Homenaje a la inmigración con teatro, danza, poesía, música y artes visuales
¿Qué cabe en una valija? ¿De qué manera hacer entrar en poco espacio toda una vida que se deja atrás? A veces un solo atado de ropas simbolizaba la esperanza por los sueños y la nostalgia por la tierra grande. Aventurarse, jugarse el todo por el todo, vencer la incertidumbre y apostar a “hacer la América”.
Ese fue el comienzo del homenaje a la “La Inmigración” durante la Semana de las Artes en Villa Cañás, a través de una gran intervención artística de la que participaron instituciones de la ciudad. Fusionaron el teatro, la danza, la poesía, la música y las artes visuales para emular lo que vivieron los inmigrantes europeos cuando llegaron a Argentina marcando el comienzo de una época trascendental en el país.
Organizado por la Municipalidad de Villa Cañás, esta representación artística tuvo la participación de alumnos de nivel medio de instituciones educativas, docentes y de la Academia Celeste y Blanco del club Sportsman.
La propuesta se inició con un video sobre la llegada de los inmigrantes, proyectado en el Galpón N°1 del predio del Ferrocarril, y avanzó con un recorrido por la estación de trenes, la plazoleta “Estanislao López” y la rotonda de avenidas 50 y 51.
Es la segunda edición de esta iniciativa artística impulsada por la Dirección de Cultura y Educación local para reivindicar la historia y sus protagonistas a través del arte. El año pasado el homenaje fue para Astor Piazzolla, a 100 años de su nacimiento.
“Es una fecha que ya reservamos para noviembre, en la que de una manera integradora pretendemos realizar diferentes tipos de homenajes desde la fusión de todas las disciplinas posibles de manera simultánea y generando un recorrido temático”, expresó el director de Cultura, Fernando Guazzaroni, quien encabezó la diagramación para la puesta en escena con la colaboración de docentes.
Paso a paso
La proyección sobre el Galpón 1 marca el inicio del viaje en la primera estación: ¿Qué nos espera en el andén? El tren suena con una melodía de esperanza y de nostalgia. El andén es una Babel de lenguas que no se conocen, y sin embargo se entienden.
Se escuchan sonidos, golpes contra objetos. La percusión es la siembra y el trabajo de la tierra, que tiene su ritmo, y su tiempo. Es la estación 2: ¿Qué sentirá esta tierra cuando la herimos? La siembra es un poco de muerte y otro poco de vida. Es músculo cansado y manos sucias de dignidad. ¿Cómo construir un hogar donde todavía no hay una casa? ¿Cómo explicarle al campo enorme que acá nos queremos quedar?
El recuerdo de la tierra natal, la que abandonaron luego de la jornada laboral. Es volver a recordar la tierra a través de los aromas, los sabores, el encuentro, la celebración, el baile. Todo eso trajeron los inmigrantes, sobre todo los italianos, representados en la estación 3: ¿Qué secretos guarda una receta? La cocina como recompensa para el que vuelve del yugo. Como recompensa para descubrir otra vez la sazón de un plato que devuelve la energía y conecta con la nostalgia. Saborear también es recordar.
Aparece la representación de la cosecha, los frutos que dio la siembra desde que Argentina es Argentina. Es momento de la estación 4: ¿Qué sentirá la tierra cuando nos regala la bendición de la cosecha? La cosecha es festejo, es vino a la sombra, es abrazo, es triunfo. Y la tierra que nos dio los granos es la misma que nos regaló los hijos. Nosotros, llegamos… pero nuestros hijos nacieron acá. Y en cada familia hay una historia de almas partidas. Y en cada cosecha, premio y conquista.
La estación 5 ya tiene “escenario” y pista de baile. Los músicos Facundo Curbelo y Santos Acuña hacen sonar sus guitarras y sus voces acaparan toda la atención: ¿Cómo hace la música para hacer de puente entre dos tierras? Éramos pobres, sí, pero teníamos la alegría, teníamos el amor y la música… y todo eso nos hacía olvidar la pobreza. Las melodías que traíamos en el corazón se mezclaron con las de acá, y así dejaron de ser tan tristes. No olvidamos las canzonetas ni las zarzuelas… pero hubo algo en las rancheras que nos hizo echar raíces. Será que si en la cabeza suena una canción es porque tu corazón está en el mismo lugar.
Se arma el típico baile de campo. Se fusionan las músicas de los inmigrantes con las de acá. Música en vivo y luego, un paso doble del recordado cañaseño Eleuterio Pigliapoco. Estación 6, la última: Festejemos. Y en un baile circular, campero y auténtico, hagamos honor a la pampa argentina que recibió a nuestros abuelos. ¿Bailamos?
Surgió como un homenaje en 2021, continuó como tal en 2022. Como definición, la palabra homenaje dice ser una demostración pública de admiración y respeto hacia una o varias personas. “Más allá de los nombres y lo que representan -destaca Guazzaroni-, en definitiva, es un homenaje hacia nosotros mismos, hacia todos los argentinos”.