El expresidente brasileño Jair Bolsonaro aseguró hoy que es “fantasioso” calificar de intento de golpe de estado el asalto a la sede de los tres poderes que perpetraron sus seguidores el 8 de enero para derrocar al mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, y negó ante la policía tener vinculaciones sobre la preparación de un complot para anular las elecciones generales del año pasado, en las que fue derrotado.
Fue la cuarta declaración de Bolsonaro ante la Policía Federal desde que el 31 de diciembre terminó su mandato como presidente, tras perder las elecciones ante Lula, pero aprovechó la oportunidad para repudiar los procesamientos por golpismo contra 1.390 de sus seguidores que participaron del intento de golpe del 8 de enero para no reconocer la derrota ante Lula.
“No se hace un golpe de Estado un domingo, con todos los edificios públicos vacíos. No fue un acto golpista, por el amor de Dios. Es hipotético y fantasioso el golpe del 8 de enero. Eran personas de bien con la Biblia en la mano, golpe fue lo que hubo en Rusia con el Grupo Wagner”, dijo Bolsonaro a la prensa en la puerta de la sede de la Policía Federal.
En cuanto al proceso por el que fue interrogado, Bolsonaro negó haber tratado un supuesto plan para desconocer los resultados de la elección.
“Nada fue tratado sobre eso, que las personas que hablan de eso respondan por sus actos”, aseguró Bolsonaro, quien de esta forma se distanció con el senador ultraderechista Marcos do Val, quien públicamente dijo que participó del complot en diciembre de 2022.
Este caso investigado por el Supremo Tribunal Federal se origina con la declaración del senador de ultraderecha Do Val, quien reveló públicamente que participó de una reunión organizada por Bolsonaro en la residencia oficial Palacio de la Alvorada con el exdiputado Daniel Silveira para conversar sobre un intento de golpe de Estado.
El senador, que hace campaña con la venta de armas y se declara entrenador de grupos de fuerzas del estilo Swat en Estados Unidos, sostuvo que la reunión tuvo como objetivo tenderle una trampa al juez del Supremo Tribunal Federal Alexandre de Moraes, que investiga los actos golpistas de la ultraderecha, para grabarlo en una conversación y con ello intentar anular las elecciones de 2022.
Do Val finalmente tuvo ese encuentro con Moraes, pero no existen pruebas de ninguna grabación.
Inicialmente, dijo que Bolsonaro había avisado a los servicios de inteligencia para que la reunión sea grabada y así intentar captar declaraciones “parciales” de Moraes, lo cual lo apartarían de las investigaciones.
Después se retractó y sostuvo que el exmandatario apenas escuchó lo que hablaban con Daniel Silveira, exdiputado destituido por la corte suprema el año pasado a raíz de su militancia a favor de un golpe de Estado.
En su declaración oficial por esta causa, Do Val aseguró que Bolsonaro no se opuso al plan golpista tramado dentro de su residencia oficial.
Los domicilios del dirigente fueron allanados recientemente en el marco de la investigación por el intento de golpe de Estado del 8 de enero contra Lula.
Bolsonaro, dirigente del Partido Liberal, se encuentra en medio de una crisis debido a que parte del bolsonarismo y de la derecha que lo acompañó en el gobierno está votando los proyectos del Gobierno de Lula en el Congreso.
Bolsonaro incluso declaró sentirse “molesto” por el acuerdo entre Lula y el gobernador bolsonarista de San Pablo, elexministro de Infraestructura Tarcísio de Freitas, para la aprobación de la reforma tributaria.
El expresidente ya declaró en tres causas este año: el fraude de su libreta de vacunación de Covid-19 alterando los datos del Ministerio de Salud, la intentona golpista del 8 de enero y un supuesto contrabando de joyas que fueron regaladas por la monarquía saudita, confiscadas en el aeropuerto de Guarulhos, en San Pablo.
El excapitán del Ejército fue inhabilitado el 30 de junio pasado por el Tribunal Superior Electoral a presentarse en elecciones hasta 2030 al ser encontrado culpable de usar las herramientas del Estado para denunciar falsamente un fraude en su contra, durante un acto oficial en julio de 2022 al que convocó a los embajadores extranjeros.
Los jueces indicaron que ese tipo de acto generó desconfianza en parte del electorado con el sistema y fue uno de los motivos de la ola golista iniciada tras la derrota de Bolsonaro ante Lula.