Hombre de Tierra Santa
"El fútbol es pasión, como la fe": la devoción del papa Francisco por San Lorenzo
Desde su infancia en Buenos Aires, Jorge Bergoglio mantuvo un vínculo profundo con el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, una pasión que lo acompañó incluso desde el Vaticano hasta sus últimos días.
La relación del papa Francisco, fallecido este lunes en El Vaticano a los 88 años, con el fútbol va mucho más allá de la simpatía casual. Desde sus primeros años en el barrio de Flores, Jorge Mario Bergoglio cultivó una fuerte identificación con San Lorenzo de Almagro, un lazo afectivo que jamás se rompió, ni siquiera cuando fue elegido Sumo Pontífice.
“Soy hincha de San Lorenzo, desde chico. Mi papá nos llevaba a la cancha con mis hermanos”, reveló en más de una ocasión. También contó que siguió toda la campaña, como hincha en los tablones del Viejo Gasómetro de avenida La Plata, del inolvidable equipo azulgrana de 1946, donde brillara su ídolo de la niñez, René Pontoni).
Esa herencia familiar lo marcó profundamente: su padre, Mario Bergoglio, trabajador ferroviario, era un ferviente seguidor del club de Boedo. Fue él quien le transmitió ese amor por los colores azulgranas.
Un hincha con carné
Cuando en 2013 fue elegido Papa, el mundo entero conoció un dato curioso: su carné de socio del “Ciclón” estaba al día. Incluso, el propio club confirmó que Bergoglio era socio activo desde 2008. “Francisco nunca dejó de estar al tanto de los partidos, los resultados y la marcha del equipo”, aseguraron directivos de la institución.
Su pasión no se desdibujó con el tiempo ni con la distancia. En diciembre de 2014, tras la consagración de San Lorenzo en la Copa Libertadores, recibió a dirigentes, jugadores y cuerpo técnico en el Vaticano. Fue una de las pocas veces en las que se lo vio emocionado por un logro deportivo: “Esto es muy importante para mí”, les dijo con una sonrisa.
Fútbol y valores
Más allá de su fanatismo, el Papa siempre utilizó al fútbol como una herramienta para reflexionar sobre valores humanos. “El fútbol es una escuela de vida. En la cancha se aprende a ganar, a perder, a trabajar en equipo”, afirmó en varios encuentros con jóvenes deportistas. A menudo ha convocado a dirigentes y jugadores de todo el mundo para impulsar un “fútbol con alma”, que priorice la inclusión, la fraternidad y la solidaridad.
“Un buen partido no se juega solo con los pies, se juega también con el corazón”, es una de sus frases más recordadas.
Una camiseta entre los recuerdos del alma
En su residencia de Santa Marta, Francisco conservaba algunos recuerdos ligados a San Lorenzo: fotos, una bandera y varias camisetas, una de ellas firmada por los campeones de América de 2014. Nunca dejó de seguir al equipo ni de interesarse por su actualidad. Incluso, en conversaciones privadas con periodistas y visitantes argentinos, suele preguntar: “¿Cómo anda el Ciclón?”
Aunque el rol que asumió en 2013 lo convirtió en una figura mundial, su corazón siguió anclado a la tribuna, a esos domingos de infancia con su padre, al murmullo de la hinchada y a los colores de un club que representa mucho más que fútbol.
Comunicado oficial del CASLA
"Nos duele el alma. El Papa Francisco abandonó este mundo, pero jamás dejará nuestros corazones. Jorge Mario Bergoglio –un argentino que ya está en la Historia, con mayúsculas– falleció a los 88 años en este lunes 21 de abril, justo un día después del Domingo de Pascuas. Se lo llora en todas las latitudes, con consternación, y se lo despide con la mayor admiración posible. Su huella será imborrable.
Respetado universalmente, el papado de Jorge Mario Bergoglio siempre será recordado por su incondicional amor por los humildes y los postergados, por su incomparable vocación de servicio y por su entrega a las causas más nobles. Lo había asumido el 13 de marzo de 2013 y, desde entonces, su liderazgo tuvo la impronta de los elegidos.
Socio honorario de nuestro club, su pasión por San Lorenzo siempre nos conmovió especialmente, y nos une en un constante rezo por su alma. Desde niño, los colores azulgranas lo cautivaron, por mandato familiar: su papá, Mario José, practicaba básquetbol en Avenida La Plata. Desde su hogar en Flores aprendió a amar al Ciclón. Y disfrutó en el Viejo Gasómetro de aquel equipo emblemático campeón en 1946, que en su delantera contaba con Armando Farro, René Pontoni y Rinaldo Martino. Su idolatría por René no tenía par.
Siempre cercano al club, supo oficiar una misa en la capilla de la Ciudad Deportiva, cuando ya era arzobispo de Buenos Aires (cargo que había asumido en 1998) y le dio el sacramento de la Confirmación a varios pibes de la pensión: entre ellos, Angelito Correa. Y festejó con nosotros cada logro, con una enorme generosidad, recibiendo a las delegaciones que lo visitaron en el Vaticano durante estos años de papado. El año pasado, por caso, recibió a nuestro presidente, Marcelo Moretti, quien le hizo oficial la propuesta de que el futuro estadio de Avenida La Plata lleve el nombre de “Papa Francisco”. Emocionado, el Santo Padre aceptó sin dudarlo.
Fue un actor fundamental de la vida institucional argentina, hombre pensante, abierto, culto y absolutamente comprometido con sus convicciones y visión del mundo. Y un sanlorencista que nos llenó de orgullo, difundiendo esta maravillosa pasión en toda ocasión que se le presentó.
¡Hasta siempre, Padre querido! Y gracias por dejarnos tu ejemplo.