Mundo en conflicto armado
El 2023 y una escalada militar que pone al planeta en alerta máxima
A lo largo del año fueron varios los episodios armamentísticos que tensaron la normalidad tal cual la conocemos. Un repaso por los principales acontecimientos.
Cuando todos pensaban que, para esa altura, sería un tema en el olvido, febrero vio cumplir un año de iniciada la invasión militar rusa en Ucrania. La magnitud de los ataques y el impacto en la población civil de cada uno de ellos mantiene todavía hoy el vigor del comienzo. El año terminará con esa guerra en pleno desarrollo y con un desenlace que no encuentra consenso ni siquiera entre los principales analistas. Sin embargo, esta trágica situación no es la única que el 2023 presentó ante la población mundial.
Desde el punto de vista territorial, no se puede dejar de mencionar el añejo conflicto entre azeríes y armenios que tuvo un nuevo hito histórico en septiembre. Fue cuando, como consecuencia de operaciones calificadas de terroristas por parte de "separatistas", Azerbaiyán lanzó una "operación militar" para asegurar la integridad territorial de su propio país entorno a Karabaj, que se autogobernaba. Si bien el gobierno armenio tampoco reconocía la autoridad independiente del lugar, tildó la acción como una "limpieza étnica". Finalmente, el resultado restituyó el control a Bakú, dejó víctimas fatales, desplazados y detenidos.
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Mientras otras acciones militares se preparaban en otras latitudes, China y Corea del Norte pusieron juntos en jaque a buena cantidad de países. Viejos intereses cruzados con Taiwán; Filipinas y Corea del Sur pusieron en escena gran cantidad de aviones y buques que buscaron demostrar el poderío de sus respectivos países para defender sus propios intereses. Sin embargo, este año sólo parece ser la antesala a una escalada o final en paz de esas cuestiones, ya que no hubo un desarrollo que involucre el cruce de fuego.
A mediados de año, golpes de Estado en Níger y Gabón, junto a otras crisis políticas en el continente africano hicieron mirar con preocupación la situación en los territorios con mayor desigualdad del mundo. Afectadas por la crisis alimentaria general, empeorada por la guerra en Ucrania, las poblaciones africanas debieron afrontar también enfrentamientos militares internos entre distintas facciones políticas que se ven motivadas no sólo por intencionales propias, sino también por los intereses de grandes potencias extranjeras. "Son cuestiones internas que deben resolver", adujeron varios líderes mundiales.
El 7 de octubre debe ser recordado por dos razones y no solamente por la que la mayoría piensa cuando se menciona esa fecha. Por aquellas horas hubo un cruce de fuego en Cachemira, zona en disputa por China, India y Pakistán. La situación entre pakistaníes e indios parecía advertir el impulso necesario para que todo desbarranque en aquella zona. Sin embargo, la infiltración terrorista en Israel dejó caer en saco roto aquello que algunos podían pretender, ya que el foco del mundo entero se posó en medio oriente.
El grupo terrorista Hamás quiso volver a poner en agenda el conflicto religioso territorial en Oriente Medio y lo hizo de la peor forma. El año cerrará con casi tres meses de guerra declarada contra esa agrupación extremista y sus aliados, cuya presencia implica miles de pérdidas civiles en Israel y Gaza, además de poner otra vez en la vidriera a manifestaciones discriminatorias que parecían haber desaparecido junto con la Alemania Nazi. Una vez más, gran parte de la población toma posturas extremas para intentar justificar lo injustificable y explicar por qué una u otra sociedad debe ser extinta, mientras otros tantos buscan que la paz sea la herramienta de convivencia entre las partes involucradas.
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Cuando América parecía ser la única región ajena a los conflictos armadas, más allá de la participación indirecta de Estados Unidos fuera de sus límites, Nicolás Maduro se encargó de que eso deje de ser un logro regional. En Venezuela se llamó a un referéndum no vinculante para resolver la postura a tomar ante el conflicto ante Guyana por el Esequibo, un territorio que también lleva muchísimo tiempo en litigio entre ambas partes. La movilización de tropas de un lado y otro no solamente puso en atención al resto de los países, sino que algunos hasta habrían reforzado sus fronteras, como Brasil. Por ahora, nada superó un cruce de discursos políticos subidos de tono.
Así las cosas, el 2023 cierra con conflictos armadas en desarrollo o en potencia en todo el mundo. Desde América hasta Asia, pasando por el Cáucaso y Medio Oriente. Motivos territoriales o religiosos como excusa, pero que siempre responden a razones políticas que persiguen intereses en la mesa de negociaciones actual, donde los recursos naturales y económicos son los protagonistas. Los próximos tiempos demandarán solidaridad, templanza y cordura para restablecer la paz mundial y no caer en la locura total, por tercera vez.
A mediados de año, golpes de Estado en Níger y Gabón, junto a otras crisis políticas en el continente africano hicieron mirar con preocupación la situación en los territorios con mayor desigualdad del mundo.
2023 cierra con conflictos armadas en desarrollo o en potencia en todo el mundo. Desde América hasta Asia, pasando por el Cáucaso y Medio Oriente.