Cómo se originan El Niño, La Niña y por qué se espera una fase neutra
El Niño, La Niña y la fase neutra: en las últimas semanas son tres de los conceptos (siempre asociados) que mayor presencia tienen en los medios a la hora de explicar por qué la sequía caracteriza, según los últimos registros oficiales, a buena parte de la superficie del país y castiga en forma severa a casi la totalidad de la provincia de Santa Fe, en particular a su extensa área agropecuaria.
Además de seguir los pronósticos diarios o directamente mirar al cielo, buena parte de la atención está puesta en estos fenómenos, y la fase neutra que se viene anunciando concentra toda la atención porque significa que el prolongado período de ausencia de lluvias podría llegar a su fin para comenzar a tener registros pluviales acordes a la época.
Pero, ¿qué son El Niño, La Niña y la fase neutra?, ¿desde cuándo se estudian?, ¿son consecuencia del cambio climático?
Omar V. Muller es Investigador del Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático (CEVARCAM), Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH), Universidad Nacional del Litoral (UNL) y CONICET. Y en esta nota explica, en conceptos de fácil comprensión, de qué se trata.
– ¿Dónde se originan El Niño y La Niña?
– Los fenómenos El Niño y la Niña se originan en la parte ecuatorial del Océano Pacífico que es el que se encuentra entre Asia, Oceanía, y las Américas. Es el océano más grande del mundo y en su parte ecuatorial recibe mucha radiación porque es donde el sol impacta de manera más directa. Por el solo hecho de cómo gira la Tierra en torno a su eje se producen allí los vientos alisios que circulan en dirección Este-Oeste.
– ¿Cómo incide este fenómeno en la generación de períodos de sequía o de lluvias?
– Por la misma dinámica de la atmósfera esos vientos pueden ser más fuertes o más débiles de lo normal. En el primer caso, el agua cálida del Pacífico ecuatorial se transporta desde el centro del océano hacia el oeste, es decir, hacia la costa de Australia e Indonesia. Allí, la acumulación de agua caliente produce mayor evaporación que asciende por convección hacia la atmósfera generando más precipitaciones en esa región y, en general, un impacto con inundaciones y exceso de precipitaciones en esa parte del mundo.
Por el contrario, del lado este del Océano Pacífico Ecuatorial, en las costas de Perú y Ecuador, el Océano se encuentra más frío y eso hace que haya menor humedad para transportar hacia el Litoral argentino, por lo que suele generar condiciones más secas.
Este último es el fenómeno La Niña que, en términos técnicos, queda definido a partir de las anomalías de la temperatura de la superficie del mar: cuando las temperaturas de superficie en la región 3.4 (rectángulo del Pacífico ecuatorial delimitado por las latitudes [5°S-5°N] y las longitudes [170°O-120°O]), están por debajo de lo normal, en particular, menos de medio grado de los valores históricos, y esas anomalías se repiten por al menos cinco meses consecutivos, decimos que estamos en presencia de un fenómeno La Niña.
– ¿La sequía extrema que se registra en la provincia de Santa Fe es consecuencia de La Niña?
– En los últimos tres años estuvimos en condiciones de La Niña porque el Pacífico en esa región tiene anomalías negativas por debajo de 0,5°. En esta situación que vivimos desde 2020 las anomalías no han sido muy severas en el Océano Pacífico. Pero lo que si fue particular es la prolongación en el tiempo, es decir, el hecho de que haya durado prácticamente tres años sin cambiar hacia una fase neutra o hacia un fenómeno El Niño, que es lo contrario porque involucra anomalías calientes en el Pacífico cuando se debilitan los vientos alisios.
Precisamente, en el fenómeno El Niño tenemos consecuencias contrarias que, en nuestra región, se traducen en una mayor cantidad de precipitaciones y condiciones más húmedas mientras que en Australia e Indonesia genera condiciones más secas.
– ¿Todas las condiciones extremas son efectos de El Niño o La Niña?
– Es probable que La Niña y El Niño constituyan el fenómeno climático global más importante o que mayor importancia tiene en diferentes partes del mundo, pero hay otros factores que influyen en la dinámica climática de la región del Litoral. Por ejemplo, está estudiado que si tenemos un fenómeno Niño o Niña y éste se complementa con una fase opuesta de anomalías en el Atlántico Norte Tropical el impacto de este fenómeno en nuestra región se exacerba. Esto ha ocurrido en estos tres años en que se combinaron La Niña (anomalías frías, no tan intensas pero si prolongadas, en el Pacífico ecuatorial) con una fase cálida del Atlántico Norte Tropical. Esas condiciones exacerbaron las condiciones de estabilidad y sequía en nuestra región que explica lo que ha ocurrido en los últimos tres años.
– ¿Qué es la fase neutra y por qué tiene tanto interés para nuestra región?
– Lo que determina el índice de El Niño o La Niña son las anomalías de temperatura en la región 3.4 del Pacífico. Estas anomalías se miden en grados centígrados y lo que se espera que suceda en meses venideros, de acuerdo a proyecciones de modelos globales, es que éstas tiendan a acercarse a cero. Es decir que vamos hacia condiciones normales en el Océano Pacífico.
– ¿Qué impacto podría tener esta condición?
– Se prevé que las precipitaciones en la región del Litoral tiendan a normalizarse. Esa salida del fenómeno de la Niña hacia una fase neutra del ENSO (El Niño/Oscilación del Sur, en inglés) se va a dar durante el otoño en los meses de marzo y abril. Poco a poco a lo largo del año vamos a ir recuperando las precipitaciones normales propias de Santa Fe en esos meses que son los más lluviosos en nuestra provincia. Seguramente tendremos precipitaciones de 100 o 120 mm. como ocurren históricamente.
Eso es lo que se espera de acuerdo a las predicciones. Luego, a lo largo del año, se prevé que se mantengan estas condiciones de fase neutra por lo que tendríamos precipitaciones normales, y hacia finales de año algunos modelos indican anomalías positivas, por lo que podríamos estar ingresando a una etapa de El Niño. Sin embargo, esos pronósticos se actualizan mes a mes y hay que ser cautos al respecto.
Por lo pronto la previsión es que el otoño va a tender a condiciones más normales de precipitaciones. En general, en el Litoral argentino el invierno es bastante seco pero podemos decir que no tendrán un gran impacto de El Niño y La Niña ya que se encontrarán en fase neutra.
– La permanencia por tres años de La Niña, ¿está asociada al cambio climático?
– El fenómeno de El Niño y la Niña es cíclico y tiene una periodicidad de dos a siete años. Es parte de la variabilidad climática del planeta Tierra y existió históricamente; por lo tanto, no está relacionado con el cambo climático. No obstante, resulta interesante evaluar a futuro de qué manera el cambio climático puede afectar la ocurrencia de este fenómeno porque en razón del calentamiento global la mayoría de los océanos van a presentar condiciones más cálidas. Por lo tanto, la frecuencia en la ocurrencia de este fenómeno podría acelerarse. No hay consenso claro en la comunidad científica respecto de lo que va a pasar a futuro en relación al calentamiento global y el fenómeno El Niño sino que está en discusión. Por intuición podemos pensar que el calentamiento del Pacífico, que se produce año a año, podría alterar la variabilidad que presenta el fenómeno.
El hecho de que La Niña se haya prolongado por tres años no necesariamente está relacionado con el cambio climático. De hecho si se observa la serie temporal, los fenómenos La Niña en general tienden a perdurar en el tiempo por lo cual no es un fenómeno anormal.
Empiria y ciencia
– ¿Por qué se denominan El Niño y La Niña a estos fenómenos?
– El origen del nombre viene dado por los pescadores de la costas del Perú que en ciertos años y, en particular, en fechas cercanas a la Navidad (de ahí la denominación de Niño) encontraban que las aguas estaban sumamente cálidas. Lejos de traer un impacto positivo, producía un efecto negativo porque los cardúmenes se alejaban en la búsqueda de aguas más frías y la pesca se reducía. Aquello fue pura empiria.
Las observaciones posteriores confirmaron que la mayoría de los picos del fenómeno El Niño ocurren en esa fecha, en diciembre y enero.
– ¿Desde cuando se estudia como tal?
– Los pescadores fueron los primeros en tomar nota de estas anomalías del océano pero después existió un proceso de varias décadas hasta comprender las teleconexiones, es decir, qué impacto tenía lo que ocurría en el océano sobre la atmósfera y es el que hasta el día de hoy conocemos que tiene en las distintas regiones del mundo.
El meteorólogo (noruego) Jacob Bjerknes marcó un quiebre cuando estudió este proceso y publicó en 1969 el artículo titulado (en español) “Telecolexiones atmosféricas del Pacífico Ecuatorial”. A partir de los ’70 se comenzaron a tomar mayores mediciones de las temperaturas del Pacífico y se produjeron investigaciones en distintas partes del mundo sobre los impactos que produce este fenómeno.
Nancy Balza