Cáucaso
Armenia – Azerbaiyán: contrastes de las dramáticas horas de ataques en Nagorno Karabaj
El mundo observa con atención los trágicos hechos ocurridos en el territorio azerí que es habitado por armenios y buscaba ser independiente hasta las últimas horas, donde anunció que negociará la deposición de sus armas.
Cada muerte y cada ataque es lamentable y debe ser repudiado y evitable. Sin embargo, a veces la realidad y los intereses de los actores de la humanidad hacen imposible que tragedias así no ocurran. Para contribuir a que no se repitan, es imperante intentar desarmar el nudo del entramado que lleva a esos tristes desenlaces. Para eso, impera ofrecer todas las versiones y alcanzar un análisis lo más fidedigno posible.
Sobre las líneas que vienen a continuación, la historia demuestra que el conflicto en la zona popularmente conocida como Nagorno Karabaj, en territorio internacionalmente aceptada como azerí desde la disolución de la Unión Soviética, contiene fuertes cruces armados entre Armenia y los armenios de Nagorno-Karabaj que habitan la región desde hace siglos, por un lado, y con Azerbaiyán por el otro. Esta disputa existe desde hace gran cantidad de años, con incidencias estalinistas y con réplicas a finales del siglo pasado, en 2020 y en los últimos días. Cada enfrentamiento varió, en sus resultados, de “ganadores” y “vencidos”, como si eso fuera posible en medio de tantas muertes en consecuencia. En este último caso, pondremos a disposición del lector cuáles son las posturas de cada país respecto a los principales factores a considerar.
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Vale destacar que, hasta el momento de la redacción de este artículo, los líderes de la población que vive en Nagorno Karabaj informaban más de 400 heridos y 200 muertos, entre los que se distinguían 40 civiles. Según las cifras estimadas, la población total oscila entre 60 mil y 120 mil habitantes civiles (según el gobierno consultado), en su mayoría de origen armenio, siendo unos 10 mil los sindicados como “separatistas” por Azerbaiyán, es decir, que llevan acciones de hecho para que Nagorno Karabaj consolide a Arstaj (el nombre que utiliza Armenia y se remonta al Siglo V A.C.) como una República Independiente, aunque ningún otro Estado así la reconozca incluido Armenia. Desde este país aseguran que ninguno de los habitantes de la región en disputa quieren vivir bajo bandera azerí, por lo que no abonan la idea de que "son sólo 10 mil los separatistas".
Por otra parte, resulta menester indicar que todas las partes involucradas reconocieron el cese a las hostilidades bajo una propuesta rusa y que, en las próximas horas, llevarán adelante reuniones en consecuencia para negociar de qué forma se cumplen los planteos azeríes en medio de las hostilidades: reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán y destruir o entregar a ese país todas las capacidades militares que tengan los armenios que viven en Nagorno Karabaj.
El objetivo
El gobierno azerí indicó el martes que había comenzado una operación militar para recuperar el control del 100% de su soberanía territorial, luego de que “las fuerzas armadas armenias en la región de Karabaj de Azerbaiyán cometieron una serie de provocaciones militares a gran escala y ataques terroristas” que incluía la colocación de minas terrestres, que llevaron a la muerte de empleados viales y agentes policiales, según consignaron.
Ilham Əliyev, presidente de Azerbaiyan.
Por su parte, el gobierno armenio negó rotundamente las últimas acusaciones y denunció que “Azerbaiyán desató otra agresión a gran escala contra el pueblo de Nagorno-Karabaj, con el objetivo de completar su política de limpieza étnica”, centrando en este último punto el argumento sobre la escalada militar, señalando que fue utilizado como excusa.
Lugares atacados
Armenia acusa que “la agresión de Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj y el crimen masivo, es la continuación del uso de la fuerza a gran escala desatado por Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj en setiembre de 2020” y que ahora incluyó ataques a civiles “con el fútil pretexto de "destruir objetivos militares" están siendo bombardeados por parte de Azerbaiyán la ciudad de Stepanakert, otras ciudades y poblaciones”.
Por su parte, Azerbaiyán aseguró que lleva días anunciando a la población de Nagorno Karabaj que se aleje de los objetivos, establecimientos o medios militares y que no se entremezcle con las actividades de los “funcionarios” locales, anticipando lo que vendría. En este último punto, también declaran que atacaron objetivos exclusivamente militares y que si los ataques llegaron a zonas residenciales es porque allí “se ubican o esconden” armamentos de todo tipo. Todas las afirmaciones de este párrafo fueron negadas por los armenios. Por el lado azerí, cifraron la presencia de 200 tanques y 100 piezas de artillería en uso de los armenios en esa región, que según estos están allí desde la formación del ejército de Defensa en mayo de 1992 y no fueron incorporados últimamente.
Participación del gobierno armenio
Mientras el primer ministro armenio Nikol Pashinián se mostró predispuesto tiempo atrás a reconocer la soberanía azerí sobre los 86.000 km2 azerbaiyanos (incluídos los casi 4.000 km2 en conflicto) y que desde su entorno se afirme que no se apoya militarmente a los “separatistas” de esa región y que la presencia militar armenia no existe desde agosto de 2021, los azeríes aseguran todo lo contrario. Ellos señalan que, desde que colocaron un check-point fronterizo que regula el flujo de tránsito allí, hay gran cantidad de “conscriptos” que regresan al territorio internacionalmente reconocido como armenio luego de “prestar servicios” en la zona de conflicto. Por otra parte, ante el planteo de la contraparte responden de forma retórica: “¿De dónde sacan las armas y medios si no es de Armenia?’”.
Nikol Pashinián, primer ministro de Armenia.
Proyección de continuidad
Armenia mira con preocupación la reacción de la comunidad internacional, no solamente la occidental sino también la rusa. Temen que este “envalentonamiento” azerí sin una reacción firme permita la búsqueda de conquistar terreno por fuera de los límites establecidos. De hecho, denuncia un ataque azerí en el centro territorial armenio en las últimas horas. Sin embargo, Azerbaiyán ya recogió el guante y reiteró que “únicamente pretendemos hacer cumplir nuestra constitución en todo nuestro territorio y no parcialmente”, sin realizar agresiones fuera de sus fronteras, “excepto que llegue alguna agresión externa”. Esto último, de momento y según las negociaciones en pie, estaría descartado ya que el gobierno central de Armenia no realizaría ningún ataque en consecuencia a los últimos acontecimientos y los armenios en Nagorno Karavaj se desarmarían, Rusia mediante.
El mapa geopolítico, con las posiciones de Estados Unidos, China, Turquía, Rusia, Irán, la Unión Europea e Israel sobre lo que está pasando en el Cáucaso será motivo de otra exposición en tal sentido, ya que la vorágine y las reacciones han mutado tanto que advierten un desenlace aún más complejo que el previsto tiempo atrás.