Del riesgo a la consejería: cómo se orienta en Santa Fe a una menor que cursa un embarazo
Qué mecanismos sanitarios y profesionales se activan cuando una menor de 15 años ingresa a un hospital público de la provincia de Santa Fe cursando un embarazo es una pregunta que dispara muchas y complejas aristas. Primero, huelga recordar que la gestación en jóvenes de esta edad es considerada de alto riesgo para la vida de la paciente por la OMS -y, en amplio consenso, por la comunidad científica internacional.
Pero además, ese embarazo puede ser producto de un caso de abuso o violencia sexual, es decir, no deseado; y también puede ser un embarazo deseado. Lo cierto es que en el anoticiamiento de un embarazo precoz, desde el sistema de salud pública se realiza una serie de articulaciones interinstitucionales para determinar cuál debe ser el abordaje más correcto sobre ese embarazo, siempre dependiendo de cada caso.
En contexto y como dio cuenta El Litoral, de 2018 a 2021 se registró en la ciudad de Santa Fe una disminución de los embarazos en niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años en un 40%. En igual línea, las tasas de fecundidad temprana (que va de 10 a 14 años) y tardía (jóvenes de 15 a 19 años) descendieron a nivel provincial y nacional en un período similar. Es una tendencia consolidada, pero embarazos en esta franja etaria sigue habiendo; y cuando eso ocurre se activa una serie de resortes sanitarios para brindar la asistencia más correcta.
“Supongamos que llega una niña porque le duele la panza y tiene alguna sintomatología a revisar. Esto amerita hacer una consulta médica, naturalmente. Siguiendo el ejemplo, se determina que cursa un embarazo. Pero además luego, hablando con la niña en consulta, podría detectarse que ese embarazo surgió de una situación de violencia sexual. Allí, hay que activar rápidamente todos los mecanismos de protección necesarios para que esa niña no esté en riesgo”, le explica a El Litoral la directora provincial de Programas de Salud Sexual Reproductiva y Diversidad (Dirección de Salud Sexual) del Ministerio de Salud santafesino, Paola Gross.
A propósito de los riesgos, la OMS lo advierte claramente: “Las madres adolescentes (de 10 a 19 años) tienen mayor riesgo de eclampsia, endometritis puerperal e infecciones sistémicas que las mujeres de 20 a 24 años, y los bebés de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de padecer bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y afección neonatal grave. La prevención del embarazo entre las adolescentes y la mortalidad y morbilidad relacionadas con el embarazo son fundamentales para lograr resultados positivos en la salud a lo largo de la vida”.
La elección
Otra de las aristas que se abren dentro de esta compleja problemática de salud pública es cuando una joven menor de 15 años decide ser mamá, no en los casos de embarazos forzados. Aquí, en el sistema de salud pública santafesino se le ofrece a esa adolescente una Consejería en Opciones, que están en las guías sanitarias nacionales.
“Estas consejerías son herramientas para los equipos de salud en torno a cómo abordar estas situaciones a una determinada paciente. Se trata de poder explicarles con información clara, científica y adaptada a las posibilidades de comprensión de una niña o adolescente, los riesgos de vida a los que se expone con ese embarazo”, dice Gross.
La directora asegura que “las consejerías sirven para que las adolescentes puedan tomar la decisión (de ser madres o no) con toda la información científicamente probada y comprendida por esa paciente. Y, en función de eso, luego recibir el acompañamiento interinstitucional que requiera el caso. Porque hay otros riesgos integrales”.
Los otros riesgos
¿Cuáles son esos otros riesgos? “De acuerdo a los datos oficiales -prosigue la directora provincial-, seis de cada diez menores de 15 años que son madres dejan la escuela: me refiero al abandono escolar. Y es muy difícil retornar a la institución educativa y pensar en seguir estudiando si ya hay una tarea de cuidado, que es permanente de las mamás: si sos madre, lo sos 24/7”, asevera la directora.
Y como corolario del abandono escolar, “esa niña/adolescente que es mamá va a tener menos oportunidades de acceder al mercado laboral, sin la educación básica completa, su futuro se vería comprometido. Es una problemática compleja, insisto, con muchos puntos sensibles que se tocan”, subraya Gross.
Ley IVE-ILE y línea de consulta
En todo este abanico de casos, aparecen los alcances de la Ley Nacional N° 27.610, que regula “el acceso a la interrupción voluntaria y legal del embarazo y a la atención postaborto de todas las personas con capacidad de gestar en todo el territorio nacional”.
Cabe recordar que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) refiere “al derecho al aborto con la solicitud como único requisito hasta la semana 14 inclusive de gestación”, de acuerdo a que explica la cartera sanitaria nacional. Y la interrupción legal del embarazo (ILE) hace referencia “al derecho al aborto en las siguientes situaciones: si el embarazo es producto de una violación; si está en peligro la vida o la salud de la persona gestante”.
A su vez, existe la Línea Nacional de Salud Sexual 0800 222 3444. Allí, las personas que necesiten evacuar dudas pueden comunicarse y solicitar información no sólo sobre un embarazo no deseado, métodos anticonceptivos de corta, de larga duración o permanentes.
“También, se puede consultar sobre los diferentes temas que hacen a la salud sexual. A veces uno no sabe a quién recurrir, a veces da vergüenza preguntar. Esta línea que es confidencial; partir de ese llamado desde el Ministerio de Salud de la Nación nos contactan con esa persona que consulta y nosotros nos abocamos a orientarla”, concluye Gross.
Luciano Andreychuk