Para Enrico, las prácticas de Sain también son las de Perotti

Uno de los legisladores que más rápido se sacó chispas con el ex ministro de Seguridad de la provincia, Marcelo Sain, fue el venadense Lisandro Enrico, quien este fin de semana no se mostró sorprendido por los procedimientos de los fiscales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) en las sedes de Rosario y Santa Fe del Ministerio de Seguridad, a los efectos de investigar presuntas irregularidades en la gestión del hombre que acaba de asumir como asesor de Aníbal Fernández en el Ministerio de Seguridad de la Nación, luego de ser destituido del Ministerio de Seguridad santafesino y del MPA, en ambos casos por mal desempeño de sus funciones.

El senador provincial Lisandro Enrico, uno de los primeros en “chocar” con el controvertido Sain.
Ante la consulta de Sur24, el senador observó que la actuación de Sain adquirió desde el primer momento un carácter “muy beligerante, nunca mostró vocación de trabajar en conjunto y siempre estuvo sospechado de persecución política”, para agregar que “encabezó una gestión de la seguridad pública marcada por la ineficiencia, sin resultados positivos, ni en el Ministerio (de Seguridad), ni cuando volvió al Ministerio Público de la Acusación”, oportunidad en la que el mismo Enrico promovió su remoción, desde su rol de miembro acusador en la Comisión de Acuerdos, endilgando graves incompatibilidades constitucionales, porque “Sain hacía proselitismo dentro del Poder Judicial”.
“No me sorprende nada de lo que sucedió, ni las acusaciones ni las renuncias, porque es el perfil de su comportamiento -aseveró Enrico-, desde la persecución por pensar distinto, la afición a ‘inventar’ causas, y la sistemática descalificación al conjunto de la dirigencia política santafesina, a la que acusó de cómplice del narcotráfico, cuando somos unos cuantos los que enfrentamos esas organizaciones narcocriminales, en tanto que él, en su gestión ministerial, no puede mostrar resultados destacables en la materia, sino que se dedicó a perseguir adolescentes en fiestas clandestinas”, ironizó.
En su catarata de reproches, el caudillo radical de General López recordó cuando Sain “le faltó el respeto de la peor manera, y con el más bajo estilo, a los trabajadores de la policía provincial, a los que descalificó indiscriminadamente con irreproducibles insultos”, entre lo que se recuerda el despreciativo “negros pueblerinos”.
Nada de consensos
Sin embargo, Lisandro Enrico, en busca de evitar relatos oficialistas, advirtió que “esta descripción de los hechos no significa que Sain sea el exclusivo responsable de estas transgresiones que ahora son investigadas, sino que algunas prácticas de ese estilo las ejerce también el gobernador Omar Perotti, por ejemplo, con la apertura de frentes de conflicto con propios y extraños. Todos sabemos -continuó- de las confrontaciones de Perotti con la Legislatura, con el Partido Justicialista, con la oposición, con los gremios, a la par de su ineficiencia en el desarrollo de las políticas públicas, que también tiene que ver con esa dificultad para construir consensos. Tanto es así que, casi dos años después, aún no podemos descubrir cuáles son los ejes rectores de su gestión, más allá de continuar las obras que había proyectado e iniciado el gobierno de Miguel Lifschitz”, afirmó el dirigente boina blanca.
Volviendo a subrayar la sintonía entre Perotti y el fundador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), reiteró con tono aún más enérgico: “No hay que desvincular de todo esto a Perotti, porque fue el propio gobernador quien decidió el desembarco de Sain en el Ministerio de Seguridad y quien permitió que todo esto sucediera. El plan de seguridad del gobernador tenía nombre y apellido: Marcelo Sain, con lo cual estamos hablando de una misma cosa”.
Más de lo mismo
Más adelante, el presidente de la Convención Provincial de la UCR ratificó que el escándalo en el Ministerio de Seguridad se inscribe en la misma línea de conducta que ejerce la Casa Gris con la “sistemática persecución y el estrangulamiento económico a los intendentes y presidentes comunales de distinto color político. Lo de Sain, como lo de Perotti, es un signo de esta gestión”, definió, estimando que “no es descabellado que ahora empiecen a aparecer las acciones judiciales, porque también hay denuncias sobre corrupción en la gestión provincial”.
Luego, parafraseando a un conocido dirigente justicialista, Enrico sostuvo que “‘Marcelo Sain, donde estuvo, siempre terminó mal’, así que espero que la sociedad constate que lo que veníamos diciendo desde hace tiempo sobre este gobierno de la provincia no era descabellado ni oportunista, sino que estábamos en lo cierto”.