El equipo santafesino que logró un fondeo clave para avanzar en la cura del Alzheimer
Patricio Dobal
Mirador Provincial
El desarrollo de la investigación en biotecnología posibilita hoy que los desarrollos de cualquier parte del mundo puedan tener inmediato impacto global, más aún si se trata de avances para la salud humana. En esa línea, los integrantes de la sociedad anónima Biosynáptica, empresa de reciente creación y que trabaja en la experimentación con una molécula modificada para controlar el avance de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, concretó una exitosa primera ronda de inversores en la que accedió a un fondeo clave para nacionalizar la patente de su tecnología y avanzar en la pruebas en animales siempre teniendo como objetivo final la aprobación en personas.
La protagonista de la escena es la molécula de Eritropoyetina (EPO). Se trata de un bioterapéutico aprobado hace años, para el tratamiento de anemias de distintos orígenes, que produce y mantiene glóbulos rojos en circulación como principal característica. El equipo santafesino y otros en el mundo hace no tanto empezaron a experimentar con dicha molécula ya que se determinó que también tiene un impacto positivo para fagozitar el desarrollo neuronal.
“Estamos en plena tarea para evitar que la molécula genere efectos negativos mientras atenúa los síntomas en pacientes con enfermedades neurodegenerativas”, precisó María de los Milagros Bürgi, integrante de Biosynáptica SA. La investigación implica aplicar un tratamiento para la anemia en pacientes que no tienen esa afección, por lo que la hoja de ruta busca eliminar la probabilidad de que mediante el uso de la EPO en un enfermo de Parkinson se generen trombos y coágulos.
El equipo de Bürgi trabaja en conjunto desde 2014 en el Centro Biotecnológico del Litoral que concentra a investigadores del Conicet y docentes de la Universidad Nacional del Litoral. La constitución de la sociedad anónima derivó de la necesidad de acceder a financiamiento privado más rápido que mediante la gestión que implica conseguir fondos desde una institución científica o académica.
“Mediante tecnología innovadora bloqueamos el efecto indeseado que se privilegia en tratamientos de anemia, pero preservamos la capacidad neuroprotectora y neuroplástica que es lo que necesitamos para un paciente con Alzheimer”, amplió la especialista. Es que lograron verificar que con la EPO modificada es posible preservar a las neuronas del daño de agentes tóxicos o la pérdida de las conexiones neuronales por factores comunes a las enfermedades neurodegenerativas.
No solo eso, la Eritropoyetina también tiene la capacidad de volver a establecer esas conexiones neuronales para que luego se logre la sinapsis y pueda funcionar el tejido cerebral.
Un equipo que creció
“Todos los que conformamos la sociedad anónima somos docentes e investigadores de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas y fue tanto la UNL como el Conicet quienes promovieron la creación de la empresa para lograr así mayor facilidad para acceder a financiamiento internacional”, aclaró Bürgi, para mencionar luego que con un primer desembolso propio de 120.000 dólares, la novel compañía inició en marzo la fase de nacionalización de la patente para trabajar con la molécula modificada en más de 20 países de Europa, Asia, América y Oceanía. Previamente Biosynáptica SA había obtenido la licencia para ser la operadora de la tecnología de parte de las entidades públicas que habían apadrinado al equipo en la investigación.
La novedad es que la SA ahora se hizo de una suma de 300.000 dólares, que es fundamental para avanzar con una serie de procesos en el camino hacia la aprobación final de la tecnología en humanos. “Con ese capital vamos a concluir con la prueba de concepto de enfermedades neurodegenerativas en animales e iniciar las fases preclínicas en la que se evalúan los efectos negativos también en animales”, planteó la docente de la cátedra de inmunología básica sobre lo que se viene antes de iniciar las pruebas en humanos.
Biosynáptica está incubada dentro de la Aceleradora del Litoral que integran la UNL, la Bolsa de Comercio de Santa Fe y el Parque Tecnológico Litoral Centro. El grupo es comandado, además de Bürgi, por los doctores Marcos Oggero-Eberhardt, Ricardo Kratje y Matías Depetris.