Aumenta la tensión entre Rusia y Estados Unidos
[vc_row][vc_column][vc_column_text]Ayer, el presidente norteamericano advirtió graves consecuencias para Rusia si el Kremlin decide avanzar sobre Ucrania. “Será un desastre para Rusia”, avisó.
El primer ministro británico, Boris Johnson, respaldó estas consideraciones y dijo que una invasión rusa sería un “desastre para el mundo”, mientras que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que “la seguridad global en Europa es imposible sin la restauración de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”.
Para el Kremlin, estas declaraciones “pueden contribuir a desestabilizar la situación” y “suscitar esperanzas totalmente falsas” entre algunos altos cargos ucranianos, según el portavoz, Dmitri Peskov.
En Berlín, en tanto, el secretario de Estado, Antony Blinken, mantiene reuniones con sus pares de Francia y Alemania y con la secretaria de Exteriores británica, antes de un encuentro crucial con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, mañan en Ginebra.
“Hemos sido muy claros sobre lo que pasaría si las fuerzas militares rusas van más allá de la frontera con Ucrania y llevan a cabo una agresión contra Ucrania, que merecerá una respuesta rápida y severa de parte de Estados Unidos y sus aliados”, declaró Blinken a la prensa en Berlín, y agregó que los países occidentales están unidos y poseen una “fuerza” de la que Rusia carece.
La Casa Blanca dio su visto bueno a las peticiones de países bálticos de enviar armas de fabricación estadounidense a Ucrania, en momentos en que se agita la posibilidad de una invasión rusa, algo que Moscú niega pero exige que la OTAN no expanda sus operaciones hasta ese territorio.
“Aliados europeos han dicho que necesitan avanzar en la asistencia adicional de seguridad (para) Ucrania en los próximos días y semanas”, dijo un responsable del Departamento de Estado en Berlín.
Se están “acelerando los traslados autorizados de equipos de origen estadounidense procedentes de otros aliados”, indicó la fuente citada por medios locales en referencia a las demandas de Estonia, Letonia y Lituania para asistir a Kiev.
Estas fuentes no detallaron la cantidad o el tipo de armas, pero los arsenales de los países bálticos incluyen misiles portátiles antitanques Javelin.
Por su parte, Rusia anunció hoy ejercicios navales durante los próximos dos meses en el Atlántico, el Ártico, el Pacífico y el Mediterráneo.
“En total, más de 140 buques de guerra y de apoyo, más de 60 aviones, 1.000 elementos de equipamiento militar y unos 10.000 militares formarán parte” de esos ejercicios, indicó el Ministerio de Defensa ruso, citado por las agencia de noticias Sputnik.
“El objetivo principal es poner en práctica las fuerzas navales, aéreas y espaciales para proteger los intereses nacionales rusos en los océanos del mundo y contrarrestar las amenazas militares a Rusia desde los mares y océanos”, añadió. En el mar Negro, las tensiones vienen en aumento en los últimos años.
Moscú acusa a Ucrania y a los occidentales de amenazar su seguridad frente a las costas de la península de Crimea, anexada por Rusia. En junio de 2021, la flota rusa había realizado disparos de advertencia contra un destructor británico en ese lugar.
Rusia también empezó esta semana a desplegar un número indeterminado de soldados en Bielorrusia para unos ejercicios “improvisados” de preparación al combate en las fronteras de la Unión Europea (UE) y de Ucrania.
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