Efecto dominó: si caen los tambos, peligran pymes y pueblos
(Por Juan Manuel Fernández) – “Esta asistencia que necesita el sector ante una sequía inédita no puede esperar”, dijo Pablo Villano, presidente de Apymel, en relación a la urgente ayuda que precisa la cadena lechera, y sobre todo los tamberos, ante el impacto combinado de la macroeconomía y la brutal sequía que azota al sector agropecuario.
Desde la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas consideraron necesario una asistencia financiera, tanto de bancos públicos como privados, con subsidio de tasa y plazos acordes de devolución para capital de trabajo en los tambos. “Por lo menos a un año, hasta que el tambo se restablezca y las condiciones se normalicen”, dijo Villano. “Todo eso hace a mantener en pie a los pequeños y medianos tambos, que son nuestros proveedores”.
En su análisis, mencionó que “los más vulnerables tienen mucho riesgo de desaparecer, y con ellos las Pymes y luego los pueblos del interior; que se desarrollan y se mueve una economía local importante con la actividad de la Pyme y de los tambos que la proveen”.
También afirmó: “nosotros estamos comprometidos, pero necesitamos del sector político, que reaccione”, del mismo modo que los bancos. Sólo así -sostuvo- se podrá paliar la situación de extrema gravedad que implica el incremento de costos operativos, la caída en la producción por efecto del clima y la falta de reservas para el invierno.
Producción en riesgo
Sobre una posible faltante de leche a raíz de este contexto, como advirtieron entidades como Meprolsafe y la Junta Intercooperativa de Productores Lecheros (JIPL), Villano sostuvo: “si tomamos cartas en el asunto, con políticas activas de asistencia de los gobiernos, creo que va a darse una caída mínima; si dejamos pasar el tiempo y no recibimos asistencia, van a ser mayores los tambos que se liquiden, las vacas que se envíen al mercado y por consiguiente una caída de la producción importante”.
Al respecto también reflexionó sobre el destino de la materia prima, ante la sugerencia de algunas instituciones, como Meprolsafe, de restringir exportaciones para garantizar el consumo interno. Tras indicar que hubo dos años de crecimiento en la producción, explicó que en 2022 hubo récord de exportaciones, así como de la participación del comercio exterior sobre la producción nacional, que llegó al 25%. A esos mercados, dijo, hay que mantenerlos “porque para que este negocio fructifique y se agrande, necesitamos más consumo interno, pero también la exportación; que no se puede cortar de un día para el otro porque tenemos un año seco, porque cuesta muchísimo abrir esos mercados y ahora que lo volvimos a proyectar tenemos que mantenerlos”.
Versión Tombolini
Por otra parte, sobre el apriete del secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, a las empresas para que pisen el precio de la materia prima so pena de un cierre de exportaciones, Villano dijo conocer la versión pero que “no la pude confirmar nunca”.
Fue a fines de enero, cuando las usinas habían anticipado a sus proveedores una recomposición de 7% en el precio de la leche cruda, cuando el funcionario habría llamado telefónicamente para comunicarles que si aumentaban más del 4% (en línea con el programa “Precios Justos”), cerraría el comercio exterior, que el año pasado vendió por U$S 2.500 millones. Finalmente, el precio en tranquera aumentó 4%.
De todas maneras, Villano afirmó: “no ha sucedido eso”. E insistió: “esa versión se desactivó de inmediato”. Aunque admitió que “los que tuvieron que mostrar una cifra menor en forma oficial, quizás han dado bonificaciones, premiado por sequía” u otro tipo de complementación del precio final.
“La realidad supera las intenciones que tenga cualquier gobierno y las empresas aumentaron lo que tuvieron que aumentar, lo que dio el mercado”, añadió. En ese sentido, afirmó que tras conocerse el 6.6% del IPC de febrero la leche cruda no podría aumentar menos que eso. “Lo normal es que nada puede aumentar por debajo de la inflación mensual y la leche menos todavía”, afirmó, “en este marco de encarecimiento de costos, por ejemplo, con el dólar soja y la falta de alimento”.