Comités de cuenca de Santa Fe se autoconvocaron y piden cambios a la Ley de Aguas
Los 34 Comités de Cuenca de la provincia se encuentran en estado de alerta ante su posible desaparición o desnaturalización si se reglamenta, tal como está redactada, la nueva Ley de Aguas (n° 13.740).
Así lo hicieron saber al Poder Ejecutivo con la presentación del acta que rubricaron en una asamblea que tuvo lugar en Sunchales el 4 de enero último.
El punto de la discordia es todo el Capítulo 5° de la norma, que no sólo les quitaría jerarquía sino que además ampliaría de tal forma las estructuras que podría tornar mucho más tortuoso el proceso de ejecución de una obra y con un mayor costo a cargo de los productores.
“Nos llevaron a Rosario y el guiso estaba prácticamente cocinado”, indicó a Campolitoral el presidente de comité Malaquías-Los Troncos, Dante Bertinat, en referencia a un “taller” al que fueron convocados en el marco del proceso de reglamentación, a cargo del Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat. Allí, percibieron que los técnicos “ya tenían las decisiones tomadas”.
El Capítulo 5°, explicó, dispone la creación de “organizaciones de cuencas” y “organizaciones de usuarios”. Las primeras, de rango superior, integradas por presidentes de comunas, intendentes, cooperativas y facultades que serían quienes tomen decisiones. “Un montón de actores más que hoy no los tenemos; y nuestra preocupación es cómo seguirá el manejo”. Mientras que en las otras, con menor jerarquía, quedarían los actuales comités, que seguirían a cargo de ejecutar las obras, pero no de las decisiones. “Tenderían a desaparecer”, advirtió Bertinat.
Tras percibir en Rosario que la convocatoria habría sido meramente protocolar, sucedió un hecho inédito en los 40 años de existencia de los Comité de Cuenca en Santa Fe: se autoconvocaron. “Nunca había sucedido, ni en las épocas de emergencia”. Asistieron 27 comités de toda la provincia y coincidieron en la misma preocupación: “desarmar todo sería como volver a empezar y sería mucho más tedioso”. Por lo que firmaron un acta para presentar ante las autoridades, hecho que se concretó con el ingreso por mesa de entrada de Casa de Gobierno del acta. “Queremos que deroguen ese título, porque vemos que al colono lo va perjudicar tremendamente, porque lo va a poner cada vez más lejos de la solución”, remarcó Bertinat.
Entre las principales críticas al Capítulo 5°, mencionan la ampliación de estructuras y su doble perjuicio: dificultad para tomar decisiones y encarecimiento del servicio para los productores. Se generan “enormes cuencas”, dijo Bertinat, como la del Salado. “Ahí se desarticularían casi 11 comités para formar una sola cuenca” y, por lo tanto, “cuando se busque una solución, va a ser más grande” la cantidad de acuerdos o consensos a alcanzar para poder actuar. “Y el productor, que es el que banca y financia todo con su tasa retributiva, va a estar cada vez más lejos”.
Por ejemplo, hoy una obra -por más sencilla que sea- se demora tres años, entre el desarrollo de los estudios y su aprobación. “Imaginate cuando le sumes más decisores”, alertó el vocero.
Por otra parte, también habrá “una dicotomía” entre lo que se paga hoy y lo que podría ser en el futuro. Actualmente los Comités de Cuenca cuentan con una estructura de personal, edificio y máquinas que se solventan con la tasa retributiva del servicio. Por ejemplo, Malaquías-Los Troncos, que cuenta con secretaria administrativa y un empleado, se financia con el cobro a los productores de 3 cuotas anuales de 1 litro de gasoil por hectárea/año. “Si se nos incorporan 10/12 personas más, todos los recursos deberían ir a pagar sueldo; y capaz al productor le empiecen a cobrar más”, dijo Bertinat. En definitiva, “si suman gente, van a tener que cobrar; es un problema de caja también”, añadió en referencia a la creación de las “organizaciones de cuencas”.
Luego de plantear estos reclamos, ahora aguardan una respuesta del gobierno. De todas maneras, Bertinat fue tajante: “queremos la derogación, porque es inviable”.