Con el cronograma electoral a la vista, la política santafesina se pone al rojo
(Por Mario Cáffaro) – El gobernador Omar Perotti despejó especulaciones y sorprendió en la semana firmando la convocatoria a elecciones generales para el 10 de septiembre y la PASO para el 16 de julio. No sorprendió la fecha, en Casa Gris siempre se filtró que iba a ser el 3 o el 10 de septiembre en el último plazo constitucional. En cambio, sorprendió que lo haya firmado en la semana cuando todavía tenía plazos. En los hechos, Perotti siguió la tradición de gobernadores justicialistas que a la hora de convocar al electorado optan por las últimas fechas para tener que convivir el menor tiempo posible con el electo y toda la presión que eso significa.
Con el calendario electoral y, también conocidas las fechas de la elección nacional, durante cuatro/cinco meses los santafesinos deberemos acudir un domingo por mes a las urnas. Julio, PASO santafesina; agosto, PASO nacional; septiembre, elección de autoridades provinciales; y octubre, de autoridades nacionales. En caso de que sea necesario el balotaje presidencial, será en noviembre.
La fecha decidida tiene también dos condimentos: los precandidatos a elección provincial o municipal estarán inhabilitados para disputar cargos nacionales como ocurrió alguna vez en Santa Fe donde el derrotado en la interna era compensado con una posible banca en el Congreso. La otra, elonga los tiempos de definiciones en los armados electorales, armados que la oposición empezó a apurar desde fines del 2022 y le dé más tiempo al ordenamiento del oficialismo provincial y nacional.
Tiempo de definiciones
Así los congresos partidarios -especialmente en los partidos con más historia como PJ, UCR o PS- pasarán para abril. Juntos por el Cambio más otras fuerzas políticas siguen profundizando la búsqueda del entendimiento para lo que llaman un frente de frentes. En ese amplio espacio, Maximiliano Pullaro sigue moviéndose como precandidato a gobernador, así como también Clara García y Betina Florito se muestran como postulantes. En tanto, otros cuatro dirigentes coinciden en mostrarse juntos en actividades en Santa Fe, Rosario y Capital. Son ellos Carolina Losada, Pablo Javkin, Mario Barletta y Dionisio Scarpín. Uno de ellos será precandidato a gobernador.
Sectores de centro izquierda dialogan y buscan puntos de coincidencia. Punto de Partida es el nombre que han dado al espacio que todavía tiene varios interrogantes a futuro. ¿Tendrán fórmula a gobernador y vice o sólo buscarán bancas en la Legislatura? En 2019 llegaron con cuatro bancas y hoy el interespacio tiene seis lugares. El mayor tiempo para constituir alianzas también le da más tiempo a este espacio. En cambio, la izquierda ya avanzó en alianzas y precandidaturas. Tampoco está definido el armado de los santafesinos seguidores de Javier Milei, aunque también apuntará a bancas provinciales.
En cambio, en el oficialismo nacional y provincial todavía deberá correr mucha agua bajo el puente. No es menor la llegada de Agustín Rossi a la jefatura de Gabinete. Nadie en el justicialismo deja de reconocer que habrá una mirada desde la Rosada. Por supuesto, hoy el principal problema es la inseguridad y los golpes en Rosario y de eso hablaron el flamante ministro nacional y el gobernador en forma telefónica.
Roberto Mirabella sigue su activa agenda en la provincia y en Buenos Aires para instalarse como la continuidad del actual gobierno. Leandro Busatto, Eduardo Tonioli y Marcos Cleri hacen lo propio desde sus espacios políticos con terminales en el gobierno nacional. Marcelo Lewandowski es quien abre interrogantes en el oficialismo. Se mueve como precandidato aunque no confirmó su decisión de estar. Se sentó dos veces con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a hablar de Santa Fe y no fueron pocas las fiestas populares donde el senador se mostró con vecinos.
Elecciones
La reunión del jueves del Frente de Todos convocada por Alberto Fernández significó empezar a ordenar el espacio. Después llegará el tiempo de intentar un orden para Santa Fe, algo no alcanzado en 2021, donde el Presidente le quitó la silla al ministro de Defensa, hoy jefe de Gabinete, y donde la vicepresidenta apostó a Lewandowski y a Mirabella.