El gasto público crece muy por encima de la inflación
(Por Ignacio Hintermeister) – “Las cuentas públicas en los primeros cuatro meses del año muestran un creciente desequilibrio fiscal. Mientras la recaudación varía al ritmo de la inflación, el gasto aumenta muy por encima de los precios. Con este manejo de las cuentas públicas es inevitable que siga la aceleración de la inflación”.
Pocas horas antes de que Martín Guzmán reconociera que no podrá cumplir con el “sendero fiscal” acordado con el FMI. el Instituto para el Desarrollo Social Argentino advirtió que “el déficit fiscal primario para los primeros 4 meses del año fue de $272 mil millones. Esto equivale al 72% del tope de desequilibrio en las cuentas públicas acordado con el FMI.
“Formalmente el gobierno puede mostrar que se está cumpliendo el compromiso asumido”, admitió el centro de estudios que dirige Jorge Colina. Sin embargo para la segunda revisión del Fondo, de no mediar un “waiver” del organismo, no habrá desembolso ni se podría cumplir con el pago de la cuota de deuda.
“La tasa de inflación fue del 58%; los ingresos tributarios vienen creciendo a razón de 59% y el gasto primario (antes del pago de intereses) crece a razón de 75%.
Estos datos muestran que los ingresos tributarios vienen creciendo en sintonía con la inflación. El factor desestabilizador es el gasto público que está creciendo por encima de los precios”.
Si se analizan los números a la luz de la interna entre Alberto Fernández y su vicepresidenta, es Cristina quien impone criterios más allá de que el presidente logra preservar a su ministro de Economía. Eso mientras es blanco de las críticas por el fracaso ante la inflación.
Números maquillados
“Cuando se desagrega la información” sobre el cumplimiento del sendero fiscal, “aparece que este resultado depende decisivamente del fuerte aumento en los ingresos del rubro “otras rentas de la propiedad”. La explicación del incremento en este ítem es la masiva emisión de deuda pública con rendimientos superiores a la tasa de interés de mercado”.
Esa es parte de la “deuda en pesos” que el kirchnerismo defiende antes que la deuda en dólares, que es más gravosa porque el dólar avanzó al 4% ante una inflación del 6% mensual. Aunque al ser intra sector público, el eventual incumplimiento es ante “prestamistas” como la Anses o incluso el Banco Central.
“Si bien este tipo de cómputo (rentas de la propiedad) es una práctica aceptada, lo cierto es que pasó de representar 0,3% del PBI a 1,3% del PBI en el primer cuatrimestre del 2022. Sin la contabilización de este ingreso extraordinario, el déficit primario sería 40% superior al tope del FMI. Es tan atípica la situación que el Ministerio de Economía aclaró que en lo sucesivo aplicará, a los efectos del cumplimiento con el FMI, un tope de 0,3% del PBI en el rubro”.
Un reciente informe de Silvia Moskovits para FIEL señaló que “al 31 de marzo de 2022, el total de deuda de la Administración Central sumaba US$373,8 mil millones. Eso es US$13 mil millones más que tres meses antes (fin de 2021) y US$40,7 mil millones adicionales a los de un año atrás (31 de marzo de 2021); dicho lo mismo en términos porcentuales, la deuda pública nacional aumentó, en dólares, 3,6% en tres meses y 12,2% en un año”.
Revisiones
Después del desembolso inicial por US$9.800 millones, las dos primeras de las 10 revisiones del FMI al sendero del acuerdo con la Argentina, suponen desembolsos de US$4200 millones (en equivalentes del DEG) esenciales para recomponer reservas. El gobierno -hasta ahora- no sólo no logra proyectar credibilidad fiscal en su compromiso para no superar este año el 2,5% del déficit primario en el PBI. Tampoco muestra credenciales suficientes para acumular reservas a pesar de la histórica liquidación por US$ 11,09 mil millones en el primer cuatrimestre, ni para emitir pesos -con finalidad de financiar al Tesoro- por debajo del 1% del PBI.
Las tarifas se atrasan más
“El factor desestabilizador es el gasto público que está creciendo por encima de los precios. Si bien el crecimiento del gasto público es generalizado, particularmente importante son los subsidios energéticos que en el 1° cuatrimestre aumentaron 166% interanual”.
El dato parece significativo y muy superior al alivio que representará el incremento de tarifas del 20% en gas o en electricidad mayorista, cuyo impacto en las facturas aún es incierto para servicios más caros en el interior del país. No sólo en el transporte el gobierno nacional discrimina a favor del Área Metropolitana del Fran Buenos Aires.
Antes del incremento en las boletas, Idesa calculó que el incremento en los subsidios energéticos del primer cuatrimestre equivale al 1% del PBI. “Se trata de un monto similar a los ingresos extraordinario que se contabilizan en el rubro ‘Otras rentas de la propiedad’. Dado que a partir de mayo este rubro estará topeado al nivel que usualmente traía (0,3% del PBI), los subsidios energéticos por sí solos ya están produciendo el incumplimiento de las metas acordadas con el FMI”.
Jubilaciones y salarios
Un gesto de Martín Guzmán contra los mandos cristinistas del gobierno es la negación de un nuevo blanqueo previsional. La Casa Rosada no convalida el proyecto para incorporar al sistema un sobrecosto del 0,4% del PBI, lo que neutralizaría parte del ajuste que la ley de actualización de haberes del Frente de Todos implicó para la crítica realidad de los jubilados y pensionados.
Si bien Idesa destaca que jubilaciones, asignaciones familiares y planes asistenciales son un 66% más altas que el año anterior, “dentro de ellas, el gasto en planes asistenciales (que distribuye el Ministerio de Desarrollo Social entre las organizaciones piqueteras) crece a razón del 90%”. La política de redistribución es otra de las marcas “K” que el cristinismo no resigna en el marco del cuestionado acuerdo con el Fondo.
“Los salarios públicos, por su parte, aumentaron un 71%”, por lo que “los rubros del gasto público que representan 2/3 del gasto primario” implican “un piso muy alto para la inflación”, lo que a su vez supone la imposibilidad de contener el déficit fiscal.