Internet en general, y las redes sociales en particular, se convirtieron en los últimos años en uno de los espacios de socialización más elegidos por los chicos. Además de una gran fuente de entretenimiento, encuentran en las plataformas digitales una importante vía de contacto. Sin embargo, en este entorno también pueden enfrentarse situaciones que pongan en riesgo su integridad.
Menores de edad y los peligros de Internet: crecen los casos de grooming
El grooming o ciberacoso es la acción en la que una persona por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contacte a una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma, así quedó establecido en la Ley 27.590.
La normativa cuyo objetivo es prevenir, sensibilizar y generar conciencia fue promulgada a partir del caso de Micaela Ortega, ocurrido en 2016. La niña de 12 años fue contactada por un adulto de 26 años que fingió ser menor de edad a través de Facebook, la engañó para pactar un encuentro y luego la asesinó. El hombre fue condenado a perpetua en el primer juicio por grooming seguido de muerte en el país.
En este sentido, el Ministerio de Desarrollo Social señala que muchas veces este tipo de ciberacoso se realiza usando una identidad falsa y creando un vínculo de confianza con el menor. También puede ser alguien conocido del círculo íntimo, o un desconocido que simplemente no oculte su identidad.
Al respecto, El Litoral dialogó con el fiscal Matías Broggi del Ministerio Público de la Acusación, quien describió al grooming como “una realidad sumamente compleja”, ya que se trata de un acto preparatorio del delito. “El groomer – el acosador- lo que está haciendo es tratar de llegar a un delito consumado, como el abuso sexual, tráfico de contenido de explotación sexual infantil”, aclaró el investigador.
Además, detalló que “es una realidad difícil de abordar, ya que muchas veces la intervención llega cuando la situación ya ocurrió” .
Cómo detectar un caso de grooming
Si bien en muchos casos el menor no comunica que están viviendo una situación de estas características, el problema puede ponerse de manifiesto en sus hábitos en relación a diferentes ámbitos.
Cabe mencionar que el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación dio a conocer una guía para que los adultos sepan reconocer posibles situaciones de acoso sexual por Internet y cómo acompañar a los menores que lo sufren.
Dentro de la información brindada por el gabinete, resalta que para detectar el ciberacoso lo fundamental es prestar atención a los cambios en la conducta o humor del menor, ya que puede manifestarse a través de la tristeza repentina, inusuales actitudes de relajación y tensión, incluso de reacción agresiva.
También pueden presentarse cambios extraños en el grupo de personas con las que se relaciona o una repentina ausencia de amistades y de relaciones sociales. Las modificaciones en su lenguaje corporal ante la presencia de determinadas personas puede ser una señal de alerta, al igual que el nerviosismo o ansiedad respecto del uso de los dispositivos móviles.
Ante la sospecha de un posible caso de grooming se debe dialogar con el niño, evitar avergonzarlo o culparlo para que pueda contar con sinceridad lo que le pasó, sin ser interrogado.
Es de suma importancia acompañar a la víctima con afecto con el objetivo de protegerla. Resulta necesario comprender que muchas veces pueden encontrarse bajo amenaza, por lo que se vio obligada a mantener contacto con el acosador.
Prevención
Para prevenir el grooming es fundamental que los niños comprendan los riesgos que tiene compartir datos personales en la web, donde las personas desconocidas con las que se relacionan e incluso entablan una amistad por medio de Internet siguen siendo extraños.
De igual manera, los menores deben saber que es muy fácil abrir un perfil con datos falsos. Al compartir sus fotos en cualquier red social se exponen frente a un desconocido que luego puede hacer circular esa imagen por la web o usarla para futuras extorsiones.
Estar presentes como adultos implica conocer las páginas web que los chicos visitan, las redes sociales que usan y las personas con las que se relacionan.
“Las charlas previas de los padres con sus hijos a los efectos de que cuando surjan estas circunstancias exista la confianza para que los chicos lo cuenten y se pueda intervenir de distintos lugares desde un primer momento”, declaró Broggi. “Las charlas desde instituciones escolares y clubes de barrio son una gran estrategia de prevención”, agregó.
Una vez que se presentó el delito, el funcionario judicial resaltó que “lo importante es no borrar conversaciones, un impulso que hay en ese primer momento de parte de los adultos. Frente a la impotencia, borrar todo o incluso de parte de los propios chicos cuando la situación se va de las manos.”
Realizar la denuncia lo más rápido posible permite preservar los datos de la persona acosadora. En este sentido, Broggi resaltó lo importante de guardar las conversaciones cuando se realizan a través de WhatsApp, diferenciando la descarga de la captura de pantalla. Ante un caso de grooming se debe descargar la conversación completa, la captura de pantalla puede no tener validez si no se realiza por parte de la policía desde el propio dispositivo. Esto es así debido a la posibilidad que permiten algunas aplicaciones de armar diálogos ficticios y mediante la captura es difícil corroborar su veracidad.
Asesoramiento y denuncia
En cuanto a las leyes específicas que protejan a los menores de este tipo de situaciones, el fiscal aseguró que “hay muy poco”. Uno de los tratados más importantes es el Convenio de Budapest, el único acuerdo internacional sobre la seguridad en la red. Sin embargo, “si bien el acuerdo toma la parte de grooming, está pensado para delitos informáticos en general”, manifestó Broggi.
Por otro lado, se pueden encontrar instituciones “que intervienen en estas situaciones, pero que en realidad no están pensadas para el delito del grooming; por ejemplo las áreas municipales de niñez donde tienen gente capacitada para intervenir en situaciones de vulnerabilidad en niños y niñas, y eso implica también víctimas de un delito.”
Capacitaciones más específicas en grooming tienen determinadas escuelas donde, según el funcionario judicial, “están formadas en la problemática pero de todas formas su función principal es la educación, dar a conocer modos de prevención”. Por eso, no cuentan con herramientas que le permitan acciones frente a una situación de ciberacoso; “activan las denuncias pero no tienen una formación específica de cómo intervenir en los casos de grooming”.
Recordemos que este delito se incorporó al Código Penal en 2013, con la sanción de la Ley 26.904, que establece una pena de prisión de 6 meses a 4 años. La denuncia es necesaria para iniciar la investigación del caso y puede realizarse en cualquier dependencia policial o fiscalía del país.
Broggi indicó que lo recomendable es que la denuncia se realice en la Agencia de Trata y Violencia de Género que funciona en la Comisaría de la Mujer, ubicada en Lisandro de la Torre 2665. Su teléfono es 4619923, atiende las 24 horas, los 7 días a la semana.
Ayuda
A nivel nacional existen dos líneas disponibles para obtener información y asesoramiento gratuito durante las 24 horas, los 365 días del año:
Línea 137 – destinada a la contención, asistencia y acompañamiento a víctimas de violencia familiar y/o sexual y de grooming. También se puede enviar un mensaje vía WhatsApp al 11-3133-1000.
Línea 102 – brinda atención especializada sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes, de alcance nacional y operado por equipos especializados de cada provincia.