De micro pyme familiar de Venado Tuerto a empresa internacional
Muchos factores hacen de la empresa venadense Eugenio Bigliazzi e Hijos un caso paradigmático en la provincia de Santa Fe. Con sus productos de bazar elaborados bajo la marca Bipo, pudieron desembarcar recientemente en el mercado latinoamericano, siendo estas las primeras experiencias internacionales de la empresa en sus más de 60 años de vida. Este es el corolario de un camino recorrido a la par de la Secretaría de Comercio Exterior de la Provincia de Santa Fe, la cual incluyó a la firma en su programa Desafío Exportador y acompañó a los empresarios en la puesta a punto para poder comenzar su desarrollo externo. Pero esta expansión no es su única cualidad distintiva.
Bigliazzi e Hijos tiene una rica historia productiva que desde sus inicios está sostenida en la calidad, el compromiso, la lealtad comercial y la apuesta por el trabajo y la inversión, además de favorecer la empleabilidad de mujeres en puestos cualificados, conformando su planta con un 80% de operarias.
Acorde a la historia emprendedora de la provincia de Santa Fe, don Eugenio Bigliazzi fundó su empresa en el garaje de su casa con tan solo 17 años. Así lo cuenta su hijo, Sergio, uno de los cuatro socios actuales de la firma: “Mi papá dejó el colegio muy joven y se puso a trabajar. Primero fue empleado de un negocio hasta que decidió montar su primer taller. Él fue a lo de Jacinto Tossi, un vendedor de máquinas y herramientas, a comprar un tornito de banco con un dinero que le había prestado un hermano, que a valores de hoy habrán sido unos 30 mil pesos. Pero Jacinto le preguntó qué iba a hacer solamente con un torno, cómo iba a afilar las herramientas, cómo iba a cortar fierros, cómo iba a hacer agujeros, y le dijo que lo que él necesitaba era un taller. Y mi papá terminó volviendo con maquinarias por algo así como 2 millones de pesos. Le firmó unos documentos y se lo fue pagando en tres o cuatro años. Así empezó todo”.
Luego de un exitoso tránsito en la mecánica y la fabricación de maquinarias especiales, desde hace 22 años la empresa comenzó a dedicarse a la inyección de plásticos. La calidad de sus procesos le permitió insertarse en el mercado de alta gama, elaborando piezas para la vecina fábrica de Essen.
Una línea de productos para el mercado local
Convencidos de su capacidad, y con el deseo de diversificar su cartera de clientes, la empresa decidió desarrollar su propia línea de productos, dando así origen a Bipo, una marca de piezas de bazar que en poco tiempo fue ganando importantes mercados nacionales. “Empezamos a desarrollar la marca hace cerca de 5 años. Por nuestro trabajo con Essen, sabíamos que teníamos lo necesario para fabricar productos de primera calidad. Por eso decidimos posicionarnos en un segmento de alta gama, pero con un precio accesible al mercado local. Y el salto lo dimos al hacernos visibles en ferias y exposiciones del sector, a partir de lo cual pudimos empezar a proveer a grandes cadenas nacionales”.
Un pilar fundamental para apalancar el crecimiento de la empresa fue el financiamiento. En ese sentido, Sergio Bigliazzi destacó el haber sido beneficiarios del programa Santa Fe de Pie, gracias a la cual pudieron obtener un crédito en el Banco Nación con 5 puntos de subsidio a la tasa aportados por el Estado Provincial. Con esos fondos adquirieron nuevas inyectoras que les permitieron aumentar la capacidad productiva para responder a las demandas de sus nuevos mercados.
Con el deseo de potenciar el crecimiento de Bipo, la familia Bigliazzi comenzó a explorar alternativas para dar inicio a su inserción en mercados internacionales. Así fue como comenzaron su vinculación con la Secretaría de Comercio Exterior del Gobierno de Santa Fe y la Agencia Santafesina de Inversiones y Comercio Internacional Santa Fe Global. “Nos conocimos con Sergio Bigliazzi en una actividad que hicimos en Rosario”, contó Germán Burcher, titular de la mencionada secretaría. “Coordinamos una visita a la planta y quedó más que clara su potencialidad exportadora. Por eso les propusimos incorporarse al programa Desafío Exportador y se les asignó una asesora que diseñó un proyecto de trabajo para preparar su inserción internacional. Luego les ofrecimos exponer sus productos en una ronda de negocios que auspiciamos en Paraguay y en la ExpoCruz de Bolivia”.
A Bolivia
Al poco tiempo la Secretaría de Comercio Exterior le hizo llegar el contacto de un importador boliviano con quien las negociaciones llegaron a buen puerto y le permitió a Bipo concretar su primer contrato de exportación: cuatro pallets de productos que arribaron a una empresa de Santa Cruz de la Sierra y que se convirtió en un hito para esta empresa de más de 60 años. Este hecho abrió las puertas a un nuevo capítulo en la historia del emprendimiento. “Ser una empresa exportadora nos cambió en muchos aspectos. La exigencia del mercado internacional te hace subir un escalón en organización, calidad y estandarización. Por supuesto que tiene sus dificultades. Pero con el apoyo de los representantes de la Provincia todo se nos hizo más fácil, ya que nos abrieron puertas y nos acercaron contactos muy importantes”.
En el mes de septiembre, los Bigliazzi estuvieron presentes en el stand institucional de la Provincia de Santa Fe dentro del Pabellón Argentino de la 46° Feria ExpoCruz. “En la feria pudimos ver en primera persona cómo las familias se detenían frente a nuestros productos y los elegían. Tomamos dimensión de que nuestro producto ya tiene la aceptación del último eslabón. Ahora tenemos el desafío de convencer a los intermediarios”, contó Sergio.
Buenas perspectivas
El camino de Bipo conduce en el corto plazo a un fuerte desembarco en Latinoamérica. Además de su llegada a Bolivia, otros 6 pallets están prontos a arribar a Chile, y los titulares de la firma viajaron a Uruguay para testear sus productos en el mercado oriental. Además, la empresa tiene muy avanzada una representación en Paraguay y ya están diseñando un plan de negocios para el país guaraní.