Cómo piensa y qué siente el padre Emanuel, el joven sacerdote de Villa Cañás
Por Juan Manuel Speerli
Llegó en plena pandemia a Villa Cañás luego de la muerte del padre Juan Riganelli, quien estuvo 60 años al frente de la Parroquia San José. Transmite paz y cercanía. De perfil bajo y buena receptividad con los jóvenes y niños de la ciudad, el padre Emanuel intenta seguir el mensaje del Papa Francisco, de quien escuchó en vivo aquella frase en Río de Janeiro en 2013 que fue dirigida a todos los jóvenes argentinos y le quedó para siempre: “Hagan lío”. “El lío del que hablaba era de no quedarnos, de no balconear la vida, sino dejar nuestra huella”. En todo momento lo cita, tanto al primer Papa argentino de la historia como a su antecesor, Benedicto XVI, a quien considera un pilar en su formación y de quien recuerda su fuerte mirada la vez que lo conoció.
Son las tres de la tarde en la parroquia y Emanuel refuerza su uniforme de cura con un chaleco para apaciguar un poco el ambiente fresco de la parroquia, propio de este tipo de construcciones. Se muestra tal como es, esa persona que le gusta comer con sus amigos, sin dejar de lado su rol de cura. “Somos sacerdotes todo el tiempo”.
¿Cómo es su relación con los jóvenes de Villa Cañás y de la región en general?
En la parroquia tenemos más de 200 niños de catequesis y los jóvenes que están preparando su Confirmación. Como capellán del Colegio San José tengo un vínculo constante, además de las clases que doy en Venado Tuerto en los profesorados de terciario.
¿Y con los niños?
Los más chiquitos son muy espontáneos. Una vez en el jardín de infantes, un nene me preguntó: ¿Y vos padre de quién sos? Entonces le explicaron que era el padre de todo Villa Cañás. En otra oportunidad en un negocio me encontré con una nena que le dice a la madre: “Aquel es el papá de todos nosotros”. La verdad es que a medida que vamos creciendo, lamentablemente vamos perdiendo esa espontaneidad.
¿Cómo convive la Iglesia con el mundo actual de las nuevas tecnologías?
Pertenezco a una generación que manejamos bien la tecnología. La pandemia hizo que creciera esa actividad desde lo virtual, entonces dimos las misas de manera online durante la pandemia más dura.
Las redes sociales de la parroquia las tenemos para transmitir el mensaje de Jesús. La tecnología está muy presente, porque internet es un lugar, no físico, pero así como antiguamente los apóstoles iban a las plazas, hoy la gente no está en esos lugares sino en los celulares, a donde tenemos que llegar.
¿Cómo es el vínculo de los jóvenes con la Iglesia?
La experiencia de fe es cambiante y hay cambios que suceden muy rápido. Durante la juventud, la fe se pone en duda, los jóvenes viven esa etapa en que se rebelan incluso ante lo institucional, no solo con la Iglesia. Pero es mutuo, a los jóvenes le cuesta integrarse a la Iglesia y a la Iglesia le cuesta integrar a los jóvenes.
Durante la construcción de la personalidad, naturalmente se va poniendo en duda todo. El evangelio, que es el mensaje de Jesús, tiene 2000 años de historia y no cambió, lo que sí cambió fue la manera de presentar el mensaje. Lo que nos pide Francisco es una Iglesia que no mire desde arriba y juzgue.
¿Cómo se alimenta la fe?
La fe es una gracia y un regalo de Dios. En la cultura que vivimos, lo cristiano está presente en todos lados, como las festividades y hasta los nombres de las personas. La fe se alimenta en la cercanía con Dios. El contexto actual hace que haya una multiplicidad de ofertas para creer en otras cosas. Como decía Benedicto XVI, el cristianismo no es una teoría, un conjunto de valores morales y éticos, sino que es el encuentro con Jesús, con una persona que está viva.
¿Por qué Jesús trascendió y fue diferente para que nuestro calendario se mida a partir de su nacimiento?
Jesús no fue solamente un buen tipo que vivió hace 2000 años, sino que es el hijo de Dios. El mensaje del evangelio fue tan novedoso que produjo un quiebre en la historia y esa novedad es la que cambió la vida de muchos a lo largo de la historia, que se siguen encontrando con Jesús.
Referentes
Su formación estuvo atravesada por hechos históricos muy importantes. Cuando ingresó al seminario designaron como Papa a Benedicto XVI en 2005, por lo que hizo todo su seminario durante su mandato. En 2012, se ordenó como diácono el 7 de marzo y el 13 Francisco fue elegido como nuevo Papa. “Él nos impulsó a todos a llevar a la práctica esta enseñanza de Jesús para este mundo actual”, cuenta Emanuel.
Bio
Nació en Firmat en 1986 y desde chico participaba de las actividades de la parroquia. Hizo retiros espirituales e intuyó que ser cura era lo que podía hacerlo feliz. En 2005 ingresó al seminario en Rosario hasta que en 2013 lo ordenaron sacerdote en Venado Tuerto. Luego estuvo en María Teresa y San Eduardo y en septiembre de 2020 el obispo lo designó en Villa Cañás luego de la muerte del padre Juan, tras casi 60 años en la parroquia San José.
Para el final, deja una frase de Francisco: “La Iglesia es un hospital de campaña, donde la gente va a buscar la misericordia de Dios”. “Yo intento que la parroquia sea eso, una comunidad abierta”.