Día del Vino Argentino: Santa Fe, una tierra con potencial vitivinícola
Incursionar en el mundo del vino, hace rato que en el país dejó de ser algo exclusivamente de zonas como Mendoza y San Juan. Curiosos, aventureros o arriesgados. Así se puede definir a quienes en la provincia de Santa Fe, quebraron los esquemas tradicionales y se animaron a producir algo que no es soja, ni tampoco ganado: es nada menos y nada más que la bebida nacional, nuestro vino.
Es así y aunque son poco conocidos, en “La invencible” se contabilizan varios proyectos ya con recorridos en el suelo, algunos de los cuales permitieron degustar las primeras botellas. Sin adelantarnos a los hechos, la referencia más inmediata nos lleva a la década del 20, cuando en la localidad de Soldini se firmaron las escrituras de los terrenos que luego se convertirían en Bodegas y Viñedos Parodi.
Allí, a minutos de Rosario se llegaron a producir, hasta 1978, 6 millones de litros anuales de vino, convirtiéndose en una de las firmas más importantes del rubro por fuera de Mendoza. Entre otras características, se supo que contaba con usina propia y cerca de 200 hectáreas de producción que se repartían entre Soldini, Carmen del Sauce y Coronel Domínguez.
Contó con 60 empleados permanentes y en época de vendimia se duplicaba la cantidad de trabajadores. En su apogeo, empleaba hasta el 60% del pueblo. Llegó a producir el recordado vino “14 Provincias”, “Copador” y el “Delicioso”, este último cuya publicidad era protagonizada el Alberto “El Negro” Olmedo tomando vino de una damajuana.
Más adelante en el tiempo, en 2012, se supo de una finca ubicada a 10 kilómetros de la localidad de Villa Trinidad, donde un viñedo apuntaba a variedades de Tannat y Cabernet adaptadas a estas condiciones de suelo y clima. Detrás estaban los hermanos Olivero.
Cuatro años más tarde, a fines de diciembre del 2016, dos hermanos ingenieros agrónomos montaron el único viñedo que se conoce en el extremo santafesino. El emprendimiento, hoy conocido como Viñas “El Ñato”, es obra de Gustavo y José Ángel Recupero, de la localidad de Carreras, en el departamento General López.
Los hermanos Recupero siguieron el consejo del enólogo Ariel Angelini, otro carrerense que hoy vive y trabaja en la región de Cuyo y ya cosechan su propia siembra. En el predio de una hectárea, hay cerca de 800 plantas de las que esperan obtener entre 1000 y 1200 litros de vino.
Para el 2017, entró a funcionar la finca “Don Esteban”, también en zona de Soldini y dos años más tarde, en el 2019, se dio a conocer un emprendimiento en Arteaga, muy similar al que funciona en Carreras. Le siguen experiencias en Laguna Paiva, donde se produce vino casero con la dirección enológica del ingeniero agrónomo mendocino Matías Prieto.
En septiembre del 2020, ya estaba en marcha el primer viñedo de Serodino, en el departamento Iriondo, de la mano del técnico agrónomo Pablo Drovetta. Bajo el sistema de espalderas hay cinco plantas de Tannat y cinco de Tempranillo.
Lo más cercano conocido en el tiempo es el trabajo de Rodolfo Cornalis junto a Osvaldo Ferrato, que armaron un viñedo orgánico en Garibaldi -un pequeño pueblo del departamento Castellanos-. En plena pandemia buscaron asesoramiento en Mendoza, sembraron 1.200 plantas en septiembre y esperan poder producir en algunos años.
Lo que dice un experto
El licenciado en Enología e Industria Frutihortícola, Ariel Angelini, aseguró a El Litoral que las potencialidades de nuestra provincia en cuanto a producción “son variables”. “El limitante es el clima y depende mucho de esas condiciones”, dijo el especialista.
Siendo el único santafesino formado en esta ciencia, se encuentra radicado en Mendoza, donde forma parte del equipo de Casa Petrini, un proyecto enoturístico que integra bodega, alojamiento, restaurante y spa, en el Valle de Uco, Tupungato. “Mientras que el clima acompañe, hay que ir viendo y analizando las calidad que va dando y parametrizando cosecha tras cosecha”, aclaró con respecto a Santa Fe.
“Va mucho por ahí. Sin dudas no va a haber esas condiciones de variaciones de suelo como pasa en Mendoza. (En Santa Fe) hay un suelo más homogéneo. Después hay que ir viendo cómo se manifiesta el vino y qué es lo que va dando”, aclaró Angelini.