La Argentina es el principal deudor mundial del FMI. Sin dólares en las reservas, Sergio Massa juega al filo, convirtiendo la magnitud de debilidad financiera del país, en la oportunidad de su ambición de poder presidencial.
El Banco Central aceleró la devaluación del dólar al 7,1% en diez ruedas
El organismo multilateral no tiene chances de dejar caer a su principal deudor sin precipitar el quebranto de sí mismo. Procura dibujos contables para extender la ayuda, pero exige lo que Cristina niega: acelerar el ritmo de devaluación.
La consultora EcoGo estimó que junio cerraría con una inflación del 6,6%. El precandidato-ministro podría mostrar un “éxito” después de índices alocados de precios al consumidor, que marcaron para enero 6%; febrero 6,6%; marzo 7,7%; abril 8,4% y mayo 7,8%.
Precios estacionales como la carne -de alta incidencia en la inflación- y anclas como el dólar y precios impuestos a cadenas que de otra manera no acceden al dólar, más una suba menos marcada de tarifas en junio, le darían al ministro una noticia de “inflación en baja” el 13 de julio, día en que el Indec difunde el dato oficial de junio.
A falta de dólares y horizontes mejores, el ministro usa cada resquicio posible para que, al menos, lo inmediato atempere su impacto en la emotividad de los electores. Pero ese dato que resalta la estrategia de Massa hasta las primarias, revela que un días después del primer turno de las urnas, tiene aún un desierto por cruzar hasta las elecciones del 22 de octubre, más aún hasta la posible segunda vuelta del 19 de noviembre.
Con yuanes y Derechos Especiales de Giro (la moneda del FMI), Economía pagó hace pocas horas el equivalente a US$2700 millones y podrá cumplir -con leves desvíos- las metas del programa acordado con el organismo multilateral de crédito a marzo.
Pero la próxima revisión es en septiembre y allí estarán los incumplimientos a la presente fecha. En las cuentas del FMI las reservas son negativas en unos US$5 mil millones y los desvíos respecto de la acumulación acordada rondan los US$12 mil millones.
El viceministro, Gabriel Rubinstein y el jefe de asesores de la cartera económica, Leonardo Madcur, se encuentran por estas horas en Washington revisando una reprogramación de desembolsos con el chileno Rodrigo Valdes (reemplazó al brasileño-israelí Illan Goldfajn en la gerencia para el Hemisferio Occidental) y el venezolano Luis Cubeddu. No hay fecha prevista para que Massa viaje a poner la firma.
“Las discusiones están enfocadas en fortalecer las políticas macroeconómicas para apoyar la acumulación de reservas y mejorar la sostenibilidad fiscal, protegiendo al mismo tiempo a los más vulnerables”, planteó Julie Kozack, Directora de Comunicaciones del Fondo, tras el último pago argentino.
¿Cómo acelerar la acumulación de reservas sin que China no expanda el Swap o el propio FMI adelante desembolsos? Eso podría suceder, pero no sin condicionalidades. Una es la devaluación hoy acelerada (hbrá que esperar los próximos días para verificar la tendencia), la otra es el destino de los adelantos.
En Washington observarán con detenimiento el uso de dólares del BCRA. Fernando Marull observó que en mayo se usaron US$759 millones para mantener el dólar paralelo debajo de $500. “Casi lo mismo (US$800 millones) que el pago ‘neto’ de Fernández al FMI en 3 años. Subsidiaron la fuga, dirían los K”, ironizó el especialista en twitter.
¿Después de las Paso Massa ya no será ministro, sino solo candidato? Para entonces el país mantendrá reservas netas negativas, el Tesoro tendrá un 70% de acreedores dentro del sector público pero “la bomba de la deuda en pesos” -el déficit cuasifiscal- supone sólo por pago de intereses de las Leliqs, $1,2 billones en el último mes. Y eso supone riesgo de inflación. en un país sin financiamiento y con persistente déficit fiscal.