“Poética de un corazón abierto” y otros versos de Ariana Daniele

(Por Ana Inés Dobal) – Ariana Daniele, nacida en Rufino hace 33 años, vivió en varios lugares de Argentina y de Francia, donde realizó una maestría en escritura creativa, “ahí escribí una novela en francés que es inédita”, detalla durante la entrevista con Sur24, en la que profundiza sobre su recorrido de búsquedas y encuentros y revela su satisfacción porque el compilado “Poética de un corazón abierto”, recién editado, fue premiado con una residencia por la Universidad de 3 de Febrero y obtuvo una segunda mención en el 1° Concurso Nacional de Poesía “Inés Manzano” en 2022, trasluciendo el peso de su obra en la poética nacional e internacional.
En la ciudad más austral de la provincia vivió hasta los 17 años, donde hizo teatro, en tanto que escribe poesía desde los 19. Trabajó de un montón de cosas, pero siempre aferrada a la fuerza pujante de las palabras que no dejaron de florecer como una pulsión vital en su poesía.
A los 20 años -en 2010- viajó por primera vez a Francia con una beca de trabajo como asistente de español (era estudiante de francés); en 2016 fue por un año a hacer la maestría en escritura creativa, y una tercera vez a participar de una residencia de escritura luego de la que publicó “La rose immuable”.
Es lógico distinguirla del resto de los mortales en cualquier marco ahora que uno descubre su naturaleza profunda, pero en el de Rufino, sin dudas, resulta un hallazgo digno de ser descubierto, leído y compartido. Una poetisa de ojos grandes, hechizando con su perfecto francés y amalgamada orgánicamente a la melodía narrativa de su prosa, es, sin lugar a dudas, un valor local que se abre camino sin límites ni fronteras, a la sola luz de su puño y letra.
– ¿Qué puede adelantarnos de este libro?
– “Poética de un corazón abierto” es para mí un libro de aprendizaje. Un libro revelador y, al mismo tiempo, un libro que fue muy difícil de llevar.
– ¿Cuánto tiempo le llevó terminarlo y cuando se da por terminado?
– Empecé a escribirlo en 2020, a los pocos meses de declararse la pandemia, cuando recobré la libertad para desplazarme. Fue en Rosario, en la casa de mi amiga Clara. Recuerdo que había un rayo de luz que atravesaba la ventana en la habitación donde tenía la computadora. El libro fue creciendo. Primero fue una plaqueta de 11 poemas, luego un libro de 36 poemas y terminó teniendo 49 poemas. En un momento sentí que el libro se había cerrado. De escribirse por lo menos. Yo estaba en Mendoza, en Los Álamos, en la casa que años atrás habitó Susana Bombal. Hace casi un año de esto, justo antes de regresar a Rufino. Luego hubo poemas que entraron y otros que salieron hasta el momento de su publicación.
– ¿Qué editorial lo publica y cómo es esa aventura solitaria del autor en el camino del publicar?
– Lo publica una editorial de Córdoba, Alción, que lleva varios años publicando poesía argentina. También ha publicado autores extranjeros que forman parte de mi biblioteca, como Paul Celan y Marina Tsvetáyeva. A la hora de publicar hay muchas cosas, lo económico, los tiempos, la difusión, la estética de la tapa, la mirada del catálogo, el trato humano con el editor. Las circunstancias operan también, y siempre hay que sacrificar una; para encontrarlo todo habría que crear la propia editorial. También llegué a considerarlo.
– ¿Cuál es su relación con lo local o con Rufino?
– Yo vengo de la poesía. La poesía es mi patria. Ojalá fuese una patria palpable, situada geográficamente sobre un mapa. La poesía no cumple mandatos externos. Rige sus propias reglas. Creo, cada vez más, que el poeta es de ninguna parte. Un peregrino.
– ¿Qué analogías o diferencias encuentra entre sus publicaciones pasadas y éstas?
– Antes, cuando publiqué mi primer libro, a los 20 años, todo era más fácil. El mundo parecía tan pequeño, tan abarcable. Cuando empecé a escribir ni siquiera imaginaba que los libros se firmaban con el nombre de quien los escribía. Añoro esa primera inocencia. Hugo Savino escribe: “estoy convencido de mi inocencia”. Sigo siendo inocente, pero ahora llevo la marca de la decepción, del engaño. Yo creo que es esa marca la que define nuestra voz. Lo soportable o lo insoportable que nos resulte la pérdida de esa primera inocencia, es lo que nos hace escribir de un modo o de otro.

Portada de “Poética de un corazón abierto”, la más reciente creación de la escritora oriundo de Rufino.
– ¿En qué se inspira para escribir?
– En el acto de haber nacido. En aquello que me produce estar en el mundo desde entonces. Al escribir un poema, el poeta es instrumento. Para que las palabras no sean sólo palabras, el lenguaje debe trabajar fuera del lenguaje. Holderlin, uno de mis queridos poetas, escribe en uno de sus versos: “Lo que nace de fuente pura es misterioso/ Nada puede más que el nacimiento y el primer rayo de luz que roza a la criatura”. Creo fervientemente en esos versos, los tengo siempre muy presentes.
– ¿Qué le genera escribir sus poesías y qué desearía que les genere a sus lectores?
– Escribir y vivir, para mí son una sola cosa. En ambos casos hay incomodidad, asombro, miedo, un combate constante. Cuanto más queremos acercarnos a la verdad, más nos acechan las contradicciones. Pero elijo pensar, como dijo Juan Carlos Mestre, que la poesía es una forma de resistencia al mal. La alegría que da la poesía en este sentido es la de saber que seguimos resistiendo.
Creo en el lector pensante que busca y encuentra. En el poder de la voz en los libros y el poder de la intuición en el lector. Creo que escribo para un lector buscador. O aquel que, ante una palabra, una imagen, un signo, es capaz de despertar. He leído pocos libros por recomendación en mi vida. Muchas veces he llegado a los libros a través de la imagen del poeta, de su forma de mirar, o de un dato, muy pequeño, una palabra clave que pude leer en su biografía. Eso ha sido siempre un acierto. También creo que algunos libros se presentan en nuestro camino como si una mano los hubiera dejado ahí, para nosotros.
– ¿Cómo se consiguen sus publicaciones?
– Voy a dejar un ejemplar de mi última publicación en la Biblioteca municipal de Rufino, por si alguien quiere leerlo. Mi instagram es: Arianadaniele.f
– ¿Qué sigue ahora en su caminar, algún horizonte?
– El libro es el horizonte ahora.
– ¿Un sueño cumplido?
– Creo que no me di tiempo de soñar. He llegado a las cosas, no persiguiendo sueños, sino siendo empujada por una fuerza a la que no he sabido ponerle nombre.
– ¿Uno por cumplir?
– Vivir serenamente. Es quizás la utopía que persiguen mis poemas. Pero es un sueño que no sé si refiere a mí, cumplirlo, por mi naturaleza. Ojalá sí sea un sueño cumplido en el porvenir. Pienso en una frase de Paul Eluard: “Algún día el hombre mostrará lo que el poeta ha visto. Fin de lo imaginario”.
Obra de la autora
“Août”, primer libro de poesía (2012) – Editorial Tropofonía (Argentina)
Obra de teatro “Agua de Aljibe” (2016) – Editorial Reloj de Arena (Argentina)
Poemario “La rose immuable” (2020) – Editorial Heliotropismes (Francia)
“Poética de un corazón abierto” (2022) – Editorial Alción (Argentina)