El sur provincial es considerada zona endémica de la fiebre hemorrágica

Luciano Andreychuk
La Ministra de Salud provincial, Sonia Martorano, lo adelantó en conferencia de prensa: “Estamos teniendo un aumento de fiebre hemorrágica en la provincia. De hecho, trabajamos en la recolección de plasma de pacientes recuperados (para tratar a convalecientes), que es el único tratamiento posible, y pedimos a los mayores de 15 años que se vacunen”. Según datos oficiales de la cartera sanitaria provincial, en lo que va de 2022 ya hay -a la Semana Epidemiológica 26, que cerró este domingo 10 de julio-, 13 casos confirmados con esta enfermedad: cuatro personas fallecieron.
La Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) es una enfermedad viral aguda grave transmitida por el contacto directo o por inhalación de excretas de roedores infectados: el vector es el calomys musculinus (laucha manchada, laucha del maíz, ratón maicero o colilargo).
Es endémica principalmente en el sur de Santa Fe (departamentos General López, Constitución y Rosario, entre otros). Muy rara vez se reportan casos en el centro-norte, salvo que se trate de personas con antecedente de viaje. También el área de presencia de la FHA alcanza a las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y parte de La Pampa. La mayor prevalencia de esta enfermedad es de mayo a octubre de cada año.
Niños infectados
Con respecto a la franja etaria de los pacientes infectados con FHA en la provincia de Santa Fe, no hay variedades significativas: “Es dispar. De los 13 casos confirmados tuvimos niños, algo que nos sorprendió mucho porque no es tan habitual; mujeres de 45 años, varones de 66…”, le dijo a El Litoral la Dra. Florencia Galatti, coordinadora de Epidemiología de la Zona Sur del Ministerio de Salud provincial.
Y con relación a los casos detectados en la ciudad de Rosario, “los rosarinos tienen por lo general mucha movilidad: se van los fines de semana a otras localidades cercanas como Roldán o Funes, o viajan a Pérez, donde hay más área rural y prolifera el roedor transmisor”, explicó la infectóloga. Es decir, no son casos eminentemente urbanos, sino que hay antecedentes de viaje (a zona rural o periurbana), incluso al sur de Córdoba, el noroeste de Buenos Aires y La Pampa.
Y las consultas son tardías, lo cual dificulta las cosas. “Las personas se dejan estar; no está presente esa necesaria ‘sospecha’ ante un síntoma, que lleve a la pertinente consulta médica. Con un cuadro clínico compatible a FHA -fiebre, dolor de cabeza, debilidad, desgano, dolores articulares y oculares; alteración vascular, renal, hematológica y neurológica- más el foco epidemiológico (geográfico), la gente tiene que pensar preventivamente en la posibilidad de fiebre hemorrágica”.
Covid y silencio
“Hay que aclarar que todos los años tenemos registros de fiebre hemorrágica -subrayó Galatti-. Lo que ocurre en 2022 es que, en comparación con años anteriores, hay un aumento en el número de casos con relación al tiempo. ¿Qué quiere decir esto? Quizás cerremos este año con 15 ó 16 casos confirmados, pero ya hay 13 al mes de julio: por lo general tenemos la mitad de ese número”, comparó la especialista.
Pero además hay otro factor. “En estos últimos dos años, el Covid ha generado un ‘silencio’ en muchas otras enfermedades. A raíz de la vacunación masiva contra el coronavirus y la importancia que se le dio a la pandemia, hubo una suerte de retraso en el resto de las vacunas del calendario. Y para la zona sur de nuestra provincia, esta vacuna (Candid #1) es obligatoria. Si una persona vive en zona endémica, tiene que vacunarse contra la fiebre hemorrágica”, pidió.