Caída anual del 8%
Actividad industrial: un año de retrocesos
Después de dos años de recuperación, la actividad manufacturera santafesina cerrará el año con una caída que rondará el 8 por ciento. Fuerte incidencia de la sequia y las restricciones en el acceso a las divisas.
Gabriel Rossini
Tras dos años de fuerte recuperación y crecimiento que en algunos sectores superaron cifras históricas de producción, la industria santafesina tuvo en 2023 un importante retroceso producto de factores climáticos, internacionales y de gestión económica nacional que en los primeros 10 meses del año acumularon una caída del 7,4 por ciento que seguramente se incrementará con el mal desempeño de noviembre y diciembre.
Las causas del mal año tuvieron en la sequía un factor decisivo en la producción manufacturera provincial ya que representa el mayor porcentaje de todo el producto industrial santafesino, que hicieron retroceder en porcentajes con pocos antecedentes las actividades vinculadas con la metalmecánica y la industrialización de cereales y oleaginosas, en particular la soja.
El último informe de actividad industrial de Fisfe revela la incidencia de la sequía en la industria provincial: de haberse sostenido durante 2023 el mismo nivel de molienda de oleaginosas alcanzado el año anterior, la actividad industrial santafesina hubiese registrado una contracción de apenas un 1,0% anual. Otra revelación del informe: en diez meses la demanda de energía eléctrica de las empresas disminuyó un 6,1% respecto del año anterior, fundamentalmente por el mal desempeño del complejo fabril oleaginoso.
Esta composición del producto industrial santafesino hizo además que la caída de la actividad industrial en la provincia de Santa Fe fuera mucho más pronunciada que en el promedio nacional. En octubre de 2023, el índice de producción industrial manufacturero nacional que mide el Indec mostró en el acumulado enero-octubre de 2023 una disminución de 0,4% respecto a igual período de 2022 por el buen desempeño de actividades que se desarrollan en otras regiones del país como la energía y la minería.
Pero no solo fue la sequía la causa del mal desempeño de la industria santafesina. También lo fueron los inconvenientes en el abastecimiento de insumos importados por las restricciones en el acceso a las divisas y los retrasos en la aprobación de los permisos de importación, la incertidumbre macroeconómica, la aceleración del proceso inflacionario y el deterioro del poder adquisitivo de los salarios.
En este contexto de caída de la actividad manufacturera, que empezó a mostrar los primeros síntomas en el último trimestre del año pasado, el empleo industrial privado en la provincia a setiembre de este año se expandió el 1,6% respecto al mismo mes del año pasado, acumulando 37 meses de crecimiento consecutivos. La industria manufacturera emplea en la actualidad más de 141 mil trabajadores asalariados registrados en forma directa, lo que representa 1 de cada 4 en la provincia.
Finalmente, por si faltaba alguna mala noticia para el sector, la decisión del gobierno nacional de reponer las retenciones a las exportaciones industriales sumaron un golpe más al sector y profundizaron las preocupaciones de los empresarios locales en vísperas de un 2024 que todos prevén en el mejor de los casos como muy difícil y complicado por las medidas económicas que se están tomando.
Los cien años de la UISF
Una buena noticia en un año donde hubo pocas pare el sector fue el centenario de la Unión Industrial de Santa Fe, una de las primeras entidades gremiales empresarias del país que fue pionera en la conformación de asociaciones de este tipo en la provincia.
La génesis de su fundación sucedió en 1921 cuando se conformó en la ciudad de Santa Fe la Sociedad de Industriales, de Construcciones y afines, y el 15 de agosto de 1923 se convocó a una asamblea general de socios para generar un ámbito "de mayores proyecciones, que abarcara en su seno a todos los hombres de empresas vinculados a las actividades de la vida industrial santafesina", que elaboró un estatuto de once puntos en el que se detallan los fines de la institución que se mantienen hoy en día.
Entre los más relevantes están: fomentar la industria, propiciar la ética industrial y comercial; proteger los intereses del sector; apoyar las iniciativas que tiendan al bienestar de la masa societaria; procurar la armonía entre los que constituyen los factores productivos de la industria y el trabajo; estimular el análisis, estudio e investigación de los grandes temas y problemas industriales; y fomentar la enseñanza técnica industrial, entre otros.
Para tener una idea de la importancia que adquirió la entidad entre los empresarios de la época, 6 años después de su creación, en 1929 ya existían 36 rubros representados por los asociados a la UISF, que de alguna manera muestran el perfil industrial de nuestra ciudad: molinos harineros, empresas de navegación y astilleros, cervecerías, fábricas de lácteos, areneras, fábrica de tanino, obrajes y estancias, aserraderos, carpinterías, fábricas de muebles y colchones elásticos, de envases de madera y artículos de mimbre, construcciones de mampostería, fábrica de mosaicos, artículos de yeso y cemento, fábrica de cerámica, caleras, obras sanitarias e instalaciones eléctricas, herrería artística, talleres mecánicos y fundiciones, fábricas de balanzas, representantes y talleres de automóviles, escultura y tallado, marmolerías, empresas de pinturas, fábricas de artículos de hojalata, fábricas de calzados, tintorerías y sastrerías, lavadero mecánico, panaderías y confiterías, fábricas de pastas, torrefacción de café, imprentas y encuadernaciones, fábricas de escobas.
Una buena noticia en un año donde hubo pocas pare el sector fue el centenario de la Unión Industrial de Santa Fe, una de las primeras entidades gremiales empresarias del país que fue pionera en la conformación de asociaciones de este tipo en la provincia. |