Sequía, inflación e inseguridad
El debe y el haber de un año infausto para el norte santafesino
Por contrapartida, el avance de obras públicas fue el punto fuerte, aunque ahora enfrenta un preocupante escenario nacional.
Por Gustavo Capeletti
El final de 2023 llegó acompañado del cierre del ciclo trianual dominado a voluntad por “La Niña”, el fenómeno climático que diezmó las producciones agropecuarias norteñas y elevó a nivel nacional las noticias de la desaparición de lagunas de la región por la sequía imperante.
Durante todo el año, las explotaciones ganaderas padecieron -quizá como nunca antes- las consecuencias del estrés hídrico. Las pérdidas de cabezas de ganado, por muerte o mal vendidas para salvar lo que se podía, se multiplicaron para restar volumen a los rodeos en una zona que tiene a la actividad como nave insignia productiva y que asistió a la desaparición inexorable de minifundistas.
Aparejados, los efectos negativos en los cultivos se hicieron sentir a diestra y siniestra. La tierra se partía por la carencia de lluvias y esas grietas tuvieron correlato inmediato en la espalda financiera de los agricultores, cansados de mirar al cielo sin que les devolviera el mínimo guiño.
La ayuda oficial para paliar la coyuntura llegó a cuentagotas al norte sediento y lejano a las decisiones de los centros de poder. La burocracia estatal jugó su rol siempre vigente y no por repetida la historia dejó de ser aciaga para quienes producen día a día en las vastas llanuras noroccidentales.
De un extremo a otro
Como si fuera un retruécano ambiental, de golpe y porrazo, en el último tramo del año, lo que era polvareda se convirtió en espejos de agua revitalizados a causa de las abundantes precipitaciones del anunciado, esperado y retrasado “El Niño”.
La ayuda oficial para paliar la coyuntura llegó con cuentagotas a un norte sediento y lejano a las decisiones de los centros de poder.
Pero -siempre hay un pero-, esta antítesis configurada en los recientes aguaceros festejados en los bajos y domos de Vera y General Obligado, y los registrados en la cuenca superior del Paraná, trajeron a la par serias complicaciones en las zonas costeras.
Puerto Reconquista, Romang, San Javier debieron implementar protocolos de emergencia para hacer frente a inundaciones, y así se llegó al final de año. De esta manera, lo que antes faltaba ahora sobra, parafraseando (casi sin querer) a un expresidente argentino.
Inseguridad e industria
En cuanto a seguridad, las localidades asentadas en la franja noreste de la bota santafesina vieron incrementarse los niveles de delitos contra las personas y los bienes de manera significativa. Con la inseguridad golpeando la puerta, volvió a repicar el añoso pedido del Ministerio Público de Acusación de que funciona sólo con el 50% de la plantilla de fiscales en las unidades de Vera, Reconquista y Las Toscas. Ese escenario de carestía atenta contra la normal prestación del servicio de justicia y pone en jaque la salud psicofísica de los fiscales, que deben poco menos que hacer malabares para atender los casos que surgen a diario.
La burocracia estatal jugó su rol siempre vigente y no por repetida la historia dejó de ser aciaga para quienes producen día a día en las vastas llanuras noroccidentales.
En términos industriales, el norte no escapó a las generales de la ley. Cepo, inflación, imposibilidad de acceder a cupos de importaciones estrecharon su capacidad de producción y volvieron a correr el arco para el desafío vigente: industrializar el enorme caudal de materias primas que genera.
Ante este panorama desalentador, el mar de fondo fue y sigue siendo el dilatado caso del concurso preventivo de Vicentin. A esta altura, es claro que la otrora firma agroexportadora caída en desgracia -en default- dejó un vacío imposible de llenar.
Obras son amores
Sin dudas, fue el año de la obra pública en el norte. Por ejemplo, por citar los casos más paradigmáticos, la ciudad de Calchaquí alcanzó el 95 % de cloacas en su cuadrícula urbana, inauguró una Estación Terminal de Ómnibus soñada por propios y extraños, y completa el enripiado al Complejo Laguna "El Cristal", un acceso de 22 kilómetros de longitud cuya consolidación y mejorado eran impensados años atrás.
Vera, por su parte, vio erigirse un proyecto aplaudido por toda la comunidad, sin fisuras: la sala de Terapia Intensiva, prometida y construida por el gobierno provincial de Omar Perotti. Claro, para que funcione aún falta dotarla de personal idóneo; eso queda para la nueva gestión de Maximiliano Pullaro. Pero el primer, gran y fundamental paso ya fue dado.
Asimismo, en un solar ubicado el cuadrante norte de la Capital de la Cuña Boscosa avanza la obra de la Estación Transformadora de EPE, una iniciativa que llevará solución a un problema recurrente: los cortes de energía que sufre la urbe. La pavimentación de la transversal Ruta 36 que la une con Romang es un hito que potenciará la comunicación turística y productiva con la costa.
Millones en infraestructura
Reconquista, la "Ciudad de Todos", asistió a un festival de obras públicas. Pavimento, cloacas, ciclovías dieron la nota, aunque descolló la realización del Plan Director de Drenajes Pluviales -financiada por la Nación- que se extiende sobre 900 hectáreas de la ciudad, beneficiará a más de 40.000 vecinos y contempla el tendido de, aproximadamente, 13 mil metros de cañería; abarca a 10 barrios de la ciudad con el soterramiento de más de 11.500 tubos de hormigón. El proyecto multimillonario fue ideado como una solución definitiva a excesos pluviales -bajo condiciones sustentables- que asolaron a la Perla del Norte a lo largo de su vida ciudadana.
En Avellaneda, la remodelación del Centro Comercial a Cielo Abierto es una realidad que se concreta con la inversión de los fondos de una deuda histórica del gobierno nacional con la Provincia de Santa Fe y que el municipio recibió como en forma de bonos, sumado a un 25% que será financiado por los frentistas, mediante el Sistema de contribución por mejoras.
La inversión de $ 114 millones apunta a unificar veredas, con incorporación de mosaico podotáctil para personas no videntes, e incluye, entre otras aristas, terrazas de expansión, plataformas de permanencia adoquinadas, con cruces peatonales, grandes esquinas en rampas e iluminación LED a nivel peatonal.
A casi un año y medio del comienzo de los trabajos del puente sobre el Paraná Miní, en Villa Ocampo, con un plazo de obra previsto de un año calendario el viaducto avanza -no sin reclamos de las fuerzas vivas de la ciudad nucleadas en la Mesa Intersectorial Pro-Puente San Vicente por el atraso en lo tiempo fijados en la licitación- con la colocación de vigas que servirán de sostén a la futura traza vial. El dinero necesario para la obra civil de mayor envergadura del extremo norte provincial ascendía a mitad de año a $ 2.762.180.186,24. Tendrá una extensión de 308 metros.
Alarmas encendidas
Esta breve enumeración marca a las claras la buena salud que registró la obra pública en 2023, pero no puede ser desligada de los recientes anuncios del gobierno nacional acerca de la suspensión de nueva obra pública y la cancelación de las licitaciones aprobadas cuyo desarrollo aún no haya comenzado.
El impacto de esa decisión ya se venía sintiendo con el parate de la actividad de cooperativas de trabajo con adjudicaciones en curso y se espera que, en lo sucesivo, el cuadro recrudezca. Con lo cual, lo que fue el punto fuerte del año desemboca en un déficit que preocupa y enciende alarmas por su segura repercusión en los indicadores sociales.