Los hechos -verificados y/o sospechados- vinculados con el uso de teléfonos celulares desde las cárceles para la comisión de delitos de todo tipo son de las preocupaciones principales que existen hoy en la provincia, en el Ministerio de Seguridad y en la órbita del Servicio Penitenciario, amén de la población que ha sufrido con los distintos ilícitos cometidos desde adentro de los penales.
Cárcel de Coronda: secuestraron más de 400 teléfonos en 75 días
En la ciudad de Coronda caló muy hondo el informe dado a conocer por El Litoral acerca de un preso oriundo de esta ciudad, que purga prisión preventiva por los delitos de “homicidio triplemente calificado por la relación de pareja, ensañamiento y violencia de género” en grado de tentativa; “violación de domicilio” e “incumplimiento de mandato judicial” más “amenazas coactivas”; “lesiones leves dolosas calificadas y abuso sexual con acceso carnal”; “amenazas calificadas por uso de arma y abuso sexual con acceso carnal”, “incumplimiento del mandato judicial, amenazas y daño”, todos “en contexto de violencia de género”, en contra de su ex pareja. La mujer sigue residiendo en esta cabecera departamental pero la detención del sujeto no ha calmado sus temores ni mucho menos, debido a que el interno tuvo acceso a teléfonos celulares para, al parecer, seguir hostigándola.
Y este suceso causó mucha indignación, porque en una localidad chica este tipo de situaciones trasciende transversalmente la comunidad y porque ya se sabía que el pasado 26 de enero (cuando estaba detenido provisoriamente en la Alcaidía de la Jefatura de la Unidad Regional XV) y el 13 de marzo (ya preso en la cárcel) surgieron mensajes inquietantes, lo que obligó a la familia de la mujer víctima de todas estas situaciones a realizar nuevas denuncias.
Esto llevó a que el miércoles 15, la Agencia de Investigación Criminal hiciera dos requisas. En la segunda se encontraron dos teléfonos celulares que fueron llevados a peritar para determinar si el autor de esos mensajes fue el mismo acusado y hoy detenido en el pabellón 5 de Coronda. Uno de los aparatos pertenecía a Escalante y, el otro, a un interno de apellido Gaite, también corondino, que está acusado de ser partícipe del homicidio de Roque Peralta, ocurrido el 15 de enero de 2020 en barrio Lafuente de esta ciudad.
Delitos online
Ese caso fue solo un ejemplo, muy cercano a la ciudad donde está instalada la cárcel que el 12 de agosto cumplirá 90 años desde su apertura, porque los internos son corondinos y participaron de hechos que conmocionaron a la opinión pública.
Pero los delitos que se han perpetrado por el acceso de reclusos a aparatos tecnológicos son muchos y muy variados: estafas tecnológicas, robos de cuentas corrientes, mandatos a sicarios para matar, extorsiones para evitar ataques a comercios y narcotráfico, entre otros.
Tengamos en cuenta que la tenencia de teléfonos celulares por parte de presos no es un delito en sí mismo, si no una falta al Régimen Penitenciario que lo evalúa para luego otorgar o no las salidas transitorias y libertades condicionales. Esto quiere decir que si a un recluso le detectan un aparato tecnológico es una contravención a la Ley 24660, Capítulo IV, Artículos 66 y 67, pero se pena con un descenso en el concepto, que pasa por seis estados -de pésimo a ejemplar- y en el cual se basan las autorizaciones posteriores de la Justicia para dar las salidas provisorias.
Muchos legisladores han planteado que esta normativa no está adecuada a los tiempos que corren.
Números preocupantes
El Litoral accedió a las cifras de teléfonos secuestrados en los pabellones -no se cuentan los interceptados en la puerta-. Durante enero de 2023 se incautaron 192 aparatos en distintos procedimientos, en la primera quincena de febrero se secuestraron 36 más, mientras que entre el 15 de febrero y el 17 de marzo –un período especialmente analizado en la Unidad 1- fueron 191, lo que implica un buen trabajo del grupo de requisas y demás equipos dentro de este Instituto Correccional.
Esto da como resultado que en la Cárcel de Coronda se recuperaron 419 teléfonos -que ya estaban ingresados- en el término de dos meses y medio, lo que da como promedio 5,5 por día. Cabe insistir en que estas cifras no tienen en cuenta lo retenido en las requisas de ingreso de la visita y del personal, que agrega desde que el escáner se activó hace dos semanas, 8 aparatos más.
La eficacia de estos artefactos de detección y de las requisas en celdas se verá con el paso del tiempo.
Recordemos que al día de hoy, la Unidad penal corondina tiene 2.294 internos, con unos 200 empleados que se desempeñan en el cuidado de los reclusos y 350 trabajadores que cumplen otras funciones –no todos al mismo tiempo-, por lo que dentro del presidio hay a diario unas 2.500 personas y los controles no son sencillos ni mucho menos.
Para ilustrar lo grandilocuente del número, si la Cárcel de Coronda fuese una comuna, sólo 77 de las 235 existentes tendrían más cantidad de población que el presidio más grande de la provincia, teniendo en cuenta los números del censo 2010.
Hechos insólitos
Un rápido repaso de este año vinculado con el secuestro de teléfonos expone situaciones por demás de llamativas. El 25 de enero una mujer fue descubierta en la Admisión del Instituto Correccional Modelo de Coronda, cuando quiso ingresar una mesa de luz con doble fondo para un preso del pabellón 12. La pericia de los guardias impidió la introducción de ese elemento ya que dentro de ese compartimento secreto había nada más y nada menos que cinco teléfonos celulares de distintas marcas y cuatro chips.
Al otro día, personal del grupo de requisas de la Cárcel de Coronda realizó un control -entre otros lugares- en el Pabellón 11 del Instituto Correccional y encontró allí 7 teléfonos celulares escondidos en la mochila del baño perteneciente a la guardia de ese sector. En distintos pabellones secuestró 12 más.
El 1º de marzo, luego de una investigación que duró varias semanas, los uniformados aparecieron en escena de manera sorpresiva y así lograron tomar desprevenidos a los internos. La gran mayoría de los aparatos de telefonía no estaban dentro de las celdas, sino en lugares de uso común: fueron 50 en total.
El día 9 tres mujeres fueron detenidas por ser parte de la banda de las chicas del CBU junto a otros tantos internos. El modus operandi de este grupo de hombres y mujeres era que la banda, compuesta por presos de la Cárcel de Coronda dirigían desde la Unidad 1 las amenazas y extorsiones a distintos comercios rosarinos y el dinero lo cobraban sus parejas mujeres en estado de libertad mediante transferencias bancarias.
Por su parte, el 14 de marzo cuatro celulares por un lado y tres más por el otro fueron secuestrados en el inicio del funcionamiento del sistema de escaneo de la Unidad Penal N° 1 de Coronda. En uno de los casos una mujer, intentó ingresar dentro de una bandeja metálica con doble fondo un total de 4 teléfonos que fueron detectados por el escáner.
El 15 de marzo la Agencia de Investigación Criminal practicó allanamientos en el pabellón 5, en la celda de los dos presos corondinos antes mencionados y les secuestraron un aparato a cada uno.