Cuál será el impacto de la interna oficialista en el gobierno santafesino
Por Emerio Agretti (El Litoral)
Los intentos de unificar listas de candidatos al Congreso de la Nación en el oficialismo santafesino no llegaron a buen término, y el efecto de ese fracaso será de alto impacto. En el futuro inmediato, y según los modos que presidan la campaña (que ya de inicio fueron bastante beligerantes) podría operar como un elemento enervante sobre la gestión. A futuro, y según cuál sea el resultado que arrojen las urnas el 12 de septiembre, se establecerá un nuevo mapa de poder interno en el territorio que seguirá gobernando Omar Perotti, aunque apoyado sobre bases un tanto más movedizas que las montadas para elevarlo a esa función.
Pero al margen de ese plano, en el que, más allá de las reverberaciones institucionales, campea el análisis político, hay otro en el que el impacto será mucho más directo y ostensible. Es el que a la mirada mirada “macro” sobre los grandes reacomodamientos, la circunscribe y la concentra en nombres y apellidos. Microimpactos, entonces, pero más fáciles de mensurar, y con inevitable onda expansiva.
Estos impactos están contenidos en una lista llamativamente extensa, y encabezada por un nombre de infrecuente nivel de exposición, que abarca a la vicegobernadora de la provincia, y a un número importante de senadores y diputados (extensivo también a otros partidos) en lugares expectantes, lo que eventualmente dará lugar a reemplazos inmediatos (de los que resulten electos) o eventuales (para los que van como suplentes). Un efecto que se podría haber expandido al gabinete provincial, si no hubiese mediado el acuerdo político que llevó a modificar los primeros borradores de listas del sector aglutinado en la figura del gobernador, donde había miembros de su gabinete. Pero que podría darse por carácter transitivo, por la cercanía o identificación de algunos ministros y funcionarios con el sector interno que enfrentará en las urnas a la lista patrocinada por el gobernador (comenzando por Roberto Sukerman y Jorge Llonch).
No es este el caso de la vicegobernadora. Como explica muy claramente el constitucionalista Domingo Rondina en un hilo de Twitter, Alejandra Rodenas sólo debería renunciar a su cargo si es electa senadora nacional y asume esa función. Pero su cargo no requiere ser reemplazado: no es necesario que exista un “vice” que ejerza como tal. En todo caso, sí será suplida en sus funciones de presidir el Senado y la Asamblea Legislativa, por el presidente Provisional del Senado (cargo que se renueva cada año). En cuanto a reemplazar transitoriamente al gobernador por ausencia o impedimento, se aplica la línea sucesoria establecida por la ley, ya sin la vicegobernadora al principio de ella: el presidente provincial del Senado, el presidente de la Cámara de Diputados, el presidente de la Corte, en ese orden.
La otra interna
En tanto, el impacto también se registrará a nivel nacional. Si bien se especuló al respecto en algunos medios nacionales, Agustín Rossi dejó en claro que no abandonará el Ministerio de Defensa para ser candidato. Aunque, naturalmente, sí lo hará en caso de resultar electo. Llegado ese momento, será la oportunidad de que el presidente de la Nación deba disponer un reemplazo en el gabinete, y de disparar así las habituales lecturas sobre posicionamientos en clave de interna nacional.
Interna que, por otra parte y con alguna paradoja incorporada, también se jugará discretamente en Santa Fe, a la par de la más estentórea que protagonizan Omar Perotti y Agustín Rossi. Y es que la lista apadrinada (e integrada como senador suplente) por el gobernador fue acordada con Cristina Fernández de Kirchner, y lleva en la dupla senatorial a María de los Ángeles Sacnun, referente suya en el Senado y en la estratégica comisión de Asuntos Constitucionales. La otra lista (la que integra la vicegobernadora santafesina) es la que fue promovida, alentada y bendecida por el presidente Alberto Fernández, encabezada por otro kirchnerista de pura cepa, como es Agustín Rossi. La paradoja estaría dada en que si la lista Lewandowski-Sacnun (acordada por Perotti y Cristina) se impone en las Paso, pero después queda segunda en la general, entraría al Senado solamente el primero, que no es kirchnerista. En cambio, si a la interna la ganan Rossi-Rodenas, y después quedan segundos, sí entraría un senador kirchnerista (que sería Rossi), pero por la lista adversaria de la que impulsa Cristina.
Horizontes
Los demás impactos ya se adentran todavía más en el plano de las hipótesis, y elevan el nivel de especulación. ¿Qué va a pasar con la relación de fuerzas en la coalición que gobierna la provincia si se impone la lista opositora a la del gobernador? ¿Cómo podría incidir el reposicionamiento de figuras distintas a las del primer mandatario en el tramo final de su gestión, y el tránsito a su sucesión? Y de la misma manera ¿cómo debería leerse una victoria de la lista de Perotti? ¿Como un aval a una supuesta impronta “provincialista”, a la que el kirchnerismo acompañe en segundo término, con vía libre hacia una preeminencia que (adjetivándola con otros términos) Rossi buscó bloquear con su postulación? ¿O (como se empeñan en presentar los discursos ad hoc) como un triunfo de la impronta coalicionista, de la identidad santafesina reivindicada, pero claramente inserta el proyecto nacional? ¿Primará el peronismo o el kirchnerismo? ¿El perottismo, el rossismo, o acaso algo así como el lewandowskismo?.
Naturalmente, estos carriles no son los que atraviesan las principales preocupaciones, demandas y urgencias de la comunidad, pero ello no les quita relevancia para su futuro inmediato y no tanto. Como dejó establecido el gobernador, “la principal campaña es la vacunación”. Y cada uno es libre de asignarle a ese apotegma el sentido que mejor le cuadre.