“Arbolitos cambiarios”: economistas advierten que intentar cerrarlos aumentará el valor del dólar
(Por Bryan J. Mayer) – A través de superávit en la balanza comercial, con un saldo positivo entre las importaciones y exportaciones, generando inversiones de capitales extranjeros. Esas son algunas de las formas para generar dólares fidedignos en Argentina. Lo cierto es que ni una, ni otra cosa es posible actualmente. La Ley laboral, como la sindical no acompañan y un dólar “mentiroso” no genera confianza ni siquiera a los inversores extranjeros para llegar a un país cuya moneda se desploma de una forma histórica. De hecho, estos últimos temen que – con un gobierno que cambia las reglas del juego continuamente – los dólares que eventualmente generen aquí no puedan llevárselos luego donde les plazca. Este – resumido y acotado a modo de ejemplo – combo de impericia económica lleva a que en nuestro país sea difícil tener dólares, el activo elegido por el clamor popular para intentar resguardarse de una moneda local que no mantiene su valor más de 24 horas.
La consecuencia a lo planteado precedentemente lleva a que un mercado paralelo “chico” (pero no sin impacto en el resto de la economía como esboza el gobierno nacional) sea la vía más viable para conseguir un puñado de billetes estadounidense. Los famosos “arbolitos” transitan días con una vorágine atroz de cambio de precios que fluctúan minuto a minuto. En medio de esa corrida cambiara – que genera incertidumbre y algunos que se adelantan con los aumentos – una legisladora oficialista propuso que la Policía Federal se encargue de llegar hasta esas “cuevas” cambiarias y terminar con lo que, parece ser para el oficialismo, parte del gran problema económico del país. Al margen de que las fuerzas de orden público están para prevenir y accionar ante un ilícito, no están para asustar ni prestarse a un circo ideológico. El impacto económico tampoco sería favorable.
“El dólar es un bien transable y se comercializa internacionalmente. Su valor se define según la oferta y la demanda. En el caso de Argentina, hay mucha gente queriendo comprar dólar y pocos canales de acceso, por eso el precio se dispara” explica fácilmente el consultor Gustavo Segré. Sobre la venta paralela asegura que “es chiquitaje, es la persona que tiene que vender dólares para pagar una cuenta o que compra porque consigue guardar algunos pesos y no consigue que le autoricen el dólar ahorro” y agrega que “eso no es lo que te genera problemas en la economía, porque incluso las empresas no tienen “negro”, por lo cual no te afecta nada”. Sobre la disparada existente en ese mercado, señala que “el dólar “blue” sube porque hay pocas operaciones de “chiquitaje” y como hay más demanda que oferta, el valor sube”. Gustavo Segré también plantea una solución para eso, si el gobierno tuviera mejor sustento en sus reservas: “si tiran, no sé, 2 millones de dólares en un día, el dólar paralelo baja, entonces te demuestra que el camino no es el que están planteando”. De esta manera descarta la viabilidad de flanquear a los “arbolitos” e ironiza sobre lo imposible de lo planteado: “la calle Florida es una cueva a cielo abierto” dice.
En la misma línea, para Iván Carrino “ni merece comentarios, es algo que se dijo mil veces y es un razonamiento muy pobre” lo sugerido por Di Tullio. Consultado sobre lo beneficioso de tener diversos tipos de cambio o valores para comprar dólares, reclama “hacer lo que cualquier país: tener un solo tipo de cambio” y no “ninguna media tinta, liberar un poquito o favorecer sectores no es viable y genera distorsiones”, descartando considerar un precio favorable para, por ejemplo, el sector agropecuario.
El economista Iván Carrino asegura que “todos estos gritos del oficialismo sobre los especuladores y las casas de cambio tiene que ver con un valor ficticio del dólar, alejado de la realidad, que es el oficial a $130” y pronostica que “toda persecución al dólar “blue” no va a hacer nada” al tiempo que hipotetiza: “podés meter preso a 50 o 700 cambistas, pero no vas a lograr nada más que hacer más caro al dólar paralelo porque habrá menos oferta y será más riesgoso comercializarlo”. Es decir, en una cueva, en un arbolito, o en el garaje de cualquier hogar, los ciudadanos que quieran hacerlo, seguirán cambiando dólares. Depende del gobierno, y sus medidas, a qué precio.