Cáncer: la enfermedad más temida
“Con su raíz etimológica derivada del griego karkinos (cangrejo), el cáncer es como si fuese un animal foráneo que se apodera de nosotros y se extiende por todo el cuerpo. Lo asociamos a un mal externo, a decir de la gente: ‘Tengo un mal’ o ‘tiene una enfermedad mala’, para ni siquiera pronunciar la palabra tal cual es”, explicó en primer lugar el profesional, radicado en Firmat.
El médico reconoció que en concordancia con estas ideas, “terapéuticamente” se ofrece una triada a la que calificó “exorcizante”, como si tuviésemos que eliminar un mal externo: “Quemamos al mal con rayos, radioterapia y extirpamos al mal; con cirugía o lo envenenamos con drogas (quimioterapia)”, sostuvo.
El psiquiatra, remarcó que científicamente el cáncer son nuestras propias células que crecen en forma exagerada y desordenada, por pérdida de la capacidad de replicación o duplicación (mitosis) en forma natural y organizada. “Hay que hablar, informarse correctamente y ampliar el panorama contemplando la diversidad y la complejidad (considerar las causas para dar soluciones más simples y eficaces). Por ejemplo, desde la psicooncología y la psicoongénesis”, valoró.
Factores
Desde el punto de vista de las causas ya conocidas y reales, Guareschi recordó los oncogenes, virus oncogénicos, tabaquismo presente en el 30% de los tumores, excesiva exposición al sol y contaminación por agentes tóxicos fisicoquímicos del aire, agua y tierra. Pero además, puso la mirada sobre el stress crónico y los factores psicopatológicos, que “están presentes, casi siempre en una persona con 1 proceso tumoral”.
Entre los elementos claves de la génesis biológica cerebral y mental del cáncer, enumeró: autopostergaciones (procrastinación, desarrollar el “arte” de autopostergarse en los planos humanos más significativos como los afectivos); mecanismo de retroflexión (broncas no expresadas eficazmente que se vuelven para adentro de uno mismo como un boomerang en forma de autoagresión); alexitimia (dificultad o falta de capacidad para registrar o reconocer o evaluar el daño que generan ciertas emociones no expresadas especialmente, aquellas generadas en la vinculación con los demás); baja asertividad (el término que es casi sinónimo de salud mental, dificultad para decir lo que se piensa y siente realmente, de buena manera a los seres significativos); exceso de complacencia (disponibilidad, sin límites para con los demás, exceso de tolerancia que no es lo mismo que hospitalidad, va de la mano con la procrastinación); quedar fijado (y no evolucionar a mandatos, creencias y lealtades familiares de origen; no todos, solo los condicionantes disfuncionales y restrictivos; no es saludable mirar el presente con los anteojos del ayer); alto sentido del “deber ser” (solo deberes y obligaciones, en lugar de ocuparnos del ser; lo más importante de la vida son los sentimientos y emociones); baja disponibilidad para el placer y las actividades recreativas (perdiendo el sentido de la existencia humana, disfrutar y ser feliz).
“Enfrentar y superar el miedo con información adecuada, más allá de la triada clásica es necesario sumar la psicooncología que trabaja las causas (lo más importante) en cáncer que nos obliga a trabajar sin prisa, pero sin pausa”, cerró.