Alcohol cero al volante: los antecedentes en la Legislatura santafesina
Por Luis Rodrigo
La sanción de una reforma a la legislación nacional que fija en un redondo y prohibitivo cero el valor de alcohol en sangre para los conductores tiene antecedentes con sanciones en varias legislaturas provinciales, pero no es el caso de las cámaras santafesinas.
Sea porque los legisladores no estaban del todo convencidos de su eficacia o porque el contexto político no lo permitió, desde 2015 a la fecha han fracasado los intentos de llevar a la absoluta restricción el consumo de bebidas alcohólicas para quienes luego de tomar, se hagan del volante.
En rigor, los concejos municipales de la ciudad de Santa Fe primero y de Rosario después se encargaron de endurecer los controles o -según como se mire- de no dejarles dudas a quienes crean que podrían beber una cantidad módica y aún así quedar dentro de los límites permitidos.
El domingo 16 de febrero de 2020 comenzó a regir la ordenanza 12.643 en la capital provincial, que se popularizó como “de alcohol cero” pero que en rigor, permitiría valores menores a 0,3 g/L, en los alcoholímetros para no caer en infracción. La denominación políticamente correcta se impuso y ciertamente pronto los santafesinos comprendieron que con un par de lisos se quedaba por sobre 0,2 al momento de enfrentar las pipetas.
Al cabo de casi dos años, los ediles rosarinos también aprobaron una norma más dura e impusieron el mismo control, pero fijaron en 0 el tope.
En rutas nacionales
Cuando sea promulgada la Ley Nacional de Tránsito con las reformas que llevan a cero la tolerancia con el alcohol al manejar (y quede atrás el límite de 0,5) esa disposición regirá en el territorio santafesino bajo jurisdicción nacional, es decir, en las rutas nacionales. En tanto, en las rutas provinciales -hasta tanto la provincia de Santa Fe se adhiera a la nueva norma nacional- se toma el 0,5 que estaba vigente a nivel federal.
Solo media sanción
Los debates para que la provincia de Santa Fe cuente con una ley de alcohol cero al volante y con un programa para su promoción se suceden desde 2015. Fue el senador por San Justo, Rodrigo Borla (UCR-San Justo) quien en septiembre de aquel año propuso un proyecto de ley que no prosperó y lo mismo sucedió en 2016 con otro expediente en la misma dirección que presentó el ex ministro de Salud, que por entonces ocupaba la banca por Rosario, Miguel Ángel Cappiello (PS). Y lo mismo sucedió en 2017 y 2018 con sendas iniciativas, que se renovaron sin suerte.
Un proyecto de ley del diputado provincial Fabián Palo Oliver (Alfonsinismo Auténtico) logró la media sanción de la Cámara baja en diciembre de 2018, pero el Senado no lo trató. En dos oportunidades la iniciativa perdió estado parlamentario al pasar dos años desde su presentación. Ahora el proyecto está nuevamente en ese cuerpo deliberativo, ya que el ex intendente de Santo Tomé repitió su presentación en febrero pasado, y cuenta con el envión que ha significado la norma nacional. Obviamente, para su tratamiento debe comenzar el período ordinario de sesiones, lo que ocurrirá el 1ro de mayo. Hasta entonces no podrá ser tratado salvo que sea habilitado por el Poder Ejecutivo Provincial.
El mito de los trompetistas
Se dice que los músicos de instrumentos de viento saben cómo soplar sin que el aire pase por sus pulmones, y de hecho lo hacen al ejecutar sus trompetas, saxos, quenas, flautas, cornos, tubas, trombones, clarinetes y fagots, pero si el valor permitido baja a cero el riesgo será alto.
Los expertos en soplar metales, cañas, y maderas ya no podrán ser el conductor designado para llevar a los demás miembros del grupo, porque bastará con que un mínimo resto de bebidas alcohólicas haya quedado en sus aparatos bucales (ya no en su sangre) para que el alcoholímetro marque más que cero.