Centenario: el gigante que nunca deja de avanzar
El club Centenario FBCCyD es sin lugar a dudas uno de los clubes más grandes y de mayor historia en Venado Tuerto. Plagado de logros deportivos, pero también culturales y sociales. Símbolo indiscutible de la ciudad y ejemplo a seguir. Pionero, revolucionario y vanguardista. Con épocas gloriosas, alguna que otra página negra, pero siempre con la calidez humana para brindarle a la sociedad un lugar donde compartir la práctica deportiva o simplemente, unos mates sentado en el hermoso parque.
Hace unos días, desde las redes sociales del club se dieron a conocer los últimos trabajos en diferentes partes del predio, que se suman a otros que se vienen realizando desde hace ya largos meses y en todas las disciplinas por igual, con un trabajo colectivo y general.
“La verdad que las obras son un montón. Lo último que se está haciendo son trabajos en el acceso principal con la instalación de una nueva garita donde irá la persona que controla acceso. En primer momento con control manual, pero en un futuro buscaremos avanzar hacia el acceso magnético con barreras automáticas”, comienza contando el dirigente Matías Carpignano.
Esos trabajos, que son parte de un proyecto general del club, como lo son también el cerramiento de todo el predio y el proyecto integral de nueva iluminación interna en los diferentes espacios, se acoplan a las que individualmente viene haciendo cada disciplina.
“Empezando por tenis, las canchas están en permanente mantenimiento y se está trabajando en la modernización de todas las luces, además de la colocación de tableros eléctricos nuevos para mayor seguridad. En paddle hicimos a nueva una cancha propia y, en un acuerdo con un nuevo grupo de gente que está llevando adelante la actividad, se colocó otra cancha moderna vidriada”, comienza detallando.
Luego nos cuenta que, por otra parte, el fútbol está llevando a cabo el trabajo de alambrado de la cancha auxiliar y por supuesto, al igual que todos los años cuando llega esta fecha, se empiezan con las tareas de pintura y mantenimiento en la pileta, áreas de quinchos y parque.
Algo no menor y que sin lugar a dudas generó una especie de revolución, es la cantina renovada del club. “La cantina se ha convertido en una sede social, tiene mucho movimiento de socios y no socios que van al club por las diferentes disciplinas y es también es un lugar donde cada vez hay más peñas nocturnas por la calidez y calidad del servicio. Hace muchísimo que no pasaba algo así en el club y sirve para unificarnos. Tiene mucho que ver con esto la familia Butto, que es del club, gente colaboradora del básquet y socios de pileta, que mostraron interés cuando veníamos sin poder funcionar como queríamos y la verdad que fue un acierto. Fue mejor de lo esperado”, comenta entusiasmado sobre ese espacio que reúne a todos los centenaristas.
Nombrando así, una por una las reformas y los trabajos, parece una simple lista como las que uno arma cuando va al supermercado, pero sin lugar a dudas detrás de eso que parece tan fácil de detallar, hay un enorme trabajo plagado de esfuerzo y dedicación. “Centenario tiene un funcionamiento particular. Es un club grande sin mutual. Entonces las subcomisiones se autogeneran con mucho trabajo y con sus propios presupuestos para crecer, tanto en lo deportivo como estructural. Creo que desde esta última administración hemos crecido muchísimo en la relevancia de la comisión directiva general del club en la unificación de las actividades, pero sin abandonar la forma en que funcionamos económicamente independientemente por subcomisiones. Hay más unión y los dirigentes estamos más involucrados en lo que pasa en todos los sectores del club. Y se ha entendido que la colaboración entre todos permite que desde la comisión directiva se haga crecer estructural y socialmente al club”, agrega.
El rol de la mujer centenarista
Otras de las cosas que uno aprecia cuando transita el club, ya sea por el básquet, fútbol u otra disciplina donde habitualmente la mujer no tenía lugares relevantes, es que hoy en día sí lo tiene y es tan fundamental como el de los propios hombres, y Carpignano lo deja bien en claro: “Un dato a agregar es el crecimiento en el club en la presencia de la mujer. Lo cual se tradujo en crecimiento societario. Al hockey femenino que ya estaba y había mucha cantidad, como en el maxi vóley y el tenis, se sumaron el fútbol y básquet femenino. Y se nota en redes, ya que antes las publicaciones las veían un 80% de hombres y 20% de mujeres y hoy es prácticamente 50 y 50. Es otro dato muy positivo y nos hace crecer, aunque sabemos que todavía queda mucho para seguir integrando y creciendo en ese sentido”.
El equipo de Miraglia y su racha de la cual habla todo el mundo del básquet
El equipo de primera división acaba de logar hace pocos meses un nuevo título de la Asociación Venadense tras 35 años de sequías. De ahí en adelante, ya suma 23 partidos invicto entre el torneo local y el Pre-Federal donde hace dos semanas ya logró la clasificación para jugar la Liga Federal 2023. Sin lugar a dudas números que sorprenden a más de uno, pero que por otra parte no son casualidad del destino, sino más bien consecuencia de un trabajo largo y silencioso.
“Hay todo un trabajo invisible detrás, en todos los aspectos. Mucha gente comprometida en lo organizativo, desde el armado para un partido oficial o del Torneo Comercial, hasta estar al pie del cañón para que a los jugadores no les falte nada. La elección de los jugadores también tiene mucho trabajo previo. En el último partido del Pre-Federal por ejemplo metió 25 puntos, en un partido muy cerrado y de visitante, un chico de 19 años que trajimos para que nos dé una mano, pero que estuvimos trabajando dos semanas en la elección, esperando hasta último momento para tratar de no cometer errores. Obviamente que puede salir mal, solo que en nuestro caso hay mucho laburo previo y eso reduce el margen de error. Hay un cuerpo técnico de 4 profesionales enormes relacionados a la primera división. Hugo Miraglia, Ariel Molina y Diego García, con la mano de Víctor Daitch que tuvo mucho que ver con las contrataciones para este torneo y que ya está trabajando a full en el equipo del Federal 2023. A ese enorme grupo de profesionales se le suman Federico Rada y Pablo Budini en mini básquet. La verdad que es un lujo la cantidad y calidad de entrenadores con los que contamos. Nos hacen más fácil el trabajo”, detalla orgulloso Matías que justamente es del riñón del básquet “Febril”.
Por otra parte, y apelando a su humildad y generosidad, no deja de destacar a sus antecesores: “Nosotros agarramos el básquet de Centenario en 2013 después de un gran trabajo encabezado por Ricardo Zanni, Omar Pugnali y Esteban Diz, que permitió volver a tener básquet en el club después de que hubiera desaparecido por un par de años. El club en general y más aún la gente relacionada a la actividad en particular, tiene que estar agradecida con ellos por haber impulsado esa etapa inicial tan importante. A nosotros cuando nos tocó tomar las riendas, nuestro grupo en general era muy pequeño y con una edad impropia para ser dirigentes ya que todos apenas llegábamos a los 30 años. Fuimos haciendo un trabajo muy tranquilo, primero sin saber bien adonde íbamos, pero aprendiendo sobre la marcha y armando casi inconscientemente durante varios años la base dirigencial y económica para poder dar el salto de calidad. Nuestro proceso de trabajo lleva 10 años y recién hace 2 o 3 que pudimos estar en condiciones económicas y humanas para convertirnos en un club protagonista de la Venadense”.
Por último y como debe ser cuando la idea es son parar de crecer, ya hay proyecto a futuro: “Tenemos muchísimo por delante. Vamos a jugar el Federal y queremos intentar ser protagonistas, que eso sea una meta para nuestros jugadores de inferiores y si podemos seguir subiendo, lo vamos a hacer. De la mano con esto, nos queda por delante todo un proyecto integral de crecimiento y adecuación en lo edilicio, que ya está en ciernes y esperemos podamos dar los pasos necesarios para concretarlo dentro de los próximos años”, cerró.
El fútbol y la falta de la estocada final para recuperar los años de gloria
A diferencia del básquet donde el presente es súper alentador se ha hecho un verdadero rival a vencer no sólo en el plano local sino también en el provincial, el fútbol que históricamente ha sido el deporte más importante del club, está pasando por varios años donde se le es esquiva la posibilidad de jugar en la máxima categoría.
“Aclararando previamente que no estoy directamente relacionado a la dirigencia de futbol, aunque si estoy al tanto y con diálogo fluido con ellos, creo que primero hay que destacar el trabajo dirigencial desde lo estructural. Ha habido obras permanentes en los últimos años y el crecimiento edilicio es contante y notable. El año pasado faltó muy poco para que se diera el éxito deportivo del ascenso y este año las cosas no se dieron por diversas circunstancias que a veces son inmanejables. Pero por otra parte está claro que las inferiores de Centenario son un semillero permanente de jugadores y, en mi opinión, creo que está faltando poder afianzar una primera con una base sólida de chicos del club a la cual sumarle 5 refuerzos de mucha jerarquía que alcance para lograr el ascenso. Quizá estamos cerca de lograrlo, pero desde afuera y sin estar en las particularidades dirigenciales de la actividad, me es difícil hacer un análisis más profundo. Pero creo que hay gente que está trabajando bien y ojalá se acerque más gente para poder dar un mayor salto de calidad en todo sentido”, detalló.
Metas, objetivos y sueños
Como cierre de la extensa, pero hermosa nota sobre un gigante venadense que avanza a paso firme, Matías Carpignano nos deja un deseo final sobre su club en un futuro cercano. “Dentro de 5 años me imagino un Centenario que siga estando cada vez más unificado, creciendo en lo institucional y social. Que podamos concretar las obras que nos hacen falta, como el cerramiento total del club, y podamos brindar servicios de calidad a los socios. Que sea cada vez más protagonista en lo deportivo y sea un foco de atención para atraer a quien quiera hacer deporte y sus familias. En definitiva, que se consolide como el club más grande de Venado Tuerto”.
Está claro que para que los sueños se concreten, las metas se alcancen y los objetivos se cumplan, no hace falta sólo pedirle a Dios como decía Mercedes Sosa. Hace falta trabajo, responsabilidad, seriedad, pero por sobre todas las cosas pasión y amor. Condimentos que le sobran por demás a este nuevo grupo de dirigentes que llegó para seguir poniendo de pie a este monstruo grande, que pisa fuerte.