Una sequía que no termina más
El campo, a media máquina
Santa Fe fue la provincia más afectada a todo nivel por un fenómeno climático sin precedentes en los últimos años, cuyo impacto se extenderá a todas las cadenas agroindustriales por varios años.
"No hay palabras" para describir el impacto que la sequía tuvo en la agroindustria de Santa Fe, dice un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. Es que el fenómeno climático golpeó tan duramente a todas las cadenas productivas, que es difícil encontrar adjetivos que describan una realidad que detrás de los números, esconde un drama para miles de santafesinos.
Bruno Ferrari es el Coordinador del Departamento de Estudios Económicos de la entidad rosarina. En diálogo con El Litoral, admitió que 2023 se trata de un año muy particular. "Hemos tenido una caída de la producción de los principales granos que ronda el 50 % para los tres principales cultivos (soja, trigo y maíz), lo que está teniendo un impacto importante en la actividad económica, en las exportaciones y en la recaudación".
Según reconoció, se espera una merma en las exportaciones agro industriales de U$S 20 mil millones. "En cuanto al retroceso en materia de recaudación tributaria, el creciente déficit del sector público nacional asciende a un monto de $ 900 mil millones de pérdida de la recaudación". De hecho, en 2023, se estima que sólo la recaudación en concepto de DEX será de U$S 2.800 millones, contra 6.500 del año pasado, una caída mayor al 50%. "Esto impacta en todas las actividades económicas y esperamos que con la nueva siembra podamos salir de este panorama", expresa.
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Una cifra en aumento
En marzo de este año, la entidad publicó que el monto de las pérdidas era de $14.400 millones, pero mes a mes la cifra fue creciendo, y hoy se aproxima a 20 mil millones. Es que luego de tres años de efecto "Niña" el impacto fue muy brusco, y este último año fue muy grave para los principales cultivos, ya que en sequías anteriores se compensaba con otra zona, pero en esta oportunidad es generalizada.
Para colmo de males, pese a los pronósticos, sigue sin llover. "Todavía hay preocupación, porque si bien se espera la llegada de 'El Niño', ya estamos cerca del período de siembra, y las condiciones no son tan óptimas para la siembra de la gruesa. En el caso del trigo estamos entrando en el período crítico en el que es fundamental que empiece a llover para no tener nuevamente un año seco en términos de producción", lamenta.
En reversa
Ferrari analiza que lo peor todavía no llegó, porque la industria también sigue cayendo. "Si bien el trigo se cosechó en diciembre; la soja en marzo y abril; y el maíz se está terminando de cosechar, todavía no hemos visto lo peor en cuanto a la caída de la actividad general". Lo dice en referencia a la industria molinera y aceitera del complejo soja. Al haber una menor disponibilidad de poroto a nivel local, esto origina una menor capacidad para industrializar. "Y eso generó un boom de importaciones de soja de Brasil en los últimos meses".
Además, explica que los precios ya dejaron de ser rentables para importar, por lo que "ahora vamos a tener una mayor reducción en la disponibilidad de la oleaginosa". De hecho, se espera que la industria termine operando con una capacidad ociosa cercana al 70%, mucho mayor al lo que fueron los últimos meses, por la menor disponibilidad de materia prima. Esto seguramente va a afectar a todo el complejo a la producción de biodiésel, harinas, aceites, y a todo lo que será el complejo exportador.
Si al campo le va mal...
Ferrari puntualiza que a eso lo tenemos que relacionar estrechamente con nuestra región, ya que Santa Fe tiene más del 80% de la capacidad de crushing de las oleaginosas (soja y girasol); una capacidad instalada de 70 millones de toneladas anuales, "capacidad que anualmente no podemos completar, pero que este año con una caída tan drástica de la producción (que ya venía a la baja en soja), este año ha sido un golpe fatal a la industria".
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Incluso admite que se habla de que "puede haber algún cierre de las plantas porque, tienen que trabajar a nivel optimo para ser eficientes". ¿De qué depende? De la capacidad de importación. "Igualmente tengo entendido que la industria seguirá operando a la espera que en algunos meses ingrese la nueva cosecha. Y seguir importando soja desde Paraguay, por ahora", opina con poco optimismo. "Esperamos que con el ingreso de trigo a finales de año, si la producción es buena eso podría dinamizar un poco la actividad, y a la espera de una buena producción de soja para marzo abril", insiste.
La caída sigue
Esta semana se conocieron nuevos números que demuestran que la caída continúa. De hecho, en el mes de junio, la actividad agroindustrial cayó todavía un 1% más. Según un informe elaborada por Francisco Rubies y Julio Calzada (BCR) luego de tres meses con variaciones positivas pero decrecientes, se contrajo 1% la actividad en el sector.
Y la ganadería no escapa a este sombrío panorama. "El aumento en la faena, principalmente bovina, no logró compensar la caída en el procesamiento de soja y girasol, entre otras. En el sexto mes del 2023, la actividad de la agroindustria nacional medida por el índice de producción agroindustrial (IPAA BCR) manufacturero que estima la Bolsa de Comercio de Rosario registró una caída del 1% respecto al mes inmediatamente anterior".
Este guarismo confirma el estancamiento en la actividad de los sectores agrícolas e industriales, cuya performance venía deteriorándose desde el mes de marzo, y refleja las enormes dificultades que enfrentan producto de un combo letal: la sequía de la última campaña, alta inflación, y una menor demanda interna.
La carne para atrás
El IPA manufacturero que publica la Bolsa de Comercio de Rosario es un índice compuesto por diversas actividades industriales enmarcadas en el rubro agrícola ganadero. En el mes de mayo, el principal incremento mensual se registró en la faena bovina (4,3%). Esto es otra consecuencia de la seca, ya que muchos productores se "sacaron de encima" partes de sus rodeos para poder seguir adelante. El impacto, será que nos habremos comido esas fábricas de terneros que el año que viene no estarán en el campo. En el mismo sentido, dentro del sector pecuario industrial la faena aviar exhibió un aumento mensual de 1,3%, seguido por la producción de leche con un incremento de 0,8%, Por otro lado, la faena porcina registró una disminución de 1,6% respecto del mes anterior.
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El único que remontó
En lo que respecta al sector agrícola industrial, el informe destaca que el único rubro que registró un incremento mensual fue la industrialización de trigo pan, con una variación positiva de 1,4%. En contraposición, la industrialización de girasol exhibió la caída más pronunciada, con una variación de -17,5% respecto al mes de mayo. Por su parte, la producción de biocombustibles presentó una importante caída.
"Con variaciones negativas de 14,1% y 12,2% respecto a mayo, la producción de biodiésel y bioetanol siguen de cerca el magro desempeño de la industrialización de girasol". Impactan en este rubro los efectos de un corte obligatorio con las naftas sumamente bajo en una industria que tiene una elevada capacidad de producción sin utilizar. "Son los resultados de una legislación que no favorece el crecimiento de esta industria", manifiestan desde la Bolsa.
Con respecto al resto de los rubros del sector agrícola, tanto la industrialización de soja como la de cebada demostraron un magro desenvolvimiento, con caídas mensuales del 7,9% y 5,3%, respectivamente.
En la comparación interanual también priman las variaciones negativas. Dentro del sector pecuario, sólo la faena bovina registró un incremento interanual, que fue de 15,3%, explicado por lo que dijimos más arriba. Por otro lado, la faena aviar fue el rubro con mayor caída respecto a igual mes del año anterior (-2,5%), seguida por la faena porcina (-1,5%) y por la producción láctea (- 0,9%). En el sector agrícola, sólo la industrialización de trigo pan exhibió un incremento interanual (8,6%), mientras que la cebada, el otro rubro cerealero disminuyó 6%. En lo que respecta a las oleaginosas, tanto la industrialización de soja como la de girasol registraron caídas importantes, siendo de 23,3% para la primera y de 14,9% para la segunda. Por último, si analizamos los biocombustibles, se observa que la producción de biodiésel cayó en 66% respecto igual mes del año anterior, mientras que la producción de bioetanol a base de maíz lo hizo en menor medida (-10,8%).
A campo duele más
Según la titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), el mapa en rojo de la provincia es la mejor descripción de este drama productivo y social. "El problema de la sequía en Santa Fe creo que lo podemos graficar viendo que la provincia estaba pintada de color rojo desde el punto de vista de los resultados productivos", dijo Sara Gardiol.
Según manifestó, "en un conjunto podríamos decir que hay un tercio de lo que se produce normalmente en la provincia como resultado de esta campaña, independientemente de los valores que después a través del mercado se pudieran lograr", agregó.
Según la ruralista, los vaivenes el gobierno le agregaron todavía más incertidumbre. "Con los inconvenientes propios de la política actual a través de deformaciones y diferencias cambiarias, además de Derechos de Exportación que son cuestiones de tipo nacional pero en sí la producción en la apreciación general, creo que solamente se ha obtenido un tercio de lo que normalmente se producía", reiteró.
Gardiol sostiene que la merma impacta de lleno también en la producción y sus derivados, junto con las actividades que conllevan, por ejemplo el transporte, el uso combustibles; la mano de obra. Y que además va a repercutir obviamente en la recaudación del Estado provincial, teniendo en cuenta que las actividades derivadas la mayoría de ellas están alcanzadas por los Ingresos Brutos, así que también hay un efecto de recaudación que afecta en forma directa a la provincia".
La ruralista entiende que desde el espacio provincial ha habido algunas ayudas, pero claramente no alcanzan. "Creo que lo que podemos destacar es la declaración de emergencia que debería ser ampliada , y ya hay un compromiso a ese aspecto. Igual, esto le da cierta tranquilidad desde el punto de vista del manejo del recurso financiero a los productores, pero las ayudas específicas en dinero o dinerarias no han sido lo suficiente para atender las necesidades que hay hoy en realidad". Y anticipó que las esquirlas seguirán lastimando durante mucho tiempo. "Va a tener consecuencias en el largo plazo, porque son actividades más lentas. Teniendo en cuenta que el sector es el gran aportador de dólares a las reservas, el planteo es seguir trabajando reconvertidos. El campo santafesino sufrió mucho, sobre todo aquellos pueblos que dependen directamente de este tipo de economías".