Del Barcelona… como Messi: Guillermina Cossio y una historia de superación
El 16 de abril del 2022 no será una fecha más para la atleta oriunda de Murphy, Guillermina Cossio. Porque es un antes y un después en su corta, pero prometedora carrera deportiva. Nacida hace apenas 21 años, la velocista ya representó a Argentina en distintos torneos nacionales, sudamericanos, mundiales y sueña, como meta máxima, competir en los Juegos Olímpicos.
Pero para eso, hay que entrenar, entrenar y entrenar, pero, por sobre todas las cosas, tener un acompañamiento acorde a una carrera deportiva que se sabe, por su carácter de amateurismo y de poco “popular” en nuestro país, suele ser más difícil de llegar a competir en el máximo nivel. Aún más sabiendo que hay súper potencias mundiales donde la realidad es totalmente opuesta donde todo se hace mucho más fácil.
“Guille” o “Mina”, como le solían decir de chica, lo sabe muy bien. Es totalmente consiente de eso y tanto es así, que con sus jóvenes 21
años decidió ese 16 de abril, hacer las valijas y encarar el viaje hacia el viejo continente para continuar su carrera deportiva.El boleto, que sólo tenía fecha de ida, decía en el destino: “Barcelona”. Sí, aquella ciudad que vio a sus 13 años llegar a un tal Lionel Messi, es la misma a la que arribó la oriunda de Murphy y vaya casualidad, para ponerse la misma camiseta blaugrana que el astro del fútbol mundial.
Dos deportes totalmente distintos. Dos personas con historias muy diferentes, pero con muchas cosas en común. El Fútbol Club Barcelona nuevamente le volvió a abrir las puertas a un argentino que llegó con una maleta llena de sueños, con muchas ganas de crecer, ambición y todo un talento en bruto listo para pulir.
Pero no todo es color de rosas, para poder entrenar al máximo nivel, Guillermina Cossio debe además realizar actividades paralelas que le permitan sustentarse económicamente. “Hace 3 meses que estoy en España y yo este año tenía en mente dos cosas. Una era ir a vivir a Estados Unidos a estudiar y entrenar, ya que iba a obtener una beca, o la otra era venirme acá a Europa a trabajar y entrenar. Sabía que venir acá iba a ser más complicado porque trabajar genera otro tipo de gasto energético, diferente al de estudiar y sabía además que iba a tener que mantenerme sola ya que, a diferencia de Estados Unidos, allá con la beca tenía todo incluido. Pero el ir a Norteamérica de a poco fue quedando de lado ya que tenía que rendir muchos exámenes en inglés y no iba a llegar a prepararlos. Así que optamos con mi entrenador de argentina, Andrés Giovanetti, por la opción de España. Así fue como fuimos contactando gente hasta que llegamos al contacto del Barza. Ellos por mi marca me aceptaron y una vez que tuve el sí, me vine para acá”, comienza explicando Guillermina.
Pero a diferencia de lo que cualquiera puede pensar, que representando a un gigante como el Barcelona ahora sólo se tiene que dedicar a entrenar, Cossio tiene que trabajar para mantenerse económicamente: “El Barcelona básicamente me banca todos los torneos que represento a ellos y si llego a meter alguna marca que ellos quieren me pueden llegar a pagar algo. Además de tener médicos gratis pero más que eso no”.
Así es entonces que divide su vida entre el trabajo de mesera en el restaurante GreenVita del World Trade Center de Barcelona y los entrenamientos en el club: “Entreno 5 días a la semana y descanso 2 con una carga de entre 2 horas y medias y 3. En mi trabajo es igual, trabajo 5 días y descanso 2 y con horarios rotativos, hay días que me pueden tocar 4 horas, 5, 3 y media o 9 horas. Un día normal en mi vida es trabajar de 13 a 17, meriendo, tengo 1 hora de viaje a San Cugat que es donde entreno cerca de 3 horas y estoy volviendo a mi casa cerca de las 11 de la noche”.
“Acá entreno con otros atletas que son parte del grupo de mi entrenador de San Cugat y no todos representan al Barcelona, sino que hay de varios clubes. No es que por representar al Barza entrenamos todos juntos y con un solo entrenador, cada uno es individual y puede entrenar en cualquier pista, en cualquier lado. Es más, hay gente que representa al club y vive en Valencia, Madrid u otro lado y no necesariamente en la ciudad de Barcelona”, explica Guillermina en cuanto a los entrenamientos.
Si bien ahora ella ya está más afianzada y con una rutina que le permite entrenar como quiere para cumplir su sueño, al principio fue todo muy difícil. Apenas llegó no le salían los papeles para poder trabajar, no encontraba habitación para vivir (actualmente comparte un piso con 3 personas ya que poder alquilar uno para ella sola sale alrededor de 1000 euros lo cual es muy complicado), y tampoco podía entrenar. “Me costó un par de semanitas solucionar todo eso y ni hablar de acostumbrarme a no tener a nadie que me pueda ayudar con algún problema y estar totalmente sola”, agregó.
Por otra parte, Cossio sigue con intenciones de poder retomar la carrera que comenzó en Argentina ya que, según cuenta, “hice un año y medio de Biotecnología y ahora estoy buscando una universidad que sea cien por ciento online para continuar”, teniendo en cuenta que esa es la única forma de poder hacerlo por el momento ya que “trabajar, entrenar y estudiar presencial es imposible”, aclaró.
Por último, en cuanto a lo que se viene en tema de competencias y metas de acá en adelante, Guillermina contó que está en plena pretemporada ya que su preparación cuando llegó no fue la óptima así que necesitó una buena base: “En principio para este año como objetivo era el Sudamericano U23 y los Juegos Odesur de Mayores, pero no sé si llegaré a prepararme ya que todavía sigo en adaptación. Vamos a trabajar conscientes, sin apresurarnos y si se da, genial, y sino también, ya que apostamos a largo plazo. Otro objetivo que tenemos en mente es el Panamericano de Mayores del año que viene, para el cual creemos que podré llegar”.
“Quiero agradecer a mi entrenador de Argentina, Andrés Giovanetti, y a mi familia que siempre me están bancando en todas desde el día cero”, no quiso dejar de mencionar la atleta.
Guillermina Cossio es otra de las historias de atletas argentinos que se encuentran con muchas carencias a la hora de planificar un futuro al máximo nivel en su país. De gobiernos que lejos de apostar por el deporte amateur, cada vez le sacan más subsidios y donde el apoyo sigue siendo muy bajo y en muchos casos nulo.
Pero también es una historia de superación, de no bajar los brazos, de dejar una vida entera atrás para ir en busca de los sueños. Una historia de amor puro hacia un deporte que la encontró por casualidad en la escuela primaria, pero del cual se aferró a tal punto de ser una de los grandes referentes juveniles en el país.
Y ahí está, pisando los mismos pasillos que hace muchos años su compatriota Lionel Messi pisó, con los mismos sueños, con las mismas ganas e idéntico objetivo: dejar una marca grande en la historia del deporte argentino.