Viernes de estreno por Canal Encuentro
“El caso Natalia Fraticelli”, una cita imperdible para la región
Tras ganar un concurso nacional, el realizador rosarino Federico Rathge dirigió los cuatro capítulos que condensan una mirada singular de la muerte de Natalia en mayo de 2000. En una serie “con opinión”, se refresca la madeja de intereses que intentó ubicar a Carlos Fraticelli y Graciela Dieser como filicidas. Además, los detalles de los verdaderos motivos de la decisión de la adolescente.
En cuatro semanas consecutivas, desde este viernes 29, a las 22 horas, en todo el país, y en particular en la ciudad de Rufino y el sur-sur santafesino, podrá verse por el Canal Encuentro la serie documental “El caso Natalia Fraticelli”, que hurga en uno de los expedientes más mediáticos y voluminosos de la historia judicial argentina.
La serie surge de una de las propuestas ganadoras del concurso Renacer Audiovisual, un programa del Ministerio de Cultura de la Nación y Contenidos Públicos, destinado a la reactivación de la industria audiovisual, y en la que se inscribió, entre muchos otros, el realizador audiovisual rosarino Federico Rathge en la primavera de 2021, en la categoría Serie Documental.
“La filmación nos llevó tres semanas entre Rosario, Venado Tuerto y Rufino, y la edición, corrección de color y sonido se extendió por casi un año. Además, la investigación había demandado poco más un año de trabajo, es decir, dos años en total”, resumió el guionista y director, quien agradeció especialmente a la productora Físico Cine, a cargo de Milagros Alarcón.
En este concienzudo trabajo, iniciado en plena pandemia, Rathge consolidó una teoría, desglosada en cuatro capítulos de 48 minutos cada uno, que choca contra el sentido común instalado, sobre toda en la sociedad rufinense, y advierte desde el vamos que “no se trata de un documental carente de opinión”, sino que, por el contrario, busca exhibir, desde el estudio riguroso del expediente, que el juez Carlos Fraticelli y su mujer Graciela Dieser no mataron a Natalia, sino que la chica de 15 años se suicidó en esa noche del 20 de mayo de 2000. No obstante, apelando al equilibrio, la teoría del homicidio también es desarrollada con lujo de detalles a lo largo de un capítulo.
En esta notable producción, Rathge desarrolla la serie en cuatro grandes ejes: la Justicia, la familia Fraticelli, el rol del periodismo y la sociedad rufinense. Y, lo que es más importante, ayuda a redescubrir los entretelones de un caso emblemático para la justicia argentina, que en el sur-sur santafesino, más de 20 años después, aún está muy fresco en la memoria, y donde persiste la grieta, sobre todo en la propia Rufino, entre los que creen que se trató de un suicidio y los que sostienen el filicidio.
En el documental hablan, entre otros, Carlos Fraticelli (con material de archivo porque no accedió a entrevistas); su hijo Franco Fraticelli (archivo y actual); el abogado de Graciela Dieser, Héctor Superti; la escritora venadense Cristina Rosolio; el fiscal Tomás Orso; el periodista porteño Javier Díaz; el periodista rufinense Hugo Basso; los cronistas policiales rosarinos Hernán Lascano y María Laura Cicerchia; el periodista y diputado provincial Carlos del Frade; la maestra de Natalia y vecinos y allegados.
“Hay testimonios, como los de Del Frade, Basso y Rosolio que, con fuerte compromiso, plantean desde el vamos la trama que urdieron en los primeros días de actuación los jefes policiales, que en ese momento eran investigados por Fraticelli, para torcer la causa en su perjuicio”, observó el director.
- ¿Cómo nació tu interés por adoptar el caso Fraticelli como eje del documental?
- Mi padre (Ernesto Rathge) era un psiquiatra prestigioso en Rosario y ofició como perito de parte de la defensa de Graciela Dieser, que lideraba el abogado Héctor Superti. Poco antes de la pandemia, Ernesto falleció, se cierra su consultorio y me encontré con todos sus escritos sobre el tema. Desde el primer momento me impresionó lo que descubría y el siguiente paso fue acudir a Superti para acceder al expediente. Sin dudas, terminó siendo un leading case, que se estudia en todas las facultades del país y significó el quiebre del sistema penal inquisitivo para dar lugar al juicio oral y público. Son más de 20 cuerpos, un metro cúbico de papeles. Me puse a estudiar ese material, todos los fallos y alegatos, sin preconceptos, y la verdad es que, incluso sin ser abogado, me resultó muy fácil comprender que lo de Natalia no fue un homicidio.
- La lectura del expediente bastó para convencerte de la inocencia de los Fraticelli…
- Sin dudas, resulta muy sólida y abrumadora la prueba de que se trató de un suicidio, mientras que del otro lado sólo se encuentra la versión del perito Luis Pettinari -ya fallecido-, quien recibe el cadáver en el Instituto Médico Legal de Rosario y practica una pericia muy condicionada, porque el cuerpo llega acompañado por un policía que habría tenido intereses en la destitución del juez Fraticelli y es el primero en ejercer presiones, según se desprende de uno de los testimonios clave incluidos en el documental. En ese contexto, este perito dictamina que había sido una muerte violenta. Luego, otros peritos, algunos muy prestigiosos, sostuvieron que no se había realizado ningún tipo de violencia en el cuello ni sobre el resto del cuerpo de la niña; de hecho, ese famoso huesito roto en el cuello había sido consecuencia de una mala praxis del propio Pettinari en esa primera pericia.
- ¿Qué cuenta el documental sobre los hechos previos y la noche de mayo de 2000?
- El móvil del suicidio empieza a surgir en los alegatos, cuando se prueba la existencia de una serie de cartas falsas que Natalia, quien tenía un leve retraso madurativo, creía que le enviaba un adolescente del que estaba muy enamorada. Esa noche se entera de la falsedad de esas cartas de amor y las rompe. Y concurre a un cumpleaños de 15 en el que estaba el chico del que gustaba, y no sólo que no la dejan entrar, sino que la humillan. De vuelta en su casa, toma varias pastillas de su abuela, las cuales contenían un compuesto químico que, asociado a su epilepsia de base, le provoca una asfixia interna, además de usar una bolsa de nylon con el mismo objetivo suicida.
- ¿Se puede decir que la serie va contra el imaginario colectivo de la época?
- Hay documentales que no tienen ninguna intención, pero éste sí tiene una intención, y es desmontar ese imaginario colectivo equivocado sobre el caso. Aun hoy, si se sale a la calle a indagar sobre el caso Fraticelli, de cada 10 consultados sólo una o dos personas contestarían liberadas de la influencia de aquellas versiones amañadas. La mala prensa jugó un rol clave en esos primeros días, distorsionando la realidad; incluso quedó expuesto cómo la Justicia filtraba datos caprichosos al periodismo y luego los usaba para invocarlos en sus fallos en una perversa circularidad.
- ¿La sociedad de Rufino también es analizada entre los ejes del documental?
- La ciudad de Rufino se dividió con este caso y es posible que, más de 20 años después, ese fenómeno se renueve cada vez que reaparece el tema. Y eso mismo resultó funcional para apuntalar los primeros fallos de los funcionarios judiciales de la región, que al débil dictamen del perito Pettinari, le sumaron rumores de los propios vecinos, hasta los más insólitos. Por supuesto que en una casa donde nadie ajeno había ingresado esa noche, era esperable especular con un filicidio, pero el error fue preguntarse sólo quién la mató, en lugar de investigar cómo murió la chica.
-¿Surgen en la investigación otras posibilidades, más allá del filicidio y el suicidio?
-Sí, porque Fraticelli, en los pocos meses que llevaba actuando como juez, había investigado varios casos pesados, vinculados a la trata de personas, piratas del asfalto e incluso a policías por complicidad con bandas delictivas de la zona. En sólo seis meses había acelerado con esos asuntos y por eso se especuló con el ajuste de cuentas entre el primer y segundo día, pero luego el círculo se cerró sobre el matrimonio, desembocando en la detención de Graciela, en primer término, y luego de Carlos, que además fue destituido en un jury.
-La aparición del abogado Superti marca un quiebre, en los hechos y en el documental…
- Claro, él hizo un enorme trabajo de investigación que deconstruyó la primera hipótesis para edificar una nueva, en torno al suicidio, hasta que Carlos y Graciela fueron liberados y absueltos. Hay que recordar que este caso llegó a la Corte Suprema de Justicia y ordenó rehacer el juicio, a través de la figura de los conjueces. Uno de ellos es un abogado venadense, Eduardo Pascual, que no tenía vínculos con la rama penal, y cuenta que se recluyó a leer el expediente y elaborar un escrito que, según mi criterio, es de lo mejor de lo mucho que estudié al respecto. Se trata de un pronunciamiento desde la imparcialidad, el rigor profesional y el sentido común, en coincidencia con los peritos más calificados, que en todos los casos descartaron la teoría del asesinato.
- ¿Con qué sucesión de temáticas se encontrarán los espectadores?
- En el capítulo 1 se presentan los familiares, que en primer lugar se visualizan como víctimas, aunque sobre el final surgen sospechas de su probable conducta filicida; en el capítulo 2 se desarrolla la teoría del filicidio y luego ésta resquebraja con la irrupción de Superti; en el capítulo tres se derrumba la presunción del homicidio a través de variados argumentos; y en el capítulo 4 se expone el móvil del suicidio y se indaga sobre las costumbres de Natalia, el suicidio de Graciela, la vida de Franco Fraticelli y cómo se cerró el caso.
Los cuatro capítulos
1- “Infierno grande”
En mayo del año 2000, una muerte sacude la tranquilidad de Rufino. Natalia Fraticelli, una joven de 15 años, hija de un juez penal, es encontrada sin vida en su habitación con una bolsa de nylon cubriéndole la cabeza.
2 - “La hipótesis preferida”
La fachada familiar se derrumba cuando la prensa ventila secretos íntimos, traiciones y mentiras. Las investigaciones policiales avanzan y, en medio del dolor, los padres de Natalia deben soportar las peores acusaciones.
3 - “Será injusticia”
Las defensas de Graciela Dieser y Carlos Fraticelli, padres de Natalia, señalan graves deficiencias en el proceso e intentan replicar uno a uno los argumentos construidos por los fiscales en torno a la hipótesis filicida.
4 - “Morir tres veces”
A partir de la develación de las verdaderas razones de la muerte de Natalia, se desatan enormes consecuencias a nivel político, judicial, policial y también sobre el entramado de relaciones de los rufinenses.
De la ingeniería al cine
Federico Rathge es ingeniero civil y trabajó 12 años en su especialidad, hasta que, en 2014, luego de haber estudiado en horario nocturno la carrera de Cine en la Escuela Provincial de Santa Fe, dio un giro a su actividad profesional abrazando las realizaciones audiovisuales, con especial dedicación a los documentales. Actualmente elabora guiones para una productora madrileña, los cuales también suele presentar en algunas convocatorias con el objetivo de desarrollar un producto integral, con su propia dirección. Y así fue que cruzó en su camino el programa Renacer Audiovisual, impulsado por el entonces Ministerio de Cultura de la Nación, dando lugar a “El caso Natalia Fraticelli”, a punto de estrenarse para el gran público. Mientras tanto, espera su turno de estreno un documental de ficción sobre la “Triple Fuga”, que ya está rodada, también bajo la dirección de Rathge.