En el mundo
Cada 90 segundos se diagnostica a una persona con Linfoma: síntomas y tratamientos
El 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Linfoma, dedicado a crear conciencia sobre esta enfermedad.
Por Luciana Lanzamidad
En el marco del Día Mundial de Concienciación del Linfoma, la presidenta de la Asociación Civil Linfomas Argentina, Haydee González, explicó a El Litoral la importancia de la detección temprana y la necesidad de difundir información sobre esta enfermedad que afecta a miles de personas en todo el mundo.
El linfoma, es un cáncer que se desarrolla en el sistema linfático. En la entrevista, González explicó que “no se trata de una sola enfermedad, sino que existen más de 60 tipos diferentes”. Sin embargo, lo que destaca en esta campaña de concienciación son los síntomas que a menudo pasan desapercibidos.
El Día Mundial de Concienciación del Linfoma es una oportunidad para recordar la importancia de la detección temprana
Síntomas a tener en cuenta
González subrayó que los signos de alarma incluyen “la aparición repentina de bultos o ganglios aumentados en el cuello, las axilas o la ingle y suelen ser duros" Además, los pacientes pueden experimentar una fiebre y fiebre nocturna, junto con una sudoración excesiva. La tos persistente también puede ser un indicio de cáncer”.
"Podría ser un linfoma", es el eslogan de la campaña de este año, diseñado para recordar a las personas que, si experimentan estos síntomas, no deben entrar en pánico, pero sí consultar a un médico. Alarmantemente, el 56% de los pacientes tardan más de seis meses en buscar atención médica después de notar estos signos”, remarcó la entrevistada.
A pesar de los avances en la investigación médica, aún no se conocen las causas exactas del linfoma. Pero, se observó que la incidencia puede aumentar en presencia de ciertos virus, como el Epstein-Barr y el VIH, así como en personas que toman medicamentos inmunosupresores y recibieron trasplantes de órganos. Sin embargo, la causa precisa sigue siendo un misterio.
En cuanto a quién recurrir si se encuentra un bulto o se experimentan síntomas preocupantes, González aconseja que la primera visita sea al médico clínico, quien, en caso de sospecha de linfoma, derivará al paciente a un médico oncohematólogo.
Si se encuentra un bulto o se experimentan síntomas preocupantes se debe concurrir al medico clínico.
En primera persona
La historia personal de Haydee González, presidente de la Asociación, es un testimonio valioso que cuenta en primera persona la importancia de la detección temprana.
Ella relató que fue diagnosticada con linfoma en el año 2000, en un hallazgo casual mientras se realizaba una ecografía.
“Yo no tenía estos síntomas un poco de sudoración nocturna pero como tenía 50 años pensé que era porque ya estaba cercana a la menopausia. Fue una casualidad encontrar el bulto. Con otros estudios detectaron que se trataba de un linfoma folicular, que es de crecimiento lento, que no se cura. Generalmente recaes y tenes que hacer varios esquemas de tratamiento. En mi caso, después de seis meses de tratamiento, hace 22 años que estoy en remisión, significa que nunca recaí, pero me sigo haciendo controles cada 6 meses”, contó González.
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La idea de formar una Asociación surgió a partir de esta experiencia personal. “Es un shock cuando te dicen que tienes cáncer linfático. De golpe no entendés nada y te encuentras desorientado. Entonces tener a otra persona que haya pasado por lo mismo, que cuente con información sobre esta patología y que expliqué cuáles son los cuidados que se debe tener durante el tratamiento es fundamental y eso se hace desde la institución”.
La doctora Virginia Prates, Asesora médica de ACLA (M.N: 82.891) explicó que el linfoma es un cáncer que afecta a muchas personas en todo el mundo, y su incidencia va en aumento. “La detección temprana y el acceso a la información son esenciales para mejorar las tasas de supervivencia. En Argentina, aunque no hay estadísticas exactas, se estima que afecta a 20 de cada 100.000 personas”.
Por otro lado, la profesional informó que el linfoma se divide en dos grandes grupos: “Linfoma de Hodgkin y Linfoma No Hodgkin, este último compuesto por cerca de 60 subtipos. Los tratamientos varían según el tipo y la etapa de la enfermedad, pero los avances médicos ofrecen un rayo de esperanza para muchos pacientes. En algunos casos, las tasas de curación superan el 90%”.
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Tratamiento
En cuanto a la elección del tratamiento, Prates dijo que “se basa en diversos factores, como el subtipo de linfoma, la extensión de la enfermedad y la edad del paciente. Los enfoques terapéuticos abarcan la quimioterapia, la radioterapia y los anticuerpos monoclonales, ya sea en forma individual o combinada”.
En ciertos subtipos de linfoma, y en circunstancias específicas, algunos pacientes pueden ser candidatos para un trasplante de médula ósea. Los avances más notables de los últimos años en el ámbito de los tratamientos se centran en potenciar la respuesta inmunológica del propio paciente frente al linfoma. Ejemplos de esto son la terapia de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR-T) y los anticuerpos monoclonales específicos (BiTEs). En el caso del linfoma de Hodgkin, se logra una tasa de curación superior al 90%.
Por otro lado, en los linfomas no Hodgkin, el pronóstico varía en función de los diferentes subtipos. Entre los subtipos más comunes, como el linfoma difuso de células grandes B, se alcanza una tasa de curación aproximada del 65%.
El Día Mundial de Concienciación del Linfoma es una oportunidad para recordar la importancia de la detección temprana, el apoyo a los pacientes y la difusión de información precisa sobre esta enfermedad que afecta a tantas personas en todo el mundo.