Biodiésel: respuesta a la crisis del gasoil, con fuerte impacto regional
Emerio Agretti/Nancy Balza
Desde mediados del pasado mes de junio, la Secretaría de Energía de la Nación subió el corte obligatorio con biodiésel del gasoil del 5% al 7,5% en forma permanente, en busca de resolver al menos parcialmente, la falta de abastecimiento de combustible . Al mismo tiempo, se estableció desde el jueves pasado y por 60 días corridos, a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia, el Régimen de “Corte Obligatorio Transitorio Adicional de Biodiésel” (COTAB). Con este régimen se fija un corte adicional del 5% que se comercializará al precio de paridad de importación del gasoil, o al precio que establezca la Secretaría de Energía, totalizando el corte total con biodiésel (es decir, el porcentaje de combustible vegetal que se puede mezclar con el fósil, para hacerlo rendir más) en 12,5%.
Las razones por las que se tomó esta medida, reclamada insistentemente por la provincia de Santa Fe, por productores y transportistas, tiene como base la escasez de gasoil, provocada por la insuficiente producción y el alto costo de importarlo. Según constata un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, elaborado por Claudio Molina, Guido D’Angelo y Julio Calzada, de enero a mayo el precio de importación del gasoil creció más de un 57% en dólares. Mientras tanto, el precio de adquisición de biodiésel para su mezcla obligatoria creció un 16%, lo que lo vuelve mucho más competitivo.
Contexto
Esto se da en un marco en el que la industria del biodiésel se vio sometida a fuertes mermas en su consumo. A la caída en la demanda de combustibles por la pandemia debe sumársele la sanción de la nueva ley de biocombustibles, la 27.640 (impulsada por la industria petrolera y promovida fundamentalmente desde el kirchnerismo), que redujo el corte obligatorio del 10% al 5%, y con posibilidad de bajarlo hasta el 3% de la composición del gasoil que es vendido en las estaciones de servicio del país. En este sentido, la demanda interna de biodiésel cayó más de un 60% el año pasado respecto al 2017, año récord de consumo.
Con el nuevo corte dispuesto en el contexto de la actual emergencia, acompañado de un crecimiento de la demanda de combustible para el transporte, el uso de biodiésel en Argentina crecería un 90% en comparación al 2021, totalizando cerca de 0,8 Mt. No obstante, aún persiste más de un 25% por debajo de su récord de consumo interno. Con este nivel de consumo doméstico, y sumando una estimación de exportaciones en torno a las 1,2 Mt, aun así, nos encontramos con una capacidad ociosa cercana al 50% para la infraestructura industrial del biodiésel argentino en 2022, consigna el informe de la BCR.
Proyección
Pero más allá de los imperativos de la coyuntura, lo cierto es que el biodiésel es uno de los combustibles que es y será clave durante la transición energética. Ampliar el corte de gasoil con biodiésel va en línea con los compromisos asumidos por nuestro país en el Acuerdo de París y el Acuerdo de Escazú, entre otros pactos firmados para mitigar el calentamiento global.
Con la suba de los contenidos de biocombustibles en las mezclas que se comercializan con combustibles minerales en el mercado local, se está dinamizando una industria con una indiscutible competitividad internacional. Entre 2016 y 2017 Argentina se consolidó como el primer exportador mundial de biodiésel. Hoy en día, el principal destino de exportación de este biocombustible argentino es el exigente mercado europeo. Y con la industria operando a la mitad de su capacidad productiva, queda claro que aún hay mucho margen para seguir apuntalando tanto el mercado interno como el externo. Pero además, la industria de los biocombustibles genera empleo altamente calificado y a nivel federal.
En Santa Fe el biodiésel tiene especial importancia, ya que en la provincia se concentra más del 80% de la capacidad instalada a nivel nacional. La promoción y el desarrollo de la industria del biodiésel es un fenómeno que se viene mostrando a nivel global, con récords productivos que se rompen año tras año. Con excepción de la Argentina, los principales productores de biodiésel y green diesel a nivel mundial han visto crecer sus producciones a dos dígitos respecto al promedio de los últimos cinco años, mientras en nuestro país cayó más de un 17%. Un dato elocuente de hasta qué punto ciertas decisiones políticas, a la vez que favorecen a determinados intereses económicos y regionales, van a contrapelo no sólo de un desarrollo más armónico de la producción nacional, sino también de los propios compromisos declamados en sintonía con los desafíos ambientales y del cambio climático.
La clave
La Secretaría de Energía tiene facultades para prorrogar la ampliación del corte con biodiesel, en busca de asegurar el abastecimiento interno de gasoil, apuntalar la producción de un biocombustible clave, generar empleo a nivel federal y mejorar el cumplimiento de las metas de mitigación de la contaminación en nuestro país. En un marco de creciente actividad del agro, la industria y la mayor demanda del transporte terrestre, la producción de biodiesel profundiza el agregado de valor de la producción argentina, al compás de sustituir la importación de combustibles fósiles.