando hice mis primeras exposiciones en centros culturales con muestras colectivas. Enseguida me metí en la movida de concurrir a los diferentes lugares, incluso llevando algunos trabajos a Caminito Tango Show, en Buenos Aires, que me permitió conocer un montón de gente”, recordó.
Para Casagrande, hacer imágenes que lo identifiquen a partir de desechos “es siempre un desafío y un ejercicio también”, asegurando que acudir a un lugar con una montaña de chatarra “para mí es como ir a un shopping”, porque a partir de allí empiezan a surgir las obras. “Hay veces que proyecto al ver el material, aunque siempre me gusta trabajarlo, modificarlo, sin que se pierda la pieza original, pero que quede mimetizada en la obra”, señaló.
Además de la acción, el artista disfruta mucho del proceso, de la gestación del proyecto. En este sentido indicó que no tiene una imagen determinada o predilecta, sino que ha recorrido distintos senderos: “En un momento hice muchos pájaros, de los cuales vendí muchos, me iba muy bien con eso y a su vez me gusta mucho crearlos, sobre todo por el plumaje y el movimiento, tanto al estar en la tierra, como volando. Soy muy observador de las aves”. Y añadió: “Me gusta que las piezas se sientan ancestrales, como que vienen de un pasado o de un futuro, es decir, atemporales. También me dedico a darle una simbología a lo que hago, un porqué. Otra de las propuestas que utilizo son las intervenciones, es decir, generar un ámbito, un espacio”.
Impacto de escultura
“Cuando las personas ven una escultura les genera un gran impacto porque se trata de una obra u objeto creado a partir de piezas que tuvieron su historia, su uso. Este es el atractivo máximo de esta técnica”, afirmó Mauro Casagrande, considerando que esa sorpresa se agiganta cuando los materiales utilizados son chatarra, desechos.
“He visto personas que hasta se han emocionado al ver una obra”, continuó, destacando que, además del impacto visual, es un arte que interactúa mucho con las personas, “porque permite hablar, filosofar y conocer lo que le transmite a cada uno, ya sean jóvenes, niños o adultos, todos pueden interpretar libremente”, planteó.
Mercado frenado
Según comentó el artista, el mercado “está un poco frenado, aunque es real que yo tampoco estoy promocionando demasiado porque me estoy abocando más a la fotografía, con trabajos, clases. De todos modos, nunca paro de proyectar, planificar, y ya tengo algunas ideas para empezar pronto a materializar. Si uno se mueve y aprovecha los espacios que hay, no tanto en Venado Tuerto, sino en puntos turísticos, estas obras se venden”.
“Por algunos años y hasta el 2015 vendí mucho, pero estaba muy focalizado en eso. Tengo pensado volver a poner las energías en la escultura con una serie nueva que quiero exponer y, de ser posible, vender, porque vivo de esto. Tengo algunas piezas que son mías, que son mis preferidas, pero el resto está disponible, porque lo que más me interesa es el proceso creativo, que es muy placentero”, completó.
“Una de las obras que más me gustaba, la vendí y la extraño muchísimo. Es una serie que hice hace muchos años, de músicos de viento, incluso utilizando en uno de los casos un trombón auténtico. Son piezas ensambladas, sin rostro, pero que están tocando. Al tiempo vino una clienta que me compra muchas obras y se llevó la serie completa, algo que para mí fue fabuloso, aunque a veces me arrepiento”, confesó.
Homenaje a Marcos Ciani
Uno de los proyectos que Mauro Casagrande quiere realizar es un homenaje al gran corredor de autos Marcos Ciani, con “una cupecita medio desarmada que se la lleva la velocidad y un conductor (que sería Marcos) con toda la furia frente al volante”. La idea es exponerla en algún espacio público, como el Parque Municipal General Belgrano, para rescatar así la figura de este gran deportista y su legado en el automovilismo regional y nacional
NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DE SUR24 DEL LUNES 26 DE JULIO.