Tormenta sin precedentes
Calor extremo, una de las clave de las inundaciones en Bahía Blanca
Un estudio reciente reveló que las intensas lluvias que azotaron Bahía Blanca el 7 de marzo, estuvieron directamente relacionadas con las altas temperaturas y el impacto del cambio climático.
El 7 de marzo, Bahía Blanca sufrió una de las peores inundaciones de su historia, con más de 300 milímetros de lluvia en solo ocho horas, casi la mitad del promedio anual de precipitaciones de la región. Este fenómeno afectó a más de 300.000 personas, resultando en 16 fallecidos y más de 1.400 desplazados, con pérdidas económicas estimadas en 400 millones de dólares.
El papel del calor extremo
Previo a las lluvias, la región experimentó una ola de calor intensa, con temperaturas que superaron los 40°C. Estas condiciones cálidas y húmedas, influenciadas por una masa de aire proveniente del Amazonas, crearon un ambiente propicio para el desarrollo de tormentas severas. La combinación de este aire cálido y húmedo con un frente frío procedente de la Patagonia desencadenó las precipitaciones extremas.
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Cambio climático
Investigaciones del grupo World Weather Attribution indican que el calentamiento global, asociado a actividades humanas, ha incrementado la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos. El aumento de 1,3°C en la temperatura global desde la era industrial ha exacerbado tanto las olas de calor como las lluvias intensas, haciendo que fenómenos como el de Bahía Blanca sean más probables y severos.
Medidas urgentes
Las inundaciones en Bahía Blanca evidencian la creciente vulnerabilidad de las ciudades ante eventos climáticos extremos, resaltando la urgencia de implementar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático para proteger a las comunidades y reducir futuros riesgos.