Rock rosarino
Cielo Razzo anticipa "El día fuera del tiempo"
El cantante de la banda Pablo Pino repasó el proceso de este nuevo material, el balance de un intenso 2023 y las expectativas abiertas para 2024.
Por Ignacio Andrés Amarillo
Cielo Razzo vuelve a Tribus Club de Arte de la ciudad capital (República de Siria 3572) el sábado 13 de enero a las 21, adelantando los temas de su nuevo álbum, “El día fuera del tiempo”, y repasando los clásicos de toda su discografía. La banda rosarina está preparando su octavo disco, que será editado los primeros meses del 2024.
El 2023 encontró a Cielo Razzo girando por distintos puntos del país, realizando presentaciones donde compartió este año tan especial junto a sus fans de todo el país, no solo por sus tres décadas sobre los escenarios, sino también por otro cumpleaños: el vigésimo aniversario de la salida de “Código de barras”, su segundo disco, que marcó un antes y un después en su carrera y fue crucial en el crecimiento del grupo para expandirse a nivel nacional.
Para hablar de la gestación del nuevo material, y de cómo se paran ante un escenario de incertidumbre, El Litoral dialogó con Pablo Pino, vocalista y referente de una formación que se completa con Diego “Pájaro” Almirón en guitarra y coros, Fernando “Nano” Aime en guitarra, Cristian Narváez en bajo, Javier Robledo en batería y, como “invitado permanente”, Marcelo Vizarri en teclados.
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Sueños intactos
-Están abriendo el año después de un 2023 intenso, donde giraron por todo el país, volvieron al Luna Park en septiembre, abrieron el año en el festival Rock en Baradero y lo cerraron en el Teatro Flores de Capital Federal. el 16 de diciembre. A la par trabajaban en el disco. ¿Cómo se mantiene ese ritmo, y cómo se plantan de cara a 2024?
-Los planes los tenemos, los fuimos cumpliendo como pudimos. Esta debe ser otra de las notas en que te digo que va a salir el disco en marzo, seguramente. Se pospuso bastante, pero en esta oportunidad creemos que ya estamos cerca de subir todas las canciones que van a ser el disco; que son (si no me equivoco) siete. En esta época se puede continuar ese proyecto: una de las ideas de sacar los primeros siete del disco, y después quizás (veremos en el año) se trabaje algún otro material.
Tenemos que ver la cuestión de la coyuntura que estamos viviendo, y toda la situación actual que no sabemos para dónde se puede disparar. Pero la idea nuestra es que en marzo salga el tercer corte y atrás ya salgan las canciones que faltan y ahí cumplimos con la idea del disco.
Fue un buen año, más allá de que fue un año difícil también: fue complicado por lo electoral; sabemos todo eso lo que implica en todas las áreas. Este año sabemos que no va a ser el más sencillo; pero mientras tengamos la energía y la convicción de seguir tocando está todo en orden.
Escape al día a día
-La idea estaba, ya con estos dos primeros cortes se le puso se le puso nombre: “El día fuera del tiempo”. ¿Cómo surgió ese nombre?
-Estuvimos buscando bajar algún concepto, o materializar el concepto. Está llena siempre la banda, el tema es a veces materializarlo en un nombre o alguna idea que podamos encontrar. Ese día estábamos todos en la sala, si no me equivoco faltaba que llegue Cristian; y estamos hablando justamente de qué nombre encontrábamos, cómo podíamos identificar el momento.
Y recuerdo que Nano dijo: “Hoy es el día fuera del tiempo”. Según algunas cuestiones culturales que no son occidentales, no son las nuestras; y viéndolo por un lado medio mágico, tiene que ver con cuestiones de pueblos originarios. Nos pareció increíble por la idea: pensar un día que no está dentro del tiempo, un día especial, distinto. Nosotros un poco intentamos trasladar esa idea a los encuentros que tenemos con nuestro público.
-¿Cómo fue el proceso de ponerse a cerrarlo? Habías contado que reservaron en el estudio para después del Luna, y a partir de ahí fue darle.
-Fue tomar la decisión: hablamos con Ernesto (Aldaz) de Magia Producciones, con Alejandro (Vázquez), y se definió empezar a hacerlo. En los próximos días tenemos que terminar de meter lo que falta: es definirlo y hacerlo. El tema (vuelvo siempre a lo mismo) es que, en medio de tanto caos, a veces todo ese tipo de cosas por supuesto que nos intervienen. A veces no podemos llevar adelante todo como quisiéramos, por lo complejo que a veces se pone todo; no solamente en plata: había una energía para fin de año que era bastante particular, algo que se hablaba con mucha gente. Nosotros trabajamos con la energía, más allá de que son canciones; tenemos que tener una situación bastante armónica. Y a la vez también nos acostumbramos a que somos músicos y gente que trabaja en la industria musical, y en el arte, como lo llaman; y bueno, lidiamos con eso, es nuestro punto de partida: somos de los 90.
-Uno no puede abstraerse, no puede tomarse días fuera del tiempo para la cabeza.
-No. Por eso mismo me parece un nombre genial: porque sabemos que si encontramos ese día sería impecable.
Primeros brotes
-En agosto salió “Corazón” y en diciembre fue el turno de “Colmena”. ¿Por qué eligieron esos cortes? ¿Fueron los primeros que se cocinaron o hubo una apuesta de que sean la carta de presentación?
-Con “Corazón” fui uno de los que empujé, porque me parecía que era hermosa la canción: unas de las canciones más lindas de Diego. Sabíamos que esas dos tenían que ser las primeras que salieran; el tema era cuál salía primera y cuál segunda: cuál era la que íbamos a tocar en el Luna y cuál era la que íbamos a sacar cerrando el año.
Se definió de esa manera: son dos canciones totalmente distintas, me parece una lógica de la idea con las que las escribió Diego. “Corazón” tiene algunos detalles musicales por los cuales tenía que ser la primera. Nos parecía que una tenía mucha potencia rockera y la otra era muy bonita musicalmente.
-Como bien destacás, son dos canciones cuya idea base es de Diego, más allá de que después el producto final se cocina grupalmente. ¿Se dio por una casualidad que sean dos proyectos de él?
-Es de la manera en que nos manejamos siempre; se puede decir que son las dos de Diego porque es el autor. Pero sabemos que cuando entran en Cielo ya cobran la vida que la vida que todos conocen, las canciones como todos la conocen. Diego es uno de los autores de la banda, a mi criterio son cada vez más importante sus canciones, manejan una data distinta a las que puedo hacer yo, o las que puede hacer Nano. Como autor me parece que es impecable, más allá de que es mi hermano y mi compañero.
-“Me gustan más que las mías”.
-Sí, me gustarían que fueran mías esas canciones. Pero bueno, para el caso lo son, porque las canto yo; y eso es lo que siempre hablamos: él cuando está componiendo está intentando visualizar cómo va a terminar cerrándose la canción, y como me queda a mí. Participo cuando trae la canción: siempre me abre la puerta, como yo hago con él, y como hacemos entre todo. Pudimos lograr esa confianza y esa conexión laboral, de amistad y demás: la canción llega, se abre la puerta y entramos a trabajar; él siempre me da esa posibilidad de las letras, las rechequeamos, las analizamos.
Lo incierto
-Decíamos que este año va a ser complejo, bastante impredecible. ¿Qué cosas en cuanto a fechas o festivales, ya estarían cerradas o por lo menos previstas en este contexto?
-Hoy (por el viernes 6) tenemos una reunión importante con Cielo y un par de productores: creo que hoy se va a terminar de definir. Lo que tenemos casi como seguro es que tocamos acá en el “Anfi” (Humberto de Nito) ahora en febrero, en el marco de un festival se están organizando. Ahora tenemos que juntarnos para ver cómo arranca el año, qué hay por delante; pero hubo mucho cimbronazo, que afectó a producciones y a los proyectos que estaban dando vueltas, capaz que algunos se han caído. Me parece que esa reunión tiene que ver un poco con dejar en claro, exactamente, para qué lado vamos a ir y cómo.
-Qué cosas quedaron en pie...
-Exacto: qué quedó en pie y de qué hay que olvidarse, básicamente. Volvimos todos del fin de año, algunos estuvieron afuera; hoy estamos arrancando y poniéndonos en forma para el sábado 13 en Tribus.