Desacuerdo entre Vicentin y el Banco Nación pone en jaque 200 empleos en Avellaneda
Juan Chiummiento
Mirador Provincial
La crisis de Vicentin no generó hasta aquí una pérdida masiva de empleos, pero ello podría cambiar si no se encauzan las negociaciones con el Banco Nación. Las tratativas, orientadas a determinar cómo saldar la deuda por casi u$ s 300 millones, se encuentran actualmente trabadas y ponen en riesgo 200 fuentes laborales en la planta de etanol que la agroexportadora tiene en Avellaneda. “El panorama es complicado”, reconoció Dionisio Alfonso, secretario del gremio aceitero con base en el norte provincial.
A diferencia del resto de los acreedores incluidos en el concurso, el Banco Nación tiene el carácter de “privilegiado”. Por lo tanto, viene cobrando parte de su crédito a través de una prenda sobre la facturación de esa fábrica. Se trata de un retorno por goteo: en el último año significó unos u$ s 1,5 millones.
La situación le está generando un problema a la planta, que según denunció recientemente Vicentin sufre una “limitación objetiva” en su operación. Por ello, el pasado 1° de noviembre propuso un nuevo esquema, en el que ofrece cambiar la prenda por una garantía real sobre la fábrica y que solo vaya al banco el resultado neto de las operaciones -y no el ingreso total-.
“La retención por parte del BNA del 100% de la facturación significa en los hechos una limitación objetiva a la operación de la planta, dado que representa una severa descapitalización al consumir todo el capital de trabajo en cada venta, lo que se traduce en un perjuicio no solo para la sociedad sino para la masa de acreedores”, advirtió Vicentin en el escrito ingresado en el expediente que conduce el juez Fabián Lorenzini.
En la argumentación de la propuesta, la agroexportadora indicó que la situación actual lleva a un resultado negativo “que una empresa concursada no puede sostener”.
Los motivos expuestos no convencieron a las autoridades del banco, que se disponen a rechazar la propuesta. Desde el entorno de Eduardo Hecker -presidente del BNA- indicaron que, con este nuevo esquema, la deuda sufriría una gran licuación y se terminaría cobrando en más de 500 años.
El caso es que más allá de las posiciones de uno y otro, hay 200 familias que ven peligrar su fuente de ingreso. “Tiene que haber una alternativa”, bregó Alfonso, secretario general del Sindicato de Aceiteros y Desmotadores de Reconquista.
La situación de la planta generó la preocupación de los legisladores provinciales que integran la comisión de seguimiento de Vicentin, quienes esta semana se reunieron con el director del Banco Nación, Claudio Lozano.
Difícil horizonte
El problema con la planta de etanol es que no se encuentra dentro de los activos que interesaron a Asociación Cooperativas Argentinas (ACA), Molinos Agro y Viterra Argentina (ex Glencore), los tres inversores que aspiran a quedarse con la mayoría del paquete accionario de Vicentin.
“El panorama es complicado”, reconoció Alfonso, quien dijo que actualmente la fábrica de etanol funciona a un 25%, aunque aseveró que por ahora se continúan pagando los sueldos en tiempo y forma.