A un año del estreno de “No nos callamos más”
El audiovisual musical “No nos callamos más”, del cual quienes suscribimos somos sus gestores, toma como punto de partida un caso real y anónimo de una víctima de violencia de género, específicamente de pareja. Se utilizan distintas disciplinas artísticas (todas incorporadas en el formato de un musical) para representar los distintos tipos de violencias (simbólica, psicológica, física, económica e institucional).
El año del estreno nos invita a un balance que tiene sus luces y sombras. Desde las hermosas devoluciones que se suscitaron en los días posteriores a través de las redes, hasta las críticas provenientes incluso de algunos sectores que defienden la causa, aunque desde otras perspectivas.
De lo más positivo que rescatamos fue la gira regional que se fue dando de manera no programada gracias a la invitación de comunas que se iban enterando de la propuesta. Luego del estreno en el Teatro Ideal de Venado Tuerto, al día siguiente viajamos a Berabevú, invitados por Fabiana Morón, mamá de Julieta del Pino. El abrazo que en ella también le dábamos a la memoria de Julieta fue el inicio de una hermosa relación que se fue prolongando en posteriores funciones donde nos volvimos a encontrar con Fabiana. Para los venadenses que no pudieron ir al estreno repetimos la experiencia en 1927 Multiespacio. Carreras y Melincué nos recibieron el mismo día en una maratónica jornada, merced al trabajo colaborativo de las Secretarías de Género de ambas localidades. El Centro Cultural de María Teresa fue marco de una función para alumnos y público en general. Y la gente de “Proteger” en Hughes nos hizo el honor de inaugurar con nuestro musical un nuevo Centro Cultural en la localidad dentro de la estructura de un vagón de tren.
A través de los posteriores debates creemos haber sumado un granito de arena sensibilizando sobre esta problemática tan compleja para empatizar con aquellas mujeres que estén atravesando situaciones similares, comprender las condiciones en que suelen ocurrir y poder identificarlas. Se pudo mostrar que a pesar de que no es fácil hay caminos alternativos para sanar y salir adelante. Quedó claro que en ese camino nos tenemos que comprometer todos, no sólo la justicia y el Estado. Todos los actores sociales somos responsables de generar acciones concretas y crear un contexto de contención para quienes están padeciendo cualquier tipo de abuso o avasallamiento de derechos que ponen en riesgo la integridad humana.
Emociona recordar las lágrimas, casos locales que se verbalizaron por primera vez, preguntas, opiniones, y hasta silencios que decían mucho. En cada testimonio que surgía al cierre de todas las funciones nosotros mismos reafirmamos algunas certezas: acompañar, escuchar, sororizar, comprender, contener, animar son todas tareas que pueden allanar mucho esos caminos.
Nadie se empodera de un día para el otro. Es necesario un proceso de deconstrucción colectiva y a la vez de construcción que todos debemos atrave-sar como sociedad. Se trata de reeducarnos, de leer y escuchar con otra mirada pero también de proponer nuevos productos culturales al servicio de esta nueva forma de entender el mundo, más humano y menos machista.
Flavia Boglione (Docente -IES7-, Lic. en Didáctica de las Ciencias -Univ. de San Martín-, Diplomada en Estudios de Violencia de Género -U.T.N., Buenos Aires-, Diplomada en Género y participación comunitaria -U.N.R.-)
Gabriel Zarich (Lic. en Periodismo -U.N.R.-, músico y docente)