La pérdida acelerada de plataformas y hielos en la Antártida preocupa a la NASA
Dos estudios realizados por investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA advirtieron sobre la aceleración en la pérdida de plataformas y hielos antárticos.
Además, señalaron que esta situación influirá en el aumento global del nivel del mar, ya que la capa de hielo del continente blanco “ha estado perdiendo masa en las últimas décadas”, con “desprendimientos de icebergs que duplican las estimaciones anteriores”.
El primero de los trabajos, que fue publicado en la revista Nature, es una suerte de mapa donde se evidenció “cómo el desprendimiento de un iceberg (el desprendimiento del hielo de un frente glaciar) ha cambiado la costa antártica en los últimos 25 años”, siendo que el borde de la capa de hielo se separó en estas formas congeladas “más rápido de lo que se puede reemplazar”.
En tanto el segundo, que fue difundido en Earth System Science Data, evidencia con gran detalle “cómo el adelgazamiento del hielo antártico”.
De modo tajante, Chad Greene, autor principal del estudio y científico del JPL, describió lo que sucede en el Polo sur: “La Antártida se está desmoronando”. “Cuando las plataformas de hielo disminuyen y se debilitan, los glaciares masivos del continente tienden a acelerar y aumentar la tasa de aumento del nivel del mar global“, señaló el experto.
Según advirtieron los científicos, “la mayoría de los glaciares antárticos desembocan en el océano, donde terminan en plataformas de hielo flotantes de hasta 3 kilómetros (2 millas) de espesor y 800 kilómetros (500 millas) de ancho”, siendo que “las plataformas de hielo actúan como contrafuertes” de estas estructuras “impidiendo que el hielo simplemente se deslice hacia el océano”.
Sin embargo, cuando estas formaciones “son estables, tienen un ciclo natural de parto y reabastecimiento que mantiene su tamaño bastante constante a largo plazo”, pero en las últimas décadas el “calentamiento del océano ha estado desestabilizando las plataformas de hielo de la Antártida al derretirlas desde abajo, haciéndolas más delgadas y débiles”.
Para detectar esta situación en el continente blanco, los investigadores utilizaron altímetros satelitales, los cuales lograron medir el proceso de adelgazamiento de los hielos al medir su altura cambiante. Sin embargo, hasta este estudio no se habían utilizado imágenes satelitales para esta clase de análisis, ya que “han sido difíciles de interpretar”.
“Por ejemplo, puedes imaginarte mirando una imagen de satélite y tratando de descubrir la diferencia entre un iceberg blanco, una plataforma de hielo blanca, hielo marino blanco e incluso una nube blanca. Eso siempre ha sido una tarea difícil”, señaló Greene; al tiempo que destacó que “ahora tenemos suficientes datos de múltiples sensores satelitales para ver una imagen clara de cómo ha evolucionado la costa de la Antártida en los últimos años”.
Según explicaron los expertos, para este estudio sintetizaron imágenes satelitales del continente “en longitudes de onda visibles, térmicas infrarrojas (calor) y de radar desde 1997″, además combinaron estas mediciones “con una comprensión del flujo de hielo obtenida de un proyecto en curso de mapeo de glaciares de la NASA, y cartografiaron los bordes de las plataformas de hielo alrededor de 30 000 millas lineales (50 000 kilómetros) de la costa antártica”.
Los resultados alertaron a los expertos, ya que las pérdidas por parto superaron tanto el crecimiento natural de la plataforma de hielo que “es poco probable que la Antártida pueda volver a crecer a su extensión anterior al año 2000 para fines de este siglo”. Es más, aseguraron que esta información sugiere que “se pueden esperar mayores pérdidas: las plataformas de hielo más grandes de la Antártida parecen estar dirigidas a grandes eventos de parto en los próximos 10 a 20 años”.
En el trabajo, los científicos advirtieron que este “hallazgo duplica las estimaciones previas de pérdida de hielo de las plataformas de hielo flotante de la Antártida desde 1997, de 6 billones a 12 billones de toneladas métricas”, siendo que “la pérdida de hielo por el desprendimiento ha debilitado las plataformas de hielo y ha permitido que los glaciares antárticos fluyan más rápidamente hacia el océano, acelerando la tasa global de aumento del nivel del mar”.
Pérdida de hielo en la Antártida
En cuanto al segundo trabajo, que los científicos denominaron como “complementario”, se basó en el análisis de “casi 3 mil millones de puntos de datos de siete instrumentos de altimetría transportados por el espacio para producir el conjunto de datos continuos más largo sobre la altura cambiante de la capa de hielo, un indicador de la pérdida de hielo, desde 1985″. Para obtener esta información, los investigadores debieron “sintetizar y analizar los archivos masivos de mediciones en un solo conjunto de datos de alta resolución tomó años de trabajo y miles de horas de tiempo de cómputo en los servidores de la NASA”.
Para obtener esta información los científicos utilizaron un “radar y mediciones láser de la elevación del hielo, con una precisión de centímetros”, de este modo lograron “producir los mapas mensuales de cambio de pérdida de hielo con la mayor resolución jamás realizada”. En ese sentido, explicaron que los datos recolectados les permitieron conocer “cómo las tendencias a largo plazo y los patrones climáticos anuales afectan el hielo”, el cual, además, “muestra el ascenso y la caída de la capa de hielo a medida que los lagos subglaciales se llenan y vacían regularmente millas debajo de la superficie”.
“Cambios sutiles como estos, en combinación con una mejor comprensión de las tendencias a largo plazo de este conjunto de datos, ayudarán a los investigadores a comprender los procesos que influyen en la pérdida de hielo, lo que conducirá a mejores estimaciones futuras del aumento del nivel del mar”, aseguró el autor principal del estudio y miembro del JPL, Johan Nilsson. “Condensar los datos en algo más ampliamente útil puede acercarnos a los grandes avances que necesitamos para comprender mejor nuestro planeta y ayudarnos a prepararnos para los impactos futuros del cambio climático“, concluyó.