Efecto de la crisis
Crece la demanda en comedores y merenderos de Venado Tuerto
El Centro de Desarrollo Comunitario "Mimarte" pasó de tener 25 o 30 niños a unos 40 que a diario reciben su merienda.
En tiempos de crisis, la demanda en merenderos y comedores aumenta de manera considerable. Un fiel reflejo de lo que se vive en los diferentes sectores de la ciudad es lo que sucede en el Centro de Desarrollo Comunitario “Mimarte”, ubicado en barrio Iturbide (Santiago Brett al 400), que ya registra un incremento de más del 30 por ciento. “Veníamos con unos 25 o 30 niños y adolescentes; hoy tenemos unos 40. No es un número permanente, sino que va variando. Hay chicos que asisten todos los días y otros que vienen una o dos veces al mes”, contó la presidenta de la institución, Silvia Vega.
“Vemos que los niños llegan a merendar con un poco más de hambre que tiempo atrás, como si esa fuera su primera comida o la última del día”, resaltó Vega, señalando que, afortunadamente y gracias a las gestiones constantes que realizan quienes forman parte de este Centro, “recibimos mucha ayuda, tanto de comercios, panaderías que nos dan facturas y bizcochos, de Cáritas, de los Veteranos de Malvinas, de la Municipalidad de Venado Tuerto; pudiendo responder a la demanda que vamos teniendo, con niños que se acercan todos los días, lo que demuestra que la necesidad de alimentos es cada vez mayor”.
Mimarte actualmente ofrece merienda, aunque en esta época del año, con la llegada del frío, intentan sumar alimentos más calóricos como pizzas, sándwiches, incluso “hemos hecho fideos con salsa y los comen con el café con leche”, contó, agregando que hay niños que repiten dos o tres veces la porción. A diferencia del verano que ofrecen alimentos más frescos, reforzando, siempre que se puede, con frutas y cereales, con el dinero que donan familias solidarias.
Si bien el merendero está enclavado en el barrio Iturbide, recibe niños de diferentes barrios, como Alejandro Gutiérrez, Santa Fe, San Martín, incluso hay chicos que recorren varias cuadras para llegar a las 16.30 cuando empiezan a servir los alimentos. “Nunca sabemos, previamente, cuantos niños van a ir, pero como tomamos asistencia todos los días, sabemos sí cuantos pasaros por el Centro”, enfatizó. Y completó: “Hay quienes van todos los días desde hace tiempo, otros quizás aparecen alguna vez en el mes, ya sea porque se enteran lo que le estamos sirviendo o porque están cerca”.
Alimentos para madres que colaboran
La presidenta de Mimarte también contó que hay madres que se ofrecen para trabajar en la preparación de las meriendas y para atender a los niños, a quienes se les ofrece un bolsón de mercadería por semana, reciben ropa para sus hijos, es decir “canjeamos su trabajo por algo que pueda ayudarlas”, afirmó.
Además, Silvia insistió en el esfuerzo que hace la institución para brindar alimentos de calidad para los niños, tratando siempre de tener productos que aporten nutrientes.
Nuevo edificio
Cabe señalar que el Centro Mimarte está avanzando en la construcción de su edificio propio en calle 3 de Febrero al 1345, donde al merendero le sumarán un salón para que los niños puedan quedarse y participar de diferentes actividades, juegos o tener un ámbito de estudio. “Ya tenemos las paredes y el techo, y ahora estamos revocando las paredes internas”, manifestó.
“Tenemos muchos adolescentes y es algo que nos interesa mucho poder contenerlos y acompañarlos para que terminen el secundario. Es muy poco lo que podemos hacer puertas hacia afuera pero sí puertas adentro, como premiarlos con golosinas cuando llevan sus libretas o alguna prueba aprobada, de ese modo vamos teniendo un seguimiento”, exclamó.
Cómo colaborar
Silvia Vega invitó a los vecinos a acercarse al merendero entre las 16 y las 18 para “conocer el trabajo que hacemos y si está dentro de sus posibilidades, puedan colaborar, ya sea con vestimenta, alimentos, dinero o simplemente dedicando un rato de su tiempo en ayudarnos a doblar ropa u ordenar; eso depende de cada uno”, enfatizó.
Seguidamente subrayó que siempre se necesita ropa de varón, que es lo que menos se recibe. “Venimos bien con los alimentos, lo mismo que la construcción del nuevo espacio al que, esperemos, nos podamos mudar en breve”, sentenció.