Política exterior
El cuerpo diplomático en jaque: funciona sólo con el 0.3% del presupuesto nacional
En el día del diplomático argentino, el embajador Gustavo Zlauvinen expuso un duro diagnóstico frente al canciller argentino y los funcionarios de diversas áreas del ministerio de Relaciones Exteriores.
El salón Libertador del Palacio San Martín estaba en un silencio sepultural mientras la mayoría de los presentes hacía alguna reverencia o movimiento de aprobación con frecuencia. En el atril sólo había dos personas encabezando el encuentro de todos los diplomáticos argentinos, en su día. Uno era Santiago Cafiero, como canciller. El segundo, y en pleno uso de la palabra, era el embajador Gustavo Zlauvinen, presidente de la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación. El distinguido diplomático argentino y presidente de la X conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear de la ONU aprovechó la ocasión para ponderar la labor del recurso humano de la diplomacia nacional y reclamar un acompañamiento del resto de los factores que esté a la altura de esa capacidad.
“Al Cuerpo Diplomático se lo prepara para representar a nuestro país, defender la soberanía nacional, promocionar el comercio exterior, promover inversiones extranjeras, el turismo, realizar negociaciones internacionales, además de cumplir importantes funciones en temas de mucha actualidad, como es el medio ambiente y el cambio climático, la conectividad, derechos humanos, el desarme, como también promocionar el turismo, la cultura y la educación, y muy especialmente los temas consulares, con toda la complejidad que implica la atención y existencia de nuestros conciudadanos en el exterior” sintetizó Zlauvinen sobre algunas tareas de su área.
Rápidamente, en su discurso, al lado del propio Santiago Cafiero, el diplomático de carrera destacó que “el presupuesto del Ministerio de Relaciones Exteriores supone tan solo el 0,6% del presupuesto nacional y la mitad de ese presupuesto se destina a los pagos a todos los organismos internacionales a los cuales la República es parte. Los costos de esta Cancillería se reducen entonces solamente al 0,3% del presupuesto nacional. Y ese 0,3% sostiene, además de toda la compleja operación de Cancillería, de los funcionarios en el país, también lo necesario para cubrir los costos de las 90 embajadas bilaterales, 7 representaciones ante organismos internacionales, 11 centros de promoción, 32 consulados generales y 22 consulados”.
Contrastando los dos panoramas expuestos, el ex vicecanciller reflexión que “insertar correctamente a la Argentina en el mundo es una misión posible con los recursos humanos disponibles y fuertemente comprometidos con sus responsabilidades. Es un objetivo asequible, con una participación en el presupuesto, como ya dije antes, menor del 1%, pero que aún se puede amplificar, dándole más volumen a nuestra presencia internacional”. También reconoció que “también hay aspectos a mejorar en cuanto al uso del presupuesto del ministerio, en particular frente a la complicada situación que atraviesa el país y los diplomáticos de carrera estamos dispuestos a trabajar en ese objetivo. Y es bajo esta lógica que decimos que el Servicio Exterior no es un gasto, sino una inversión. Yo diría que es una excelente inversión, a largo plazo y en beneficio de la producción y los intereses nacionales”.
El reclamo sectorial no terminó en lo presupuestario, concretamente. Sino también en otras aristas que se desprenden del descuido político del sector. “El Servicio Exterior debe ser una política de Estado de cualquier gobierno democrático”, señaló Zlauvinen. En esa línea subrayó el trabajo que hace la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación: “representa no solo a sus afiliadas y afiliados, sino también a todos los diplomáticos argentinos que estén en actividad o jubilados”. “En temas legales”, ejemplificó el dirigente, “hoy contamos con varios estudios jurídicos para tratar cuestiones administrativas, jurídicas y hasta constitucionales, como ser las cuestiones previsionales que nos afectan y la inconstitucionalidad de la reforma previsional del Servicio Exterior. De la misma forma, ante la desesperante y angustiante situación de nuestros jubilados, recientemente constituimos una sección previsional para atender todos los reclamos de los colegas que ya están jubilados y para apoyar a los que inician sus trámites jubilatorios”.
Sobre el último punto, Zlauvinen hizo una explicación muy fácil de entender: “en materia previsional, la modificación en 2020 del régimen jubilatorio del Servicio Exterior derivó en una norma que, entre otras cuestiones, genera una injusta situación de dos categorías de funcionarios del Servicio Exterior. Los que aún quedamos en el antiguo régimen previsional y los excluidos, o sea, las nuevas generaciones, que van al régimen previsional general. Esta situación es injusta porque determina que, a pesar de realizar iguales tareas, las y los funcionarios tendrán distintas condiciones previsionales. El APSEN ha acudido a la Justicia a fin de que resuelva declarar su invalidez, ilegitimidad e inconstitucionalidad. Mientras tanto, y para morigerar esta situación, el APSEN está trabajando para encontrar un mecanismo que permita a los colegas más jóvenes tener, en su momento, cuando se jubilen, la misma jubilación de bolsillo que el resto del cuerpo diplomático”.
Más allá de mirar hacia los jubilados del futuro, el presidente del APSEN también reclamó por la situación de los actuales retirados diplomáticos: “tenemos dificultades que estamos enfrentando para acceder al beneficio previsional de muchos colegas que llegaron a su edad jubilatoria y el ANSES, con su demora, ha privado de sus jubilaciones a muchos de esos colegas hasta 35 meses”. Sobre el monto a percibir en carácter de jubilación, el máximo representante del personal del Servicio Exterior resaltó: “los diplomáticos de carrera no tenemos una jubilación de privilegio. Los que quedamos en el régimen especial es porque tenemos derechos adquiridos y hemos contribuido con nuestros aportes por encima de la tasa general y por muchos más años que aquellos en el régimen general”.