De no creer: delincuentes desguazaron un galpón y robaron 32 chapas de un campo
Rodrigo Pretto
Mirador Provincial
“Esta vez fue demasiado”. La frase pertenece a Marta Alasino, dueña de un campo ubicado a 8 kilómetros al este de la ciudad de Sastre, cabecera del departamento San Martín. El pasado fin de semana, delincuentes ingresaron a su propiedad y en cuestión de horas desguazaron un galpón de 30 por 10 metros. Robaron 32 chapas y destrozaron parte de la casa rural, lindera a las instalaciones violentadas. Calculan daños por $ 300.000. Esta es la tercera vez que es víctima de un robo desde el mes de junio pasado. La denuncia fue radicada en la comisaría local.
Los delitos rurales tienen en vilo a toda la región. Este no es un caso aislado. El robo de hacienda y materiales de casas de campo son “una constante”, algo con lo que los productores viven lidiando. Pero lo que ocurrió entre el sábado y el lunes en cercanía a la cabecera del departamento San Martín fue insólito. Delincuentes, aún desconocidos, llegaron a la propiedad ubicada a 8 kilómetros de Sastre, violentaron puertas de la casa deshabitada y, con tres escaleras que se encontraban en el interior, lograron su cometido. “Es algo increíble. Se llevaron 32 chapas y todos los tornillos. Encontramos sólo uno en el piso. Era gente que estaba preparada con las herramientas necesarias. Seguramente tenían un carro grande para trasladar todo”, contó con mucha bronca Alasino.
Estiman que las tareas les consumieron a los delincuentes unas cuatro horas para dar con su objetivo. “Entre materiales robados, daños y el trabajo que no demandará reparar todo, calculamos pérdidas por 300.000 pesos”, detalló angustiada la propietaria del campo.
Entre impotencia y desolación, Alasino recordó hasta la insólita manera en la que conocieron la noticia. “Nos avisaron los vecinos. Son chicos conocidos de la ciudad que tienen el campo pegado al mío. El lunes llamaron a uno de mis hijos y le preguntaron si estábamos desarmando el galpón”, explicó y agregó: “Es algo para tener magnitud de cómo habían dejado todo”, exclamó.
Este último fue el tercer robo contra la misma propiedad que sufre Alasino en el año. El pasado 20 de junio el objetivo fue la casa de campo. Aquel día, ladrones violentaron las puertas y se llevaron mesas, sillas tapizadas y una antigua vitrina. “Aquella vez decidimos reforzar con rejas los ingresos. Aseguramos todo”, sostuvo. Sin embargo, no fue suficiente. Veinte días más tarde, malvivientes volvieron a atacar la vivienda, aunque no lograron adueñarse de nada. “Ahora rompieron cuatro candados, los portones, con un perfil dañaron la pared y las puertas. Nos hicieron un desastre”.
Aún sin salir del asombro, la titular del campo no encuentra explicación alguna sobre la impunidad con la cual accionó este grupo. “El galpón se encuentra a unos 50 metros del camino central. El predio del campo está cercado con alambre. Se tomaron el trabajo de cortarlo y luego de atarlo para que no se escapen los tres caballos que tenemos en el lugar”.
Alasino, a su vez, sostuvo que los delitos rurales se han transformado en el último tiempo en una constante. “En la zona robaron en todas las casas de campo, pero nadie hace las denuncias. Se repite todo el tiempo. Acá roban lo que venga. Queremos que la gente denuncie porque es terrible lo que está pasando. Es terrorífico. Hacen mucho daño”, concluyó.