Literatura
A cien años de su muerte, Kafka aún tiene cosas por contar
Aunque gran parte de su obra se conoció después de su muerte, el centenario del fallecimiento de Kafka nos permite rever aquella inmensa biblioteca de interpretaciones y reconocer la vigencia y los valores que nuestro tiempo nos permite descubrir.
La obra de Franz Kafka (Praga, 1883-1924) es sin dudas la que se ha visto sometida a la mayor cantidad de interpretaciones. Bibliotecas enteras dan cuenta de una diversidad de lecturas sesgadas y hasta fanáticas. Max Brod, a cuya traición (el epíteto es de Milan Kundera) debemos el conocimiento de gran parte de los escritos de Kafka, fue el primero en crear una lectura definida y presuntamente definitiva. Tras esa lectura de índole religiosa sobrevendrían exégesis metafísicas, sociológicas, alegóricas, simbolistas, esotéricas, sobre la cuestión judía, sobre los pormenores estilísticos e idiomáticos y, sobre todo, interpretaciones psicoanalíticas y marxistas (una paradoja si se considera que fue un autor censurado en la Unión Soviética). Todas ellas eran lecturas posibles y plausibles, y todas ellas parciales.
Kafka a los cinco años. Foto: Archivo
En su “Diario”, en la entrada del 6 de agosto de 1914, Kafka escribe: “Desde el punto de vista de la literatura, mi destino es muy simple. El sentido de la descripción de mi visionaria vida interior ha desplazado todo lo demás al terreno de lo accesorio y se ha atrofiado de un modo terrible, y no cesa de atrofiarse. Nada más podrá satisfacerme nunca”. A pesar de esta conclusión absolutamente introspectiva, Kafka fue el gran profeta de nuestro tiempo. Profetizó el nazismo (que no llegó a sufrir, pero que asesinaría en campos de concentración a sus tres hermanas y a su novia Milena Jesenská); profetizó la burocracia que en la era cibernética nos esclaviza cada día más; profetizó gran parte de la literatura de nuestro tiempo (la literatura del absurdo, la existencialista, la de Borges…).
Estatua dedicada a Franz Kafka en Praga. Foto: Ivan Vyskocil
Aunque gran parte de su obra se conoció después de su muerte, el centenario del fallecimiento de Kafka nos permite rever aquella inmensa biblioteca de interpretaciones y reconocer la vigencia y los valores que nuestro tiempo nos permite descubrir. Es en este marco que la cátedra de Literaturas Germánicas de la UNL ha organizado una clase abierta al público, en la que intervendrán los profesores Adriana Crolla y Fabricio Welschen, responsables de dicha cátedra, y el escritor Enrique Butti. Tendrá lugar el lunes 3 de junio, a las 16, en la Facultad de Humanidades y Ciencias, en la Ciudad Universitaria, con entrada libre y gratuita.