Increíble hallazgo
Científicos lograron el fenómeno de invisibilidad en ratones
El experimento logró hacer totalmente traslúcida la piel de los roedores.
Científicos de la Universidad de Stanford en Estados Unidos lograron volver transparente la piel y los tejidos de ratones mediante el uso tópico de tartrazina, un colorante ampliamente utilizado en humanos. Los autores del experimento, que se hizo público este jueves, creen que este avance será útil para hacer más visibles las partes subcutáneas, como venas y vasos sanguíneos, lo que facilitaría ciertos tratamientos médicos.
El equipo de investigación aplicó tartrazina, un colorante alimentario común, como pomada en la piel y los tejidos de ratones vivos. Esto les permitió observar los vasos sanguíneos, así como el funcionamiento de los órganos y los músculos de los roedores.
La tartrazina es uno de los colorantes artificiales más ampliamente usados en la industria alimentaria, y pertenece a la rama de los azoicos, que confieren a alimentos y bebidas un tono amarillo o anaranjado (similar al del azafrán o al de la cúrcuma) , según la cantidad añadida.
En Argentina, esta sustancia se consigue, por kilo y a precio mayorista, alrededor de los 40 mil pesos. Helados, bebidas gaseosas y alcohólicas, chicles, caramelos o aderezos son algunos de los alimentos para cuya producción se utiliza la tartrazina.
Zihao Ou, el autor principal del estudio que se hizo público este jueves en la revista Science, explicó acerca de cómo llegaron los científicos de su equipo para lograr tal hazaña: "Combinamos el colorante amarillo denominado tartrazina, que es una molécula que absorbe la mayor parte de la luz, especialmente la azul y la ultravioleta, con la piel, que es un medio de dispersión. Por separado, estas dos cosas bloquean la mayor parte de la luz que las atraviesa pero si las juntas, se logra la transparencia de la piel de ratón".
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La magia, si puede así considerarse, se produce ya que al disolver en agua las moléculas que absorben la luz, cambia el índice de refracción de la solución de forma que coincide con el de los componentes de los tejidos, como los lípidos. O, de modo más fácil para entender: las moléculas de la tartrazina reducen el grado de dispersión de la luz en el tejido cutáneo, como la disipación de un banco de niebla.
El concepto de magia relacionado al experimento y sus logros puede reforzarse si se tiene en cuenta que se logró demostrar, también, que el efecto es reversible. Los investigadores de la Universidad de Stanford frotaron la solución de agua y colorante sobre la piel del cráneo y el abdomen de los roedores, y comprobaron que la piel se volvía transparente. Pero los restos de colorante pueden lavarse y atenuar su efecto, además de que la sustancia es metabolizable y se elimina a través de la orina.
"La transparencia tarda unos minutos en aparecer. Es similar al funcionamiento de una crema o mascarilla facial: el tiempo necesario depende de la rapidez con que las moléculas se difunden en la piel", agregó Ou.
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Su equipo aún no testeó ese uso de la tartrazina en humanos, cuya piel es unas diez veces más gruesa que la de un ratón, por lo que aún no está claro qué dosis de tinte o método de administración serían necesarios y tolerables en el hombre.
En esa empresa se abocan los investigadores de Stanford. Además, el equipo está experimentando con otras moléculas y sustancias que podrían resultar tan efectiva, o más, que la tartrazina.
Los investigadores han solicitado la patente de la tecnología, dado que se estima que podría brindar ventajas en la experimentación preclínica y la cirugía, al facilitar la localización de vasos y músculos se podrían evitar procedimientos invasivos como cortar la piel o manipular órganos y músculos.