Se necesitan obras
Apagón del sur santafesino: si no cierran anillo, el futuro será oscuro
Una semana atrás, el sur sur santafesino, en un tórrido atardecer, se quedaba sin energía eléctrica. En principio, se tomó con calma. Se creía que el servicio, como otras veces en épocas de muy alto consumo, se reanudaría en minutos. Pero no fue así. Redes sociales y whatsapp viralizaban las novedades y enseguida la Cooperativa Eléctrica de Venado Tuerto deslindaba responsabilidades y divulgaba precisiones sobre el incendio de proporciones en la estación transformadora de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), en Casilda, que causó la interrupción del servicio desde dicha localidad hasta el extremo más austral del departamento General López, en Rufino.
Sin dudas, en el futuro podrían ocurrir sobrecargas de tensión, falla de materiales, mala praxis y hasta sabotajes en la línea desde Rosario hasta Rufino que originaran otro gran apagón. Nada de eso es controlable en un ciento por ciento, pero las consecuencias no serían las mismas en el sur provincial si, a estas alturas, ya se contara con la línea extra de alta tensión (500 kV) entre Río Diamante, Mendoza, y Ezeiza, con estación transformadora en Coronel Charlone, en el partido bonaerense de General Villegas.
A lo largo de más de una década, este proyecto que contempla 487 kilómetros de línea de 500 kV y 422 kilómetros de líneas de 132 kV, estuvo varias veces cerca de iniciarse; la última, en noviembre de 2019, cuando el Gobierno nacional decidió postergar la licitación del primer proyecto de Participación Pública y Privada (PPP) para el sector eléctrico, ante la falta de fondeo que originaron la crisis financiera de mayo de 2018 y la causa de los cuadernos.
Río Diamante-Charlone era el primer tramo de una serie de ampliaciones en la red de transmisión eléctrica con unos 3 mil kilómetros de líneas de alta tensión. Y se había planificado con un plazo de construcción de unos tres años. Apenas asumidas las nuevas autoridades de la Secretaría de Energía de la Nación, prometieron revisar los proyectos en carpeta, pero dos años después, aún no hay buenas noticias. Por el contrario, las novedades adquieren forma de apagón, como el último lunes, que podría haber pasado inadvertido de haber prosperado a su tiempo dicha megaobra de infraestructura.
Diamante a Charlone
Alberto Corradini, gerente de la CEVT.
Cuando se consultó desde El Litoral al gerente técnico de la Cooperativa Eléctrica de Venado Tuerto, Alberto Corradini, luego de explayarse sobre los orígenes del apagón y la actuación de la concesionaria en esas horas tan difíciles (ver sur24.com.ar), aprovechó para señalar que el aspecto neurálgico es, precisamente, que una región tan importante en lo poblacional y lo productivo debe tener su reaseguro energético en dicha línea desde Río Diamante.
“En el sur santafesino dependemos de la energía que la Empresa Provincial de la Energía (EPE) toma del Sistema Interconectado Nacional en Rosario y se transporta mediante una línea 132 kV. Como es una línea radial, cuando hay un fallo, el suministro se interrumpe de ahí en adelante. Por eso insistimos desde hace más de 12 años en la necesidad de activar una línea alternativa, como lo es la de alta tensión de 500 kilovoltios (kV), desde el río Diamante hasta Ezeiza, y en un punto estratégico, que es la localidad de Charlone, en el noroeste bonaerense, montar una estación transformadora (500 kV a 132 kV), que daría solución a estas problemáticas en regiones de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y La Pampa”, explicó. “Automáticamente, cuando hay una falla en una línea, entra en acción la alternativa”, simplificó Corradini, quien dijo que el proyecto ya está resuelto técnicamente, aunque siempre postergado por la aparición de otras prioridades. “En 2008 visitamos la Secretaría de Energía de la Nación, y esta iniciativa ya existía, incluso con el cálculo de costos, y los funcionarios nacionales reconocían la necesidad de apurar la obra por la importancia que adquiría para varias provincias”, recordó Corradini.
Generación propia
Sin una línea de abastecimiento alternativo, la otra opción es la generación propia de energía, pero en este aspecto Corradini aclaró que “el contrato de concesión con la Municipalidad nos obliga a cumplir con el servicio de distribución, no con la generación. Tanto la provisión de la energía, como el transporte desde los puntos de generación hasta los centros de consumo, son responsabilidad de la Nación, en tanto que la Provincia, a través de los sistemas de distribución troncal, debe llevar la energía hasta los distintos distribuidores”.
Más adelante, el funcionario admitió que “durante muchos años la Cooperativa generó energía en la Usina en los tiempos donde no había Sistema Interconectado, y luego lo siguió haciendo ante la particularidad de este sistema radial, pero nunca fue una obligación. Además, la central generadora propia de Edison y Maipú debió desactivarse ante la nueva legislación ambiental. En consecuencia -prosiguió-, para compensar esa situación, en 2008, la empresa cedió en comodato un terreno en el Parque Industrial para instalar una planta que ya en su momento tenía una potencia instalada de 17 megavatios (MW) y la demanda máxima superaba los 30 MW, es decir que en caso de un corte en horario pico, y en un día de semana, no alcanzaba para abastecer ni siquiera a Venado Tuerto, aunque, por supuesto, con cortes rotativos, se podía aliviar la situación”. Y amplió: “Sin embargo, tres años atrás, la empresa Secco de un día para el otro comunicó que ya no le interesaba operar esa central generadora, que luego pasó a manos de Nación, por lo que desde ese momento la Cooperativa ya no tiene más nada que ver, ni con la prestación de mano de obra, ni tampoco con las decisiones”.
Hoy, lo que se genera en la ciudad es en esta planta que pertenece a la Nación y administra la Provincia, con un máximo de 17 MW, en tanto que en sólo en Venado Tuerto la demanda ya alcanza los 50 MW. Por su parte, la CEVT dispone de pequeños grupos móviles, con los cuales “hubo cierta confusión el día del apagón, porque en un momento nos decían que todo se normalizaría en media hora o una hora, y en tal caso no tenía sentido ese despliegue. De todos modos, se dispusieron estos equipos en distintos puntos de la ciudad y se hizo lo que se pudo en esas circunstancias, con un trabajo titánico de los trabajadores de la Cooperativa”. Y agregó que cuando se empezó a generar, a las dos horas del corte, había apenas 7 MW disponibles, una producción muy escasa, y “tratamos de distribuir esa energía lo mejor posible, aunque eso generaba el disgusto del asociado que seguía sin luz mientras el vecino de enfrente ya disponía del servicio”.
Unidad y presión
Germán Casalino, gerente de Fescoe.
Nada habría más irresponsable en el sur santafesino que una dirigencia de brazos cruzados a la espera de la próxima interrupción del suministro eléctrico a través de la línea Rosario-Rufino, situación altamente probable en este verano que debutó con ola de calor. Con tanto convencimiento como el gerente de la Cooperativa Eléctrica, Alberto Corradini, se pronunció sobre el particular el presidente del Centro Regional para el Desarrollo del Sur de Santa Fe y gerente de la Federación Santafesina de Cooperativas de Electricidad (Fescoe), Germán Casalino, quien sostiene que las instituciones intermedias, junto con el poder político de Venado Tuerto y del conjunto del departamento General López, tienen que organizarse, empoderarse e influir en el ámbito provincial y nacional por la reactivación del proyecto de la línea de alta tensión entre Río Diamante y Ezeiza, que permitiría a nuestra región cerrar el anillo en Coronel Charlone y lograr el reaseguro energético.
“Tenemos que ser inteligentes y unir fuerzas, así como lo hicieron otras comunidades, privilegiando una necesidad estratégica. Esta red es la única solución definitiva”, enfatizó el abogado. Y reflexionó a continuación: “No podemos acompañar el crecimiento y el desarrollo de una ciudad como Venado Tuerto, ni de la región, si no contamos con la certeza de la provisión suficiente de un insumo tan básico como la energía, que a la vez se trata de una fortaleza competitiva, porque las grandes empresas, antes de decidir un eventual desembarco, averiguan, por ejemplo, si en ese lugar podrán satisfacer su demanda energética”.
Tampoco alcanza
Ante la consulta de Sur24, Casalino también aludió a la generación propia de energía eléctrica, y si bien dimensionó que en algunas circunstancias puede ser un alivio, o un refuerzo, ratificó que de ninguna manera la dirigencia política e intermedia debiera distraerse de la verdadera prioridad, que es la línea Río Diamante-Ezeiza, más allá de la planta de la empresa Secco en el Parque Industrial, o del incipiente aporte al sistema desde las energías renovables.
En este sentido, recordó que, en 2008, una vez desactivados los equipos propios de la Usina, se instaló la planta de Secco en el Parque Industrial, la cual sólo entra en acción en situaciones de emergencia. Sin embargo, especificó que la demanda del servicio eléctrico de Venado Tuerto y la región creció considerablemente, hasta el punto tal que hoy esta ciudad tiene una demanda de entre 40 y 50 MW.
“La generación en dicha planta es una cuestión que no corresponde a la Cooperativa Eléctrica, pero de todos modos no alcanza, como se comprobó con el incendio en la planta transformadora de Casilda. Sin dudas -insistió-, la solución de fondo es la construcción de la nueva línea y el cierre de anillo, y así, automáticamente, al cortarse el flujo eléctrico de una línea, recibir la provisión de la otra. Esta es la salida, una provisión alternativa, porque la planta generadora no tiene capacidad para cubrir la demanda ante una interrupción total, como la reciente, ni tampoco los equipos móviles podrían hacerse cargo de la enorme demanda de esta época de consumo récord en todo el país”, estimó Germán Casalino.
NOTA PUBLICADA EN EDICIÓN IMPRESA DE SUR24 DEL LUNES 3 DE ENERO DE 2022