Big Bang: primera feria de Manga, cómic y animé en Rufino
Ana Inés Dobal (Sur24)
Big Bang se llama la primera feria del libro temático específico sobre cómic, manga, animé, historieta, cine y gaming, organizada por un grupo de aficionados locales que se reunió para escuchar a los jóvenes, evaluar sus intereses y darle forma a este gran proyecto creativo literario contemporáneo, único en su tipo.
Se desarrolló en el Cine Teatro Marconi este fin de semana, de 15 a 21, sin costo alguno. La Feria contó con stands de diferentes editoriales y la visita de ilustradores, autores y editores de ciudades vecinas de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires: Loco Rabia, Los Aspirantes, Comik Debris, Rabdomantes, Yair, Erwin Widmer, entre otros. Además, participaron integrantes de la Legión 501 de Rosario, quienes se presentaron en una muestra a beneficio mostrando sus producciones de trajes y compartieron su experiencia con todos los presentes. Para participar de esta propuesta se pidió un alimento no perecedero o libro para donar a una institución local.
La organización
El equipo de trabajo está conformado por un grupo de personas dedicadas a exponer y compartir la cultura del cine, cómic, manga, animé, coleccionismo, hobby y literatura fantástica en Rufino. En palabras de Florencia Lafon la gestora cultural que amalgama todos estos intereses y talentos “para nosotros es un placer y es un desafío, nos preguntamos qué es lo que está pasando con los jóvenes en la ciudad: qué les gusta, qué les interesa y cómo podemos ofrecer eso de una manera nueva, intentando promover aquí lo que ellos ven y les interesa cuando van a otros lugares”. “Partimos de escucharlos mucho, consultarles; que les gustaría que pase”, y “llegamos a esta propuesta: Una especie de ‘Comicon'” en Rufino.
Estas ya son las ferias populares, son la versión contemporánea de las ferias tradicionales del libro que conocimos y hemos transitado localmente, pero que expresan un código y un lenguaje diferente. “La propuesta posibilita la visita de gente que venga exclusivamente de afuera a mostrarles lo que hacen, ya la vez, genera un espacio donde ellos (los jóvenes locales) pueden compartir lo que les gusta y lo que saben hacer”.
Los creadores de la primera edición de Big Bang son: Florencia Palacios (autora de manga); Guillermo Giorgi (coleccionista y vendedor de figuras); Joselo Albornoz (diseñador gráfico e ilustrador); Daniel Pérez (integrante de la Legión 501 de Star Wars); y Florencia Lafon (gestora cultural y librera).
El menú
Contó con soportes de diferentes editoriales, autores y editores tanto de ciudades vecinas como de otras provincias. Se ofreció a los visitantes la posibilidad de conocer libros de diversas editoriales, así como también figuras de coleccionismo.
Los ilustradores, tanto locales como los de otras ciudades, revelaron sus obras para la venta, cosa que abre una brecha infinita de posibilidades para quienes, de otro modo, no habían tenido la oportunidad, hasta aquí, de comercializar su trabajo por no aplicar a los formatos y perfiles de ferias existentes en la ciudad.
Rufino genera un proyecto autogestivo literario tan contemporáneo para lo que estamos acostumbrados, que la promesa de un capítulo sociocultural sin precedentes se abre con garabatos, juegos y una ciencia ficción del arte joven, que nos ilumina el presente y nos permite acceder de manera colectiva democrática y sencilla; a los orígenes de un nuevo mundo hasta aquí desconocido, desplegándose frente a todos nosotros. Abre la puerta para embarcarnos en la construcción creativa de un arte de vivir contemporáneo que escucha, aprende y se sirve de la vocación joven, como puente para que la actualización e instalación colectiva de una visión novedosa de la sociedad, en la cultura, que es la vida, se vuelve accesible, amplia e ilimitada.
Caminando hacia las transiciones
Celebrar el pluriverso cultural, reconocer la diversidad de formas de entender el mundo y dar sentido a la existencia desde la concepción transitoria hacia “un mundo donde quepan muchos mundos” pareciera ser la expresión de esta manifestación cultural joven, en su primera edición en la ciudad de Rufino.
Los que no hayan vivido la experiencia antes, de seguro estarán lejos de tener una idea de lo que trata. Experiencias para todos los sentidos como estos, expresan claramente el salto hacia nuestra transformación como colectivo social de base tradicional, por medio de expresiones sin dudas, poco conocidas, para los de más de 40 años.
Con una propuesta “por todo” innovadora para la localidad, el mismo la piedra basal, de una visibilización necesaria para crecer y adentrarse será en todas las generaciones, a los albores de nuevos intereses, talentos y miradas propias de los jóvenes de 2022.
Los organizadores compartieron detalles en relación a lo que pudo verse en el predio: “Hay espacio para aquellos que les gusta dibujar, leer, para quienes tengan interés en publicar algo propio opciones para todos los gustos”, expresó Lafon entusiasmada. Es de destacar la relevancia que le dieron los gestores a la participación de los jóvenes locales, para posibilitar un evento pensado para ellos, principales damnificados por la pandemia, quienes no contaban con ofertas motivadoras a la vista en la ciudad y menos luego de dos años de intermitencia en los que su vida social prácticamente fue nula. Por lo novedoso que es pulsar una propuesta así, cuando desde Sur24 describimos el proyecto como “creativo literario tan contemporáneo”, Lafon confesó recibirlo como un elogio y cierto es que lo fue.
¿Rufino está preparado para este salto tan grande hacia adelante?, solo faltaba unir fuerzas y abrirse a recibir: desde la escucha y el servicio a las demandas de los adolescentes “otra realidad posible, vuelta visible”, el medio: un evento significativo y novedoso en la ciudad.
Para el biólogo chileno Humberto Maturana las ontologías o culturas “matrísticas” son diferentes maneras de emocionarse, redes cerradas de conversaciones surgen y prosperan en un trasfondo de conciencia de la interconectividad de toda la existencia, y por lo tanto, no pueden sino vivir
continuamente en el entendimiento implícito de que todas las acciones humanas tienen siempre consecuencias en la totalidad de la existencia” (Maturana y Verden-Zoller 1993).
Históricamente se caracterizaron por conversaciones que destacaron la inclusión, la participación, la colaboración, la co-inspiración, el respeto y la aceptación mutua, la sacralidad y la renovación cíclica recurrente de la vida. Algunas prácticas de estas persisten en las culturas modernas contemporáneas…”, describe Maturana. ¿Es esta nueva muestra una expresión orgánica que se acerca de alguna manera a una perspectiva de esta naturaleza?. Me atrevo a teorizar que sí.
NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DE SUR24 DE ESTE LUNES 14 DE FEBRERO