Le bajan un cambio a El Niño y disminuye el riesgo de excesos hídricos
Tras uno de los peores ciclos productivos en la historia de la agricultura nacional, consecuencia de 3 Niñas consecutivas, el evento “Niño”, su contracara, promete lluvias por encima de lo normal. El evento que hace un mes atrás daba señales de estar entre los 2 o 3 más intensos de los últimos 60 años, será más moderado y baja el riesgo de excesos hídricos que se preveía.
“El Niño se intensificaría durante la primavera. Va a alcanzar niveles de Niño ‘Fuerte’ entre noviembre y diciembre, pero ya no ‘Muy Fuerte’. Hay una tendencia a una ligera disminución del evento entre febrero – abril 2024”, explicó Alfredo Elorriaga, consultor climático de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Por primera vez para la región núcleo y con información de la red de estaciones de la entidad, se desarrolló un algoritmo para calcular las proyecciones mensuales de lluvias de octubre a enero del 2024. Los mapas muestran una definida tendencia positiva de las precipitaciones en concordancia con la presencia de un Niño durante todo el periodo modelado.
—Alfredo, el Niño ¿va a estar presente en la campaña gruesa argentina?
—Sí, ya hace casi dos meses que se estableció. Esos indicadores muestran una marcada tendencia a su fortalecimiento durante el semestre cálido de Argentina. Si a eso le sumamos la desviación de la circulación del viento hacia el oeste en los niveles bajos y altos de la atmósfera, tenemos un sistema océano/atmósfera totalmente acoplado. Esto remarca la proyección de su fortalecimiento.
—Sin embargo, no hay lluvias importantes en la región pampeana y el oeste sigue seco para sembrar trigo.
—En los últimos 10 días vimos pronósticos de lluvias que han fallado sistemáticamente. Volvió a pasar este último fin de semana, pero habíamos alertado que hay una situación atmosférica muy inestable. Esto tiene que ver con fenómenos regionales; ahora tenemos ingreso de humedad, pero los frentes fríos no están ingresando al centro de la región pampeana para capitalizar esa humedad en lluvias. Fíjate que en los primeros días de julio llovió muy bien en el SE bonaerense, con acumulados de 15 a 90 mm. Vuelvo a decirte, hay factores que son atípicos: estamos en julio con temperaturas casi de verano. Hay pronósticos de algunas lluvias interesantes en los próximos días, pero parece muy difícil que lleguen al oeste.
—Respecto del Niño, ¿cuál es la intensidad que puede alcanzar en los próximos meses? ¿Podemos tener un “súper Niño” (Niño muy fuerte)?
—A fines de mayo, la evaluación realizada por la mayoría de los organismos internacionales mostraba que había una probabilidad de 56% de tener un Niño muy fuerte entre noviembre y enero del 2024. Pero, la actualización de los indicadores a junio 2023 mostró cambios significativos: hubo una disminución de los valores proyectados de anomalía.
— ¿Qué cambió?
—Es muy técnico, pero te cuento. Los vientos del este, en niveles bajos de la atmósfera, se han debilitado. Se ha observado una disminución del calor transferido a la atmósfera sobre Indonesia y temperaturas superficiales del mar más cálidas en el Pacífico Ecuatorial Oriental. Estas características, combinadas con vientos alisios debilitados, contribuyen a una extensión de condiciones cálidas hacia el oeste. Esto modera las temperaturas superficiales en el Pacífico Ecuatorial Central.
—Entonces, ¿qué va a pasar? ¿Puede no haber “Niño” en el verano?
—Va a haber un Niño para la próxima gruesa argentina. La proyección actual de los modelos sostiene la continuidad del Niño durante todo el 2023. Los datos de junio moderaron la intensificación del evento esperado en mayo. El Niño muy fuerte, o súper Niño –como vos le decís-, pasó a ser un Niño fuerte.
— ¿En qué momento se va a sentir el evento con mayor fuerza?
—El Niño se va a intensificar durante la primavera. Va a alcanzar niveles de Niño “Fuerte” entre noviembre y diciembre. Además, te cuento que hay una tendencia a ligera disminución del evento entre febrero y abril 2024. Para que no queden dudas, hicimos este gráfico (datos proporcionados como salida de los modelos NOAA/NCEP/CFSv2). La precisión de los modelos predictivos, tanto estáticos como dinámicos, disminuye a medida que nos alejamos del tiempo considerado en la proyección. En el caso de los forzantes del Pacífico los pronósticos tienen mayor certidumbre cuando se hacen entre junio y septiembre que cuando se hacen entre febrero y mayo.
—Niño muy fuerte hasta febrero, ¿es eso lo que hoy tiene que tener en cuenta el productor para hacer su estrategia de producción?
—Esto es lo que se puede decir hoy con los últimos datos de los organismos internacionales que siguen el fenómeno del Niño. El productor lo debería tener en cuenta para sus calendarios de siembra. En principio, no sería un año para hacer siembras tardías.
—Alfredo, ¿qué cambia en la pluviometría de Argentina que se proyecte ahora un Niño fuerte en vez de uno muy fuerte?
—La intensidad “muy fuerte” es algo muy poco frecuente en los últimos 60 años. En cambio, ahora esperamos un nivel “fuerte” que estaría dentro de los 3 o 4 ocurridos dentro del mismo periodo. Para responderte, hay que tener en cuenta que en una situación de tanta inestabilidad como la que estamos observando en el océano Atlántico, y después de 3 años de intensa sequía tan condicionados por 3 Niña seguidas, un Niño muy fuerte aseguraba lluvias suficientes, sobre todo en el oeste del país. También es cierto que para otras áreas, el riesgo de excesos hídricos en una situación así era muy importante.
— ¿Qué puede pasar en la región núcleo con las lluvias mensuales de octubre a enero con esta presencia de Niño fuerte? Sé que has estado trabajando mucho para brindar una respuesta.
—Trabajando conjuntamente con los datos de la red de 36 estaciones meteorológicas de GEA/Bolsa de Comercio de Rosario, podemos acercar la mejor proyección posible. Hay que tener en cuenta las variables con las que se trabajó para llegar a este resultado:
Se tomaron como base los datos actualizados de diez de los modelos más estables, incluido el CFSv2, utilizando un algoritmo propietario. Se ha confeccionado un modelo estadístico predictivo que considera el comportamiento de las lluvias de los últimos 50 años en concordancia con valores de calentamiento mensuales, con +/- 10%, respecto de los proyectados como más factibles en el periodo octubre/enero.
El resultado es una estimación estadística del probable volumen que presentarán las precipitaciones en los meses analizados. Se considera una evolución del evento Niño dentro de los valores actualmente previstos.
Los valores proyectados consideran solo la influencia que ejerce la actividad del Pacífico Ecuatorial Central, instalando un evento Niño, sobre las precipitaciones de la región pampeana. El modelo desarrollado no considera en la ecuación los condicionamientos, positivos o negativos, que pueden aportar otros forzantes globales. Los forzantes extra Pacífico podrían modificar de una u otra forma los volúmenes pluviales calculados.